El presidente, sin oposición
A diferencia de los demócratas, que arrancaron sus primarias con doce candidatos, los republicanos siempre tuvieron en claro que Donald Trump sería su candidato en las elecciones presidenciales de noviembre. El martes, el presidente se impuso sin ninguna oposición en las primarias de Florida e Illinois, y alcanzó la suma de 1.301 delegados, superando los 1.276 que necesitaba para que la convención republicana, que se realizará del 24 al 27 de agosto en Carolina del Norte, proclame su candidatura para aspirar a la reelección.
Trump se impuso en el estado de Florida con el 94 por ciento de los votos, frente
obligadas por el Covid-19, podría llevar hasta dos meses para completarse y dar formalmente la candidatura a Biden, que será consagrado en la convención demócrata, del 13 al 16 de julio en Wisconsin.
Si no abandona la competencia, este período le permitiría a Sanders reforzar su influencia en la agenda política del partido, en particular en cuestiones como la “revolución” que defiende a su rival, Bill Weld, cuya participación, meramente testimonial o simbólica, apenas le ha permitido obtener un delegado desde que se iniciaran unas primarias ya sentenciadas en favor del presidente estadounidense.
En cuanto a Illinois, Trump obtuvo el 93 por ciento de los apoyos frente a Roque de la Fuente, el otro candidato, cuyos apoyos han sido, incluso, más reducidos que los cosechados por Weld.
Ayer, Trump y el Comité Nacional Republicano decidieron suspender todos los actos previstos para recaudar fondos para la campaña debido a la emergencia por el coronavirus.
en el sistema de salud, un tema que ha reavivado la atención de la opinión pública ante la pandemia.
Seguir en campaña también permitiría a muchos candidatos locales al Congreso que lo apoyan tener mayor atención de los medios.
“Más que dirigir una campaña Bernie está liderando un movimiento. Será un líder más efectivo para nosotros si
npermanece en la contienda”, dijo el delegado demócrata Winston Apple.
Trump. En noviembre, Biden podría enfrentar un panorama un poco mejor del que antes de que estallara la pandemia del coronavirus. Su primera reacción de desdén ante la emergencia, y la lentitud con que se decidió a tomar medidas drásticas pueden costarle votos.
“Todo dependerá en gran medida del manejo de las consecuencias económicas de esta crisis sanitaria. La Ley de Producción de Defensa que pretende implementar tiene como objetivo que la producción no colapse y no se dispare el desempleo, algo que podría ser catastrófico para sus expectativas de reelección”, explica Salvatto.
Para el politólogo y profesor de la UCA, lo que sucede en Estados Unidos es parte de algo más amplio, porque se ve que “en principio esta pandemia global puede contribuir a debilitar a los oficialismos. Especialmente en casos como los de Trump, Bolsonaro, o López Obrador, que tomaron una posición exageradamente relajada y tuvieron que corregir rápidamente”.
Sin embargo, agrega, también es cierto que Trump ha buscado adaptar la situación a su discurso de América First, hablando de virus chino y guerra contra un enemigo externo, algo que agrada al núcleo duro de sus seguidores. n