Zombi, resurrección y plaga de un género
Los zombis, ubicuos protagonistas del fin de los tiempos y perfectas metáforas de la enajenación contemporánea, merecen destacarse en un nicho aparte (tómese esta acepción en sus muchas vertientes). La literatura sobre revenants o muertos vivos es de factoría reciente en nuestras plumas, a pesar de que pueden rastrearse algunos pocos precursores. Es factible considerar el alucinante cuento El hambre de Manuel Mujica Lainez, antologado en el clásico Misteriosa Buenos Aires (1950), como el primer cuento zombi argentino. Los elementos están ahí, canibalismo, hambruna y una ciudad en ruinas. En la década del 60, el estrafalario Alejandro Von Der Heyde se abocó a la narración de muchos cuentos sobre muertos que regresan a la vida en su enorme saga de cinco volúmenes de Cuentos fantásticos. En 1967, Ernesto Bayma, compañero de armas de Alfredo Grassi, publicó la extravagante novela fanta-bélica titulada Metralla para los monstruos (reeditada recientemente por Ediciones Ignotas). En los 90, Alberto Laiseca mechó zombis en ese extraño experimento narrativo titulado ¡Por favor, plágienme! La cena
(2006) de César Aira narró una perfecta escaramuza zombi en las entrañas del pueblo natal del autor. A esta novela le siguió Letra muerta de Cezary Novek y Guillermo Bawden (que tuvo una secuela en manos de Bawden); el ya clásico Berazachussetts
de Leandro Blancha; la antología de relatos de muertos vivos Vienen bajando; Argentina zombi, historia oculta de la patria de Luciano Saracino o Crónicas zombi de Juan José Burzi. Y nuestra década se diluyó con los aportes de Joe Rough y su novelita Las ciénagas del diablo; de Gabriel Juárez con su nouvelle La última varieté, a las que le siguieron títulos como Hay que matarlos a todos de Pablo Tolosa, Los fantasmas tienen hambre de José María Marcos, Palermo Zombi de Miguel Ortemberg, La piel intrusa de Yanina Rosenberg, La felicidad es un lugar común de Mariana Skiadaressis o Los muertos del Riachuelo
de Hernán R. Nimo. Este año, si la vida continúa, verá la luz la esperadísima novela de Leo Oyola titulada Ultratumba, que promete gore del bueno y del bruto.
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