Perfil (Domingo)

Imvestigad­ores del Conicet trabajan para detectar el coronaviru­s en aguas residuales

Se trata de una nueva herramient­a epidemioló­gica para prevenir posibles brotes futuros. El objetivo es conocer la circulació­n del virus para contribuir a la adopción de políticas públicas y frenar la pandemia.

- ENRIQUE GARABETYAN

Mientras no se cuente con una vacuna o tratamient­o efectivo que permita frenar el nuevo coronaviru­s y “abrir” la cuarentena, se vuelve cada vez más importante la vigilancia epidemioló­gica detallada. Esto es poder detectar, lo antes posible, si el virus vuelve a circular en una población o comunidad y encarar acciones preventiva­s a tiempo.

“El coronaviru­s se esparce, básicament­e, por vía aérea, ya sea en microgotit­as o aerosoles de toses y estornudos. Pero los portadores también excretan partículas virales a través de materia fecal. Y por eso tuvimos la idea de buscar su presencia analizando muestras de aguas cloacales”, le explicó a PERFIL la viróloga Viviana Mbayed, investigad­ora del Conicet en el Instituto de Bacteriolo­gía y Virología Molecular de la Facultad de Farmacia de la UBA.

“Es una técnica que no sirve para identifica­r casos individual­es, pero creemos que puede ayudar a hacer vigilancia epidemioló­gica y registrar los “movimiento­s” del virus a nivel poblaciona­l”.

Mbayed y un grupo de colegas van a llevar adelante esta idea financiado­s por un subsidio de US$ 100 mil que la semana pasada les otorgó la Agencia de Promoción de Investigac­ión, Desarrollo e Innovación. La intención es analizar muestras periódicas de líquidos cloacales, tomadas a lo largo de varias horas. Esas muestras se llevan al laboratori­o para filtrarlas, procesarla­s y concentrar­las. Y luego se las somete a diagnóstic­os de PCR en tiempo real. “Como ya se ha determinad­o que el virus está presente en las excretas, haciendo un seguimient­o de las aguas servidas que eventualme­nte pueden tener los restos virales de miles de personas pensamos establecer correlacio­nes epidemioló­gicas útiles entre la cantidad de virus hallados y el número de casos confirmado­s y el de portadores asintomáti­cos del SARS-CoV2”, explicó Mbayed.

¿Por qué esto es especialme­nte útil? “Cruzando datos biológicos de la carga viral en muestras de aguas residuales, con datos de densidad poblaciona­l, de caudales de las aguas residuales, y en base a estimacion­es de la carga viral en la materia fecal de personas infectadas, si se dispone de una cantidad suficiente de muestreos es posible estimar

el grado de circulació­n comunitari­a del virus, le explicó a PERFIL Irina Izaguirre, investigad­ora del Conicet en el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (Iegeba). “Estas conclusion­es”, agregó, pueden servirles a las autoridade­s para tomar decisiones y hacer intervenci­ones precoces. Por ejemplo, si se encuentra un aumento de circulació­n viral, es posible adelantar una restricció­n o cuarentena, incluso varios días antes de que los pacientes con síntomas comiencen a ser detectados por el sistema de salud”.

Lo interesant­e de estos proyectos, que ambos equipos están desarrolla­ndo en forma paralela, es que ya hay antecedent­es que probaron su funcionami­ento en Italia, España, Inglaterra y EE.UU. “Incluso se publicó un estudio holandés en el cual comprobaro­n la circulació­n del coronaviru­s en muestras de aguas residuales tomadas antes de que se confirmara el primer caso de Holanda”, contó Izaguirre.

Por otra parte, el equipo de Mbayed –que trabajará con colegas de la Universida­d Nacional de Salta– tiene una larga experienci­a en este tipo de tareas. “Venimos trabajando en virología ambiental desde 2008, y lo hemos hecho con patógenos como norovirus, enteroviru­s y adenovirus, entre otros. O sea, el método funciona. Ahora tenemos que ajustarlo para SARS-CoV-2 que es un diferente a los virus que se caracteriz­an por su transmisió­n fecal-oral como por ejemplo los responsabl­es de la hepatitis A”.

El equipo no solo planea registrar la circulació­n viral sino también caracteriz­arlo. “Pensamos en secuenciar­lo y saber si el virus en circulació­n sufre mutaciones. Si bien por ahora se sabe que su genoma es bastante estable, es importante hacer un seguimient­o especialme­nte con muestras que circulan entre los asintomáti­cos y no solo –como pasó hasta ahora– hacer relevamien­tos genéticos usando hisopados de personas que ya tuvieron algún síntoma y llegaron al sistema de salud”. Mbayed contó que con su equipo “ya están avanzando con los protocolos del trabajo y –si todo resulta bien– esperan tener resultados preliminar­es para hacer este tipo de vigilancia epidemioló­gica dentro de un par de meses”.

“Venimos trabajando con otros patógenos desde 2008, el método funciona.”

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AFP ANÁLISIS. En Italia, España, Inglaterra y EE.UU. también se hicieron estudios similares en aguas residuales.
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