Más militares combaten la inseguridad en Brasil
Jair Bolsonaro los envió por una huelga policial. Especialistas advierten por la crisis del sistema de seguridad pública del país.
La grave crisis de seguridad que vive el estado brasileño de Ceará, donde en una semana hubo casi doscientos asesinatos por un motín de la policía militar que obligó al envío de tropas, reavivó el debate en torno a la utilización de soldados en la seguridad interior.
Tras dos meses de negociaciones salariales, los policías de Ceará se declararon en huelga el 18 de febrero, ocuparon cuarteles, atacaron patrullas y obligaron a comerciantes a cerrar sus negocios.
Militares. Al estallar la crisis, el presidente Jair Bolsonaro aprobó el despliegue de 2.500 soldados en Ceará, en base al decreto de Garantía de la Ley y del Orden (GLO), que permanecerán en el estado al menos hasta el 6 de marzo.
Presente en la Constitución brasileña desde 1999, la GLO ha sido utilizada por presidentes como Lula da Silva, Dilma Rousseff o Michel Temer en crisis de inseguridad o para preservar eventos como el Mundial de Fútbol, los Juegos Olímpicos o conferencias de la ONU.
El especialista en defensa argentino Juan Battaleme cree que, a diferencia de sus vecinos, Brasil aprendió a vivir sin el fantasma de las fuerzas armadas debido a su transición a la democracia.
“En Brasil la salida no fue por ruptura, fue un proceso de negociación y eso le dio a las fuerzas armadas un grado de institucionalización que no ha tenido Argentina”, explica a PERFIL. “Las fuerzas armadas no se han visto desvalorizadas y tienen una buena relación con sus contrapartes políticos. Por eso, siempre que se las ha necesitado han colaborado con los gobiernos democráticos de esta última etapa”, agrega.
Dilema recurrente. Aunque ilegales, las huelgas policiales son comunes en Brasil. De acuerdo a un estudio de la Universidad Federal de Río Grande del Sur, hubo más de setecientos paros entre 1997 y 2017.
Para el ex ministro de la Secretaría de Gobierno de Bolsonaro, el general Carlos Alberto dos Santos Cruz, el problema de la policía militar es “más amplio”.
“Las policías militares, como dice el nombre, tienen características militares”, explica a PERFIL. “Eso requiere un comportamiento específico. No se puede ser militar cuando interesa y dejar de comportarse como uno cuando ya no. No es comportamiento militar ponerse en huelga, usar capuchas, depredar propiedades.”
Pero el ex ministro agrega que “si bien no puede tolerar el incumplimiento de la disciplina militar, es necesario abordar el problema de una manera más extensa”.
Casos. El sistema de seguridad pública es muy complejo. Aunque haya caído el número de homicidios en el país, solo en Río las muertes en operaciones policiales aumentaron 92% en 2019. Benjamin Lessing, especialista en crimen organizado en América Latina de la Universidad de Chicago, reclama evitar errores del pasado. “Hace 20 años, recuerda a PERFIL, se pasó por alto la expansión de las facciones de Río, que ahora están presentes en Manaus, Florianópolis o Porto Alegre”.
“Si dejamos que las cosas sigan así, los gobernantes negarán que las milicias y la crisis de la policía existen. Dirán: ‘no, eso solo pasa en Río’, dice Lessing. “Si es así, dentro de cinco años las milicias estarán en todas partes. Tal como sucedió con las facciones.”
“Debe combinar ese apoyo internacional con una decidida acción de protesta”