“El disco es un diario de viaje”
Charlie Tonelli acaba de lanzar el EP
Polaroids, de Electriciennes, un colectivo internacional donde trabaja junto a músicos de todo el mundo. Ese lanzamiento llega en un instante extraño, sobre todo para un argentino que hace dos años vive en Shangai, en China, cerca del punto de ebullición de la pandemia. Entonces, tanto por su nueva música como por su día a día cotidiano, Tonelli tiene un relato especial sobre este momento tan particular.
—¿Cómo fue el proceso creativo que llevó a este álbum, y qué relectura te genera publicarlo en esta situación particular?
—Si me permitís, empiezo por el final, ya que me parece una pregunta muy pertinente sobre algo que me ha martirizado no poco: ¿cómo le digo a alguien, a quienes están preocupados por problemas actuales o que se vienen, que escuche mi disco? Creéme que la incongruencia no se me pasa por alto. Pero esta era tu segunda pregunta. Existió un mundo antes del coronavirus, y en ese mundo las preocupaciones eran otras. El disco resultó un diario de viaje de dos años bastante tumultuosos.
—Vivís en China, ¿cómo están ahora y cuál pensás que será el resultado creativo de esta situación?
—Nosotros estamos bien. Enero y febrero fueron difíciles, porque todavía no se sabía mucho y el mundo empezó a cerrarle las puertas a todo lo que viniese de China. Ahora, dentro de todo lo malo que resultará de esta situación –y de malo hay mucho– yo siento que lo bueno de la creatividad es que se nutre de la adversidad. Una vez pasado el umbral de lo básico –porque si no tenés para comer es difícil ponerle cabeza a otra cosa–, yo creo que los desafíos nos obligan a ser más creativos, puesto que a fin de cuentas se trata de sublimar situaciones complejas en términos emocionales simples.
—¿Cuál dirías que es la diferencia entre tu banda The Hours Strange y tu trabajo musical en Electriciennes?
—Desde un punto de vista del sonido son muy parecidos. La diferencia grande está en la temática, en la parte narrativa. The Hours Strange es una banda mucho más intelectual, por ponerle una etiqueta. Electriciennes, por otro lado, es mucho más light, mucho más volcada al pop. No quiero decir con esto que las historias en sí sean más triviales –al fin y al cabo yo soy la parte más oscura de The Hours Strange, por escándalo– sino que, aun cuando hablen de ruptura, de pérdida o de culpa, son composiciones más convencionales.