Las 20 fallas del Estado que la pandemia dejó en evidencia
La discusión sobre el rol estatal durante la emergencia ya empezó. Cuatro dimensiones de análisis: cómo hacer frente al virus, al impacto económico, a las consecuencias del aislamiento y a déficits estructurales.
“Lo bueno de esta pandemia, cuando la superemos, es que podamos exhibir un mejor país, con más igualdad y un mejor Estado, más eficiente, más atento a la gente y que preste muchos más servicios a los argentinos”. La frase pertenece a Alberto Fernández y se suma al debate respecto del rol estatal durante la pandemia del coronavirus. ¿Se mostró eficiente hasta ahora el Estado argentino?
Las respuestas pueden ser muy diversas, tanto por inclinaciones ideológicas como de expectativas previas. Sin embargo, a más de dos meses de la llegada del virus al país (y cinco de su conocimiento en el mundo), se pueden detectar por lo menos veinte fallas del Estado que la pandemia dejó al descubierto. Es una cifra que no responsabiliza necesariamente al Gobierno –porque la mayoría son déficits que atraviesan las distintas administraciones–, aunque tampoco lo deslinda porque las decisiones se deben tomar conociendo el instrumental con el que se cuenta.
“El virus lo que hizo es prender la luz, y dejó a la vista un Estado defectuoso”, razona un analista que prefiere el anonimato, ya que las discusiones sobre el tema terminan siempre atravesadas por la grieta de más o menos Estado. El politólogo Andrés Malamud corta esa discusión y afirma que “discutir la calidad del Estado es más relevante que discutir su cantidad”. “Sin contexto, la expresión ‘más Estado’ no significa rigurosamente nada”, analiza. Y ejemplifica: “En 1946, más Estado podía significar más justicia social; en 1976, más represión; y en 1986, más democracia. Las capacidades de los Estados pueden ser infraestructurales o despóticas; las primeras permiten coordinar a los ciudadanos, las segundas subordinarlos; las primeras cuidan, las segundas someten. Más Estado en Alemania es mayor equidad; más Estado en Venezuela es menor libertad”.
Desde que comenzó la pandemia no faltaron quienes plantearon sin vacilar que en la emergencia “el Estado te salva”. Los funcionarios suelen apelar a la presencia del aparato estatal para destacar la gestión, e incluso también muchos opositores lo plantean en sus reclamos. No faltan quienes ya anticipan una conclusión sobre lo positivo de la respuesta estatal en este escenario. Lucas Romero, también politólogo y director de Synopsis, sostiene que el eje de la discusión “mejoraría sacando el adverbio de cantidad por el adjetivo de calidad”.
Entonces, ¿cómo fue la respuesta hasta ahora? Para Malamud, “muy buena en medidas de baja tecnología que dependen de disciplina social más que de infraestructura estatal (cuarentena); muy buena en la dimensión epidemiológica y laboratorial (diagnóstico, seguimiento, proyección); menos buena en la dimensión de tecnología aplicada (tests, rastreos, planificación, priorización, segmentación); y tardía en el abordaje multidisciplinario”. Romero, en tanto, considera que “esta pandemia te muestra que el Estado es un condicionante para la respuesta”. “Y Argentina tiene limitaciones en todos los ámbitos. De recursos materiales, de recursos humanos en el Estado, con limitaciones en falta de conocimientos (donde quizás mejor estamos) y de tecnología”, agrega.
Desde una visión de economista, Ariel Coremberg sostiene que el impacto “debe ser mitigado por un Estado que desde hace décadas no brinda bienes públicos esenciales con eficiencia y calidad”. Y apunta al sistema sanitario como “frágil, ineficiente y fragmentado”.
El politólogo Luis Tonelli considera que en el contexto actual “lo ideal sería una combinación de cuarentenas específicas y reactivación económica”. Pero pone la mira en las limitaciones: “Ahí falta un gran supuesto: un Estado inteligente”.
La mira sobre lo deficiente, claro está, deja fuera del análisis todas las cosas en las que la administración estatal es eficiente, pero permite evaluar para mejorar y no comprar espejitos de colores. En este panorama, se pueden reunir veinte fallas del Estado que quedaron en evidencia y agruparlas en cuatro dimensiones centradas en la capacidad de dar respuesta.
“Más Estado en Alemania es mayor equidad; en Venezuela es menor libertad.”
“La pandemia te muestra que el Estado es un condicionante para la respuesta.”