“No digo que el default sea mejor; digo que es inevitable”
Diego Ferro es un analista financiero argentino con décadas en Wall Street. El ex operador financiero de Greylock Capital alertó a PERFIL sobre los riesgos de cerrar una reestructuración de la deuda rápida sin tener un plan sostenible a largo plazo.
—¿Cómo evalúa el proceso de renegociación de la deuda nacional?
—Es muy voluntarista de ambos lados. El Gobierno está desesperado por un acuerdo para que no digan que está en default, y los inversores están desesperados por un arreglo que no sea muy agresivo. Esos dos voluntarismos generan la sensación de que algo puede pasar, pero me parece que una reestructuración requiere un proceso más largo y fundamentalmente un plan, que el Gobierno no tiene. ¿Ese voluntarismo puede llevar a un arreglo?, Sí. La única forma de cerrar rápido es que la reestructuración sea leve. El problema es que me parece muy difícil que eso no requiera una reestructuración en los próximos cinco años.
—¿Es posible tener una negociación cerrada el 31 de marzo, según el cronograma oficial?
—Con una reestructuración mala, quizás sí. Ya que estás modificando los contratos, hacé que la reestructuración se adapte a lo que hay que hacer en la economía argentina. Da la sensación de que es al revés. “Resolvamos esto rápido y ahí vemos qué hacemos”. No me parece la forma correcta. La idea de la reestructuración es abrir el mercado, y este no se reabre hasta que no tengas un plan. Entonces para qué estás haciendo todo esto. Yo no digo que sea bueno declarar un default, pero Argentina implícitamente está defaulteando. Hacer una reestructuración es una forma de default.
—¿Plantea que es mejor ir a un default y después negociar?
—No digo que el default sea mejor, digo que es inevitable. ¿Qué es mejor: hacer un arreglo malo por apurarte, o dejar de pagar hasta tener un plan y en ese momento sentarte seriamente y tener un acuerdo que sea consistente con la política económica que determinás? Si estás en una situación en la cual te siguen fondeando de afuera, decís “no puedo hacer default porque no me entra más el dinero”. Pero en Argentina desde hace bastante tiempo no entra un peso. A mi entender, lo peor sería hacer una reestructuración ahora y que haya otra en cinco años porque la que se hizo resulta que no fue suficiente. ¿Desde cuándo un gobierno nacional y popular espera a arreglar con bonistas externos para tener un plan en el país?
—Stiglitz dijo que había que pensar en quitas significativas, ¿estima que va en esa dirección?
—Coincido en que intuitivamente parecería eso. Pero no es serio hablar de un recorte si no sabés de qué economía estás hablando. Un acuerdo sostenible a largo plazo tiene que tener un haircut razonable. No puedo dar un número hasta que no vea un plan. Pero si yo no sé cuál es el plan, no hago un recorte de menos de 30% o 40%.
—¿Cómo afectaría un default de la provincia de Buenos Aires en la negociación de la deuda nacional?
—Todos saben que Kicillof tiene los US$ 250 millones; no quiere pagarlos porque quiere reestructurar. Que pague o no, no cambia el tema. Estamos perdiendo el tiempo en vez de ir a lo fundamental, que sería que tanto Kicillof como el gobierno central piensen un plan serio más que estar pretendiendo que no hay default. Si no desarrollás un plan serio no se reabre el mercado, no salís del cepo y cualquier deuda que arregles ahora va a fracasar de vuelta.
“Kicillof tiene US$ 250 millones para pagar, pero lo que quiere es reestructurar.”