Combatiendo al capital
En 2009 se reeditó en Madrid La general Estoria de Alfonso X, la historia universal más antigua de Occidente. Tiene seis partes: la primera va desde la Creación hasta el Diluvio; la II, del Diluvio al reinado de Abraham; la III, desde David hasta la cautividad; la IV y la V de la cautividad al tiempo de Cristo, y la VI desde la muerte de Cristo hasta el reinado de Alfonso X. Esa fue una historia de todo lo existente, no solo de la humanidad sino del universo.
JAIME DURAN BARBA*
Egocentrismo. La cartografía de entonces expresaba el egocentrismo cultural. En la Edad Media, los Orbis Terrarum separaban los continentes con una T de agua que representaba a la Santísima Trinidad. El brazo horizontal integraba al Nilo con el Mar Negro, y el vertical era el Mediterráneo.
Todas las culturas se consideraban únicas y superiores a las demás, el universo giraba en torno a su pueblo y a su líder.
Qin Shi Huang, el primer emperador de China, unificó la escritura ideográfica y talló edictos en los montes sagrados para comunicar al Cielo que la Tierra se había unificado bajo la autoridad de un solo emperador.
Algo semejante ocurrió con Acamapichtli, el primer Huey Tlatoani de los mexicas, y con Viracocha, el inca Señor del Universo, cuyos descendientes no entendieron a unos barbudos que les exigieron lealtad a la Corona de Castilla. Bastantes líderes se creyeron hijos del Sol o agraciados con la relación directa con algún dios. Fueron nacionalistas: postularon que los integrantes de su cultura eran los mejores del mundo porque habían nacido en ella.
Capitalismo. Eric Hobsbawm divide la historia reciente en dos siglos. El siglo largo comprende los 125 años que van de la Revolución francesa de 1789 a la Primera Guerra Mundial.
Fue el tiempo en que se desarrolló el capitalismo produciendo una cantidad de riqueza, bienes y servicios como nunca antes habían existido: se inventó la máquina de vapor, el ferrocarril, evolucionó la ingeniería, la ciencia.
Nació la riqueza como fruto del trabajo humano y algunos demandaron distribuirla. En 1850 se publicó el Manifiesto Comunista, al mismo tiempo que la enfermedad de la papa de Irlanda desataba una hambruna brutal que tuvo un papel semejante al del coronavirus: no causó la hecatombe pero fue un detonante que puso en evidencia los problemas sociales que había provocado la industrialización. Nunca un acontecimiento tuvo consecuencias tan grandes en el mundo: se produjo la mayor migración de la historia, nacieron países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Argentina. El cambio se aceleró de modo exponencial y todo cambió radicalmente.
Comunismo. Después vino un siglo corto, que comprende el tiempo que va de la Primera Guerra Mundial a la disolución de la Unión Soviética en 1991. Fue el siglo de las ideologías, en el que el comunismo terminó controlando la mayor parte del mundo. Hobsbawm reconoce en su