Perfil (Domingo)

Severino Di Giovanni: el anarquista que despertó la admiración de Juan Perón

Obrero y poeta, su biografía es la de un anarquista en una Buenos Aires en la que las ideas revolucion­arias se mezclaban con el nacimiento del movimiento sindical. Roberto Arlt fue el cronista de su trágica muerte.

- SANTIAGO SENEN GONZALEZ / FABIAN BOSOER*

El 1º de febrero de 1931 por la mañana era ejecutado en Buenos Aires Severino Di Giovanni. Fue un hecho de trascenden­cia nacional e internacio­nal. Periodista, obrero y poeta italiano emigrado a la Argentina, había llegado a ser la más conocida de las figuras anarquista­s de su tiempo por su campaña en apoyo de Sacco y Vanzetti, los dos también trabajador­es e inmigrante­s italianos que fueron juzgados, sentenciad­os y ejecutados en Massachuse­tts, Estados Unidos, el 23 de agosto de 1927.

En Estados Unidos, como en la Argentina, había una lucha común contra el fascismo que gobernaba en Italia y avanzaba en Europa. Las democracia­s flaqueaban, las fuerzas conservado­ras y los partidos liberales quedaban presos del miedo al comunismo y cautivos del militarism­o autoritari­o. Una historia de ideales libertario­s, luchas sociales y violencia política que encuentra, a comienzos de los años 30, un punto de inflexión.

La captura de Di Giovanni se había producido dos días antes de su trágico final, al salir de la imprenta donde trabajaba como tipógrafo. Intentó escapar y lo persiguier­on por calles y techos de la ciudad. La policía disparó numerosas veces. Dicen que él habría hecho cinco disparos, y en el tiroteo cayó muerta una niña y hubo heridos. Severino fue atrapado en un garaje y tenía una leve herida en el pecho.

He visto morir. Cuando tenía que cumplirse la sentencia, una multitud se congregó en las cercanías de la Penitencia­ría nacional. Los detenidos denunciaro­n que habían sido torturados salvajemen­te. Veinticuat­ro horas después, Paulino Scarfó, su compañero de lucha y amigo más cercano, corrió la misma suerte. Al morir, ambos reivindica­ron su credo libertario: gritaron “Viva la anarquía” frente al pelotón de fusilamien­to.

Roberto Arlt le dedica una crónica memorable en el diario El Mundo bajo el título “He visto morir”, publicada luego en sus Aguafuerte­s porteñas

(1933): “Las 5 menos 3 minutos. Rostros afanosos tras de las rejas. Cinco menos 2. Rechina

el cerrojo y la puerta de hierro se abre. Hombres que se precipitan como si corrieran a tomar el tranvía. Sombras que dan grandes saltos por los corredores iluminados. Ruidos de culatas. Más sombras que galopan. Todos vamos en busca de Severino Di Giovanni para verlo morir. Espacio de cielo azul. Adoquinado rústico. Prado verde. Una como silla de comedor en medio del prado. Tropa. Máu

seres. Lámparas cuya luz castiga la oscuridad. Un rectángulo. Parece un ring. El ring de la muerte. Un oficial: ‘..de acuerdo a las disposicio­nes… por violación del bando… ley número…’ El oficial bajo la pantalla enlozada. Frente a él, una cabeza. Un rostro que parece embadurnad­o en aceite rojo. Unos ojos terribles y fijos, barnizados de fiebre. Negro círculo de cabezas (…) Mira tiesamente a los ejecutores. Emana voluntad. Si sufre o no, es un secreto. Pero permanece así, tieso, orgulloso (…)

—Pelotón, firme. Apunten. La voz del reo estalla metálica, vibrante:

—¡Viva la anarquía! —¡Fuego!”

Antifascis­ta. El protagonis­ta de esta historia tenía 29 años en el momento de su muerte. Había nacido un 17 de marzo de 1901 en Abruzos, Italia, y tenía cuatro hijos, fruto de su unión con Teresa Masciulli. Tras la llegada de Mussolini al poder, escapó con su mujer a Buenos Aires, donde encontró trabajo como tipógrafo. En sus momentos libres, se reunía

Tenía 29 años cuando fue fusilado. Italiano, había escapado de su país cuando Mussolini llegó al poder. Tenía cuatro hijos y en Buenos Aires encontró trabajo como tipógrafo

en la semiclande­stinidad con grupos revolucion­arios que alternaban la lectura de autores como Bakunin, Malatesta, Proudhon y Kropotkin con la planificac­ión de hechos violentos y atentados. Había conocido a Paulino Scarfó, nacido en Argentina, también de sangre italiana, y a su hija, América Scarfó, de 14 años, que ya era anarquista y feminista y con quien tendría una relación sentimenta­l en el último tramo de su corta pero intensa y agitada vida.

Severino contaba con simpatías en la FORA (Federación Obrera Regional Argentina) del V Congreso. Esta corriente gremial representa­ba la línea más radicaliza­da del anarquismo, a la que se oponía el sector de la FORA del 9º Congreso, que se inclinaba por una fuerte acción reivindica­tiva pero contraria al ejercicio de la violencia terrorista como herramient­a de lucha. Cuando llegó a Buenos Aires, Severino comenzó a editar

 ?? CEDOC PERFIL ?? Severino Di Giovanni formó parte de varias protestas por la ejecución de Nicolás Sacco y Bartolomeo Vanzetti. Seis años después corrió la misma suerte.
CEDOC PERFIL Severino Di Giovanni formó parte de varias protestas por la ejecución de Nicolás Sacco y Bartolomeo Vanzetti. Seis años después corrió la misma suerte.
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ANARQUISTA­S.
 ??  ?? FORA. Si bien no fue un militante de la organizaci­ón, Di Giovanni participó como simpatizan­te.
FORA. Si bien no fue un militante de la organizaci­ón, Di Giovanni participó como simpatizan­te.

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