Literatura y periodismo paraLeLas crUzadas Una considerable cantidad de novelas y relatos ambientados en donde se escriben las noticias se multiplica con el correr de los años. ¿de qué manera la literatura argentina contemporánea explora al periodismo com
“Escribí siempre en redacciones estrepitosas, acosado por la obligación de la columna cotidiana”.
Sombras, nada más… (1984), la última novela de Antonio Di Benedetto, se publicó en un contexto donde ese imaginario comenzó a ser desplazado por nuevas representaciones del periodismo. Bajo la figura del periodista Emanuel D’Aosta, el personaje central de la obra, no es difícil observar la del propio autor en una amarga revisión de su propia experiencia en Mendoza, hasta su detención por la dictadura militar. El núcleo de Los suicidas –una investigación periodística del suicidio– evoca a su vez la historia personal, desde que “en la rama paterna de mi familia imperaba el drama: suicidios repetidos en todas las etapas”, como declaró Di Benedetto.
El mismo año se publicó Diario de la Argentina, la “novela irresponsable” de Jorge Asís que descubrió “la lucha por el poder que se daba en el interior del Gran Diario”, en alusión a Clarín, donde trabajó entre 1976 y 1982. Según la evocación de Asís en Memorias tergiversadas, fue un libro por el que pagó un precio alto: la expulsión de la literatura argentina.
“Diario... trata sobre el ejercicio del periodismo durante la ‘dictadura’. Sin concesiones a la heroicidad. Desventuras personales de varios periodistas. Años en los que creó con mayor libertad interior que nunca”, escribió Asís. Horacio González revisa otro aspecto del período en Redacciones cautivas: la colaboración periodística con los militares. La competencia entre los periódicos El Heraldo y Creencias, cada uno alineado con un sector del poder, reedita en la ficción la que se planteó entre La Opinión, en manos del Ejército después de la detención de Jacobo Timerman, y Convicción, el periódico que publicaba la Marina.
Los escritores que toman el periodismo como tema suelen aclarar que los personajes y lugares “corresponden al orden de la ficción”, como advierte Tomás Eloy Martínez en El vuelo de la reina (aunque su historia tiene evidentes correlaciones con sucesos del menemismo). Pero cualquier semejanza con referencias históricas no suele ser producto de la casualidad: en Partes de inteligencia (1987), novela de Jorge Asís que aborda el periodismo entre fines de la dictadura y comienzos de la democracia, Martínez Roca, el Catalán, y el diario La
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