Sin visitas ni celulares, los rugbiers cumplen cien días encerrados
Están detenidos en una alcaidía penitenciaria de La Plata y no podrán ser trasladados hasta que termine la emergencia por el coronavirus.
Llevan 92 días encerrados y aislados del resto de la población carcelaria. Hace casi un mes que no pueden recibir visitas por la pandemia del coronavirus. Los ocho rugbiers que permanecen detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa (18) esperaban ansiosos la decisión de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Dolores. Algunos creían que podrían dejar el encierro y continuar el proceso bajo arresto domiciliario. Pero nada de eso pasó. El fallo de los camaristas ratificó el procesamiento con prisión preventiva dictado en primera instancia y agravó el cuadro depresivo que sufren varios de los acusados por el crimen ocurrido en enero 2020 en Villa Gesell.
Sin chances de revertir en lo inmediato la decisión de la Justicia argentina, el abogado de los acusados anunció que su nueva estrategia apuesta a los organismos internacionales.
Hugo Tomei denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que el Ministerio Público bonaerense no les brindó el derecho a ser escuchados “con las debidas garantías”.
El abogado puntualizó que busca “restituir las garantías mínimas concedidas a los ciudadanos por la Convención Americana y violadas aquí por los funcionarios del aparato judicial del Estado provincial”.
En el fallo dictado esta semana, los camaristas Luis Defelitto, Miriam Yaltone y Fernando Sotelo entendieron que “la prisión preventiva se encuentra sólidamente justificada” y no observan “arbitrariedad ni desproporción
El abogado de los acusados recurrió a un organismo internacional para que los liberen
alguna en la medida cautelar dispuesta”. Por esa razón ratificaron la decisión de primera instancia y validaron la detención de los acusados.
En la presentación de Tomei, que ingresó con el registro P799/20, el abogado destacó que los rugbiers son “personas jóvenes sometidas a encierro carcelario” y que ocho de ellos “llevan más de 80 días en extrema situación”.
Tomei aseguró que busca “restituir las garantías mínimas concedidas a los ciudadanos por la Convención Americana y violadas aquí por los funcionarios del aparato judicial del Estado provincial”.
Días de tumba. Desde el 13 de marzo, Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (19), Blas Cinalli (18), Enzo Comelli (19), Ayrton Viollaz (20), Luciano Pertossi (18), Matías Benicelli (20) y Lucas Pertossi (20) están alojados en la alcaidía penitenciaria de Melchor Romero, en el partido de La Plata. Ya conocen cómo es la rutina carcelaria: antes estuvieron en la comisaría de Pinamar y luego pasaron por la Unidad Penitenciaria N° 6 de Dolores.
Por la pandemia del coronavirus dejaron de recibir visitas, aunque algunos de sus familiares todavía les envían una vianda con alimentos. Solo se conectan con el mundo exterior gracias al teléfono público que tienen en el pabellón. Por ahora no poseen celulares, pese a que la semana pasada el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) autorizó el uso de telefonía móvil en las celdas de casi todos los pabellones.
Según las fuentes, los rugbiers duermen en calabozos que están acondicionados para dos internos, y todavía no tuvieron contacto con el resto de la población carcelaria. Los dejan salir al patio solo dos horas por día, un tiempo que por lo general aprovechan para hacer algo de ejercicio. Al igual que en el penal de Dolores, el resto de los detenidos los repudió cuando llegaron. “Cada vez que salían al patio los insultaban desde las ventanas, pero eso con el paso del tiempo fue cambiando y ahora están más tranquilos”, dice a PERFIL una fuente de la alcaldía. Cuando están fuera de las celdas juegan a las cartas, leen y escriben.
Los rugbiers arrancaron esta semana expectantes, sa