A la guerra con un tenedor
Mato y olvido, la novela con que Daniel Ares (Buenos Aires, 1956) ganó en 2015 el premio Extremo Negro de novela negra, reconoce como punto de partida la historia de María Soledad Morales. No solo el caso –aunque la ficción lo reinterpreta, contradice la versión oficial y agrega otros elementos– sino también la cobertura periodística, de la que Ares participó como cronista y que es objeto de una crítica implacable a través de su álter ego, Miguel Nogueira, el protagonista.
“Me vi obligado a instalar la novela en una era precibernética, sin celulares ni internet –recuerda Ares–. Había algo que yo precisaba utilizar que era la precariedad de medios con que se trabajaba entonces, el hecho de no tener a veces otro recurso que dictar la nota por teléfono o utilizar un télex o quedar incomunicado”.
—“La gente no quiere una novela, la gente quiere saber quién es el asesino”, le dice el jefe de redacción a Nogueira. ¿Fue tu experiencia?
—Te lo decían todo el tiempo cuando investigabas: “No la compliques, es blanco o negro”. No había tiempo, tampoco. Cuando compra una revista, la gente quiere algo rápido, fast food, algo para leer en diez minutos y opinar en la sobremesa, en la oficina, en el subte. Un argumento para sostener lo que dice sin ningún argumento. Por eso el público de izquierda compra diarios de izquierda y el público de derecha, diarios de derecha. Se trata de tocar la canción que el público quiere escuchar. La gente no quiere la verdad; si la quisiera, la buscaría y no perdería el tiempo buscando donde no la va a encontrar. Yo decía que nos mandaban a la guerra con un tenedor. Es así, vas a una pelea desigual, a encontrar la verdad en 48 horas.
n