El éxito global que critica a toda la sociedad
La ganadora de Cannes, Parasite, se estrenó en Argentina. Su director habla sobre aquello que ha hecho al film coreano la niña mimada de la temporada de alfombras rojas.
La séptima película del surcoreano Bong Joon-ho, Parasite, ha encandilado, por igual, a críticos y alfombras rojas (su éxito en la pasada edición de los Screen Actors Guild Awards y el hecho de que seguro gane Mejor Película Extranjera en los próximos Oscar). Y lo viene haciendo desde Cannes, donde obtuvo la Palma de Oro. Es más, hasta se habla de una nueva avanzada (otra vez) del cine surcoreano, del cual el alguna vez visitante del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, representa hace años su mejor combo: cine industrial de ambiciones artísticas que sabe filmar relatos de género alterados.
El mismo director ha declarado frente a la sorpresa por el cruce de clases sociales que se da en la película recién estrenada en nuestro país: “Todos esperaban que Parasite fuera un film sobre una criatura, algo de ciencia ficción. Sobre todo porque el título tiene cierta familiaridad con mi The Host, un film sobre una criatura gigante que ataca una ciudad. Pero se trata de una película con gente que vive en el mundo real. Una familia. Gente que genera una relación simbiótica con otras clases sociales. Desde ahí, quise crear una tragicomedia que contiene humor, horror y tristeza, las mismas que florecen de vivir juntos en una situación social opresiva.”
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Waller-Bridge ha declarado a la hora del reflejo social de lo que pretender generar: “Quiero que la película ilustre la permanente polarización que vive nuestra sociedad y quería hacerlo en la forma de una comedia triste. Esto no se da únicamente en Corea: todo el mundo enfrenta una situación donde los resultados del capitalismo no pueden ser ignorados. En el mundo real, mi familia de desempleados, que generan el vínculo que define al film jamás se cruzarían con los Park, la familia de clase alta que estamos mostrando. El único punto de contacto es cuando una de esas familias contrata a un integrante de la otra para emplearlo en su hogar como ayuda doméstica. En esta película no hay maldad de ninguno de los lados, sino que ambas familias son empujadas a una situación extraordinaria donde el mínimo movimiento puede dar cuenta de las fisuras y posibles erupciones del sistema que los contiene.”
“En el mundo capitalista de hoy hay castas y pirámides sociales que son invisibles a la vista. Las disfrazamos para ignorarlas y las ponemos lejos del alcance de nuestra vista y las observamos superficialmente, tratándolas de reliquias del pasado, pero la realidad es que hay cuestiones de clases que no se cruzan. Creo que la película quiere mostrar eso” finaliza el director sus reflexiones sobre obra que HBO quiere hacer serie.