Vida y obra del dueño del fondo de riesgo más grande del mundo
Mientras los paranoicos suspiraban por haber salido ilesos del Y2K, Masayoshi Son se paró frente al espejo y vio al hombre más rico del mundo. En febrero de 2000, las acciones de su empresa, SoftBank, le habían permitido, según sus cálculos, elevar su fortuna por encima de la de Bill Gates, el líder indiscutido del momento. Pero duró apenas tres días en la cima. La caída fue brutal. En cuestión de meses, su compañía perdió 93% de su cotización y su fortuna personal, valuada en 70 mil millones de dólares, sufrió una de las implosiones más grandes de la célebre burbuja de las puntocom. Entre su frondoso portafolio figuraba Kozmo, una startup de delivery online que llegó a emplear a 3.300 personas y que entregó pizzas, CD de Madonna, buzos GAP y lattes de Starbucks sin cobrar un centavo por el servicio. La idea era primero escalar (sobre su deuda), luego fidelizar y recién después ser rentable. En abril de 2001 bajó la última persiana.
Ahora, cuando el fantasma de una nueva burbuja empieza a asomar (aún tapada por
Con 100 mil millones de dólares, su fondo de capital de riesgo Vision Fund –creado por SoftBank en 2016– es el más grande del mundo y una pieza clave en el boom de las startups deficitarias
la ola del coronavirus), Masayoshi vuelve a ser un protagonista estelar. Con 100 mil millones de dólares, su fondo de capital de riesgo Vision Fund – creado por SoftBank en 2016– es el más grande del mundo y una pieza clave en el boom de las startups deficitarias, una fiebre del oro emprendedora con proyectos que, pese a carecer de un horizonte claro de rentabilidad, recibieron toneladas de dólares gracias a la tasa regalada que ofrecieron los principales bancos centrales del mundo durante los últimos diez años.
Sobreliquidez. La sobreliquidez del mercado le permitió a SoftBank financiar,