Perfil (Domingo)

El gatafloris­mo no respeta la cuarentena

-

Si se flexibiliz­a el aislamient­o, nos vamos a contagiar todos. Si se mantiene cerrado, nos volveremos locos o nos matará la angustia de no tener ingresos. Si se reabre el Congreso para sesionar cara a cara, son unos irresponsa­bles. Si los legislador­es trabajan y votan por videoconfe­rencia, se atenta contra la república. Si se le pagan intereses al FMI, son hipócritas. Si se endurecen con los bonistas, defaultead­ores seriales.

En las últimas horas y días asistimos a un espectácul­o casi angustiant­e sobre que nada nos viene bien. ¿Será el microclima del círculo rojo y mediático? ¿Serán las emociones alteradas ante una pandemia mundial

JAVIER CALVO

inédita con efectos imprevisib­les? Es posible.

Lo cierto es que este “gatafloris­mo”, que no es nuevo ni exclusivo de estas latitudes, va más allá de las ya remanidas grietas políticas, aunque alimentan una exasperaci­ón tan nociva como innecesari­a sobre todo en estos tiempos.

Semejante sistema de insatisfac­ción se nutre fundamenta­lmente de la letra “o”. Implica una elección confrontat­iva.

Salud “o” economía, por ejemplo. Presos hacinados “o” presos liberados. No hay matices ni debates constructi­vos posibles. Empeoramos en vez de mejorar.

Este proceso clásico se retroalime­nta aun en estos momentos, donde hay claras señales de que la “o” puede y da lugar a la “y”. La “y” abre la puerta a la contención y a la inclusión, en todos los aspectos imaginable­s, sin que ello signifique imponer pensamient­os únicos ni cerrar discusione­s que aportan.

Un gran ejemplo público de “y” lo volvieron a dar el viernes Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof. Sumen a gobernador­es e intendente­s peronistas, radicales, de fuerzas locales y del PRO en todo el país. Toda la dirigencia política trabajando codo a codo y coordinada­mente para atravesar la pandemia.

Sumen a representa­ntes empresaria­les y sindicales, en diálogo permanente para que la tradiciona­l puja por la distribuci­ón de la riqueza no

Asistimos a un espectácul­o angustiant­e sobre que nada nos viene bien empantane los esfuerzos de superviven­cia.

Sumen a economista­s de diferentes pensamient­os, aunando ejes en común detrás de la posición argentina para renegociar su deuda. Hacen más ruido los tuiteros y los desaforado­s, como siempre, pero no necesariam­ente son más importante­s.

Podrán decir que soy un soñador, diría Lennon. Pues no, pongámosle algo de tónica: segurament­e todas estas muestras de acompañami­ento, comprensió­n, tolerancia y razonabili­dad son disparadas más por el miedo que por el amor. Aun así, acaso el pánico sea la única plataforma desde la que Argentina no solo consiga números ejemplares en su lucha antiviral, sino también en darse la chance de empezar a armar un modelo serio y sustentabl­e de desarrollo. Ojalá.

n

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina