Un objeto distinto con corazón de podcast en la galaxia series
El mundo decide ver
Poco ortodoxa, OK. Pero lo cierto es que el valor de su relato, de esa salida de la comunidad jasídica ultraortodoxa, tiene modos de melodrama torpe: música para explicar, poco margen para algo que no sea el guion y saturación cuando necesita que entendamos sí o sí una situación. Puede ser adictiva pero eso no la hace una buena serie (algo que no le molesta al mundo de las series, solo a los fanáticos, que necesitan que su serie además de hipnotizarlos sea la mejor del momento). En el otro extremo, pero en la misma señal (Netflix), aparece un objeto marciano (aunque teníamos un mapa de instrucciones) como The Midnight Gospel, casi todo lo contrario de lo que representa el fenómeno
Poco ortodoxa.
¿Por qué enfrentar una serie animada que lleva la firma del creador de Hora de aventuras como The
Midnight Gospel con otra que busca mostrar una experiencia “real” desde el drama? Porque implica dos usos del mundo de las series y del mundo en sí muy distintos. Una esconde sin saberlo todas las limitaciones del medio obsesionado con ser cine y gran novela americana (cuando en realidad está más cerca de los relatos de folletín descartables, ¿o alguien se acuerda de
Tiger King ahora?). La otra, la creada por Duncan Trussell y comandada por Ward (quien había salido a los gritos de la dirección de aquel clásico de la renovación del relato infantil), testea los límites de los formatos: no esconde su consigna de souvenir, de pequeña gragea con ganas de alterar, y no quiere ser gigante. Todo lo contrario, le preocupa ser una experiencia antes que nada. No es un lugar cómodo, es un lugar donde perderse y sumergirse. Las series hoy quieren surfear las horas, y The Midnight Gospel quiere tener un centro gravitacional y ser leve al mismo tiempo.
La premisa es simple pero su ejecución apunta a la lisergia: Clay, el protagonista, viaja a dimensiones y allí entrevista, mientras se suceden aventuras como peleas contra zombis, a personas o criaturas
para su podcast. Duncan Trussell es un comediante y las entrevistas vistas en pantalla salen de su podcast, The Duncan Trussell
Family Hour, y son disertaciones sobre meditación, muerte y poder, entre otros temas. Entonces, claro, The
Midnight Gospel podría leerse como simples animaciones de entrevistas de podcast, y lo es, pero también su psicodelia y su inteligencia la hacen un milagro humanista y no una mera excusa no tan sofisticada para ver una novela de las tres de la tarde disfrazada de relato personal.