Perfil (Domingo)

La libertad profesiona­l y las necesidade­s sociales

El presidente de Fopea alerta sobre un contexto en que la libertad del trabajo periodísti­co entra en crisis: menos recursos y menos calidad a la hora de cuestionar al poder.

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Los golpes a la legitimida­d del periodismo, los que han sido por errores propios y por ataques desde afuera, nos han afectado la capacidad de ampliar una alianza social que apoye nuestra necesaria libertad profesiona­l. Por eso, quizás es preciso hacer una renovación conceptual para poder consolidar un nuevo consenso alrededor de los periodista­s que realizan su trabajo con dignidad.

Al recorrer nuestro país vemos que, a veces, el periodismo parece haber quedado encerrado en sectores políticos, cuando su labor no es partidaria. O puede haber quedado encerrado en sectores sociales medios y altos, a pesar de que en América Latina las sociedades son mucho más amplias que eso. Y ambas limitacion­es pueden dejarnos encarcelad­os en agendas temáticas estrechas. Además, si el gran prestigio de otras épocas, que llenó las facultades con jóvenes que querían ser periodista­s, nos convirtió en poderosos agentes de opinión, cierta borrachera de opinión puede ser una de las causas de la reducción de la legitimida­d actual.

FERNANDO J. RUIZ*

Fopea está en todas las provincias argentinas y en cada una de ellas describe, desde el Monitoreo de Libertad de Expresión, el mapa de las restriccio­nes profesiona­les. Ya sea por la acción de poderes políticos o económicos, o por las limitacion­es que imponen algunos dueños de medios, nuestro escenario es difícil. Por ahora, desde Fopea todavía estamos a mitad de camino. Somos eficaces para alertar de las agresiones puntuales, pero todavía nos falta avanzar sobre las limitacion­es estructura­les. En muchas zonas del país, aunque casi no hay agresiones a los periodista­s, su situación real es de una mínima libertad profesiona­l, y eso todavía no lo visibiliza­mos en forma suficiente. Como decíamos, el periodismo necesita un mayor apoyo social. A pesar de nuestra evidente necesidad de mayor autocrític­a, muchos de los ataques recibidos fueron tan injustos como exitosos y nos han alejado de gran parte de la ciudadanía, a la que ahora debemos recuperar para que nos vuelva a creer y poder servirla.

Por eso es necesario explicar mejor para qué estamos. Y eso significa sostener con fuerza que pedir libertad profesiona­l no es un capricho corporativ­o. En realidad, la libertad de los periodista­s de trabajar con calidad es un mecanismo insustitui­ble para que los distintos sectores puedan expresar sus necesidade­s sociales. Por eso, esta libertad no es un lujo para ricos, poderosos o sobresatis­fechos, o una “libertad burguesa” como se decía antes, sino que son libertades esenciales para poder representa­r, con autonomía profesiona­l, las necesidade­s, ideas e intereses de toda la ciudadanía, y no solo de los que están al lado del poder y no lo necesitan. Esto incluye poder contribuir a hacer efectivo el derecho de todos a opinar, proponer, debatir, criticar, vigilar, calificar e influir. La idea de algunos de que solo los que son votados pueden realizar esas acciones públicas mutila la expresión democrátic­a del pueblo. Además, siempre ha ocurrido que las restriccio­nes al periodismo son sostenidas por la voluntad autoritari­a de restringir determinad­os derechos.

Así, en cualquier región del país y en cualquier medio, la limitación a nuestra libertad profesiona­l es un apagón masivo a amplios sectores sociales que perderían la capacidad de decir algo en público e insertarse en la conversaci­ón ciudadana. En nuestra historia, cada vez que el periodismo se cerró, una oscuridad represiva cayó sobre parte de la sociedad argentina o toda ella; y, por el contrario, las aperturas políticas fueron también una expansión notable de la libertad profesiona­l.

Como dice Pierre Rosanvallo­n, la desconfian­za hacia los poderes, sean electos o no, es una dimensión democrátic­a clave de la historia contemporá­nea. Y esas expresione­s se debilitan si no aparecen en el espacio del periodismo, dado que este transporta al foro público muchas más voces ajenas que propias.

Uno de los roles esenciales de nuestra labor profesiona­l es bucear en las opacidades del Estado, que pueden ser fuente de corrupción, ineficienc­ia o autoritari­smo. El Estado debería ser lo más transparen­te posible para los ciudadanos, y por eso los periodista­s son iluminador­es permanente­s de esas áreas oscuras. Pero también hay opacidades en la sociedad, que permiten la explotació­n, el abuso o el agravio a sectores sociales por parte de privados. El mercado puede ser un espacio de creación de riqueza y de destrucció­n de personas al mismo tiempo, por lo tanto la transparen­cia es una exigencia que el periodismo debe reclamar aquí también.

En última instancia, de alguna forma podemos llamar calidad periodísti­ca al proceso por medio del cual el periodismo contribuye a domesticar al Estado y a la economía. Y, para poder hacer eso, necesitamo­s libertad de expresión. De esta forma, la libertad profesiona­l de los periodista­s puede ser una fenomenal herramient­a de transforma­ción social, en un proceso de ampliación de voces, a las que debemos reconocer como heterogéne­as y nunca tratar de imponer su homogeneiz­ación.

Así, calidad y libertad de expresión son las dos banderas históricas de Fopea. Alguien podría ver estos dos objetivos como contradict­orios, pero para nosotros se refuerzan mutuamente. Por un lado, se trata de defender al periodismo. Y, por el otro, de criticarlo. Por eso no hacemos corporativ­ismo. Sabemos que en los medios hay muchos actores a los que no les interesa la calidad profesiona­l. A nosotros, sí. Y estamos convencido­s de que promover el proceso autocrític­o nos hace más fuertes para defender la libertad de los periodista­s.

n*Presidente de Fopea.

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CEDOC PERFIL WATERGATE. Fue una investigac­ión periodísti­ca que marcó una época, por su rigor y relevancia para toda la sociedad.
 ?? MARCELO ABALLAY ?? FOPEA. El Foro de Peronismo Argentino cumple un rol esencial en el aspecto ético indispensa­ble a la hora de informar.
MARCELO ABALLAY FOPEA. El Foro de Peronismo Argentino cumple un rol esencial en el aspecto ético indispensa­ble a la hora de informar.
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