“Las grandes ganadoras son plataformas” las
La actriz estrena en Movistar Play la serie Manual de supervivencia. Estaba a punto de rodar con Celina Murga y de lanzarse como directora. Su punto de vista sobre la crisis y del cine como arte.
Hace unos días se estrenó Manual de supervivencia, una muy buena serie argentina dirigida por Victoria Galardi, autora también del guion con Paula Schiselman. Es la primera producción argentina de Movistar Play, está protagonizada por Esteban Bigliardi –en el rol de un abogado de unos cuarenta años que decide dejar a un lado ese trabajo para dedicarse a la actuación, su verdadera vocación–, y Dolores Fonzi aparece en el elenco interpretando a una mamá primeriza agobiada que establece con él un vínculo muy particular. Un alivio dentro de un panorama sombrío: cuando se decretó la cuarentena, Dolores tenía todo listo para empezar el rodaje de El olor del pasto recién cortado, la nueva película de Celina Murga, estaba a punto de comenzar a grabar la segunda temporada de la serie de Netflix Puerta 7 y también ajustaba los últimos detalles de su debut en la dirección cinematográfica, un largometraje todavía sin título que escribió codo a codo con la actriz de cine y teatro Laura Paredes.
—Quedaron desbaratados muchos planes. ¿Cómo vivís todas esas postergaciones?
—En algún momento podré retomarlos... Yo me angustio más por amigos que tienen problemas con su laburo, gente que tiene una pequeña empresa y no sabe muy bien cómo sostenerla en este contexto. Para todos dejó de ser el año que teníamos en mente. No es el año de nadie, salvo de los que fabrican barbijos (risas). Me entristece la situación económica de mucha gente que ya venía pasándola mal y que con esto probablemente ahora esté peor. Yo no me puedo quejar. Tengo lo que necesito y me voy organizando en esta nueva realidad con mis hijos y mis cosas. A mí me gusta mucho estar en casa, no lo padezco. Preferiría poder ver más a mi familia y a mis amigos, claro.
—¿Estás conforme con las decisiones que tomó el Gobierno hasta ahora?
—Creo que está todo más o menos controlado. Yo al menos me siento contenida. Obviamente, la situación económica es preocupante, pero me parece que hay logros. Es muy importante que un líder político que acaba de asumir tenga el apoyo de la sociedad que tiene Alberto Fernández. No me quiero ni imaginar lo que hubiese pasado en otro contexto. Siento que lo están manejando bien, con responsabilidad. Hay que solidarizarse con los que más necesitan, tratar de unir fuerzas y defendernos entre todos. Nadie va a salvarse solo.
—¿Qué te llevó a participar en la serie “Manual de supervivencia”?
—Me gustó mucho el guion, me gustó también el personaje que me tocó. Hice un gran esfuerzo porque cuando empezamos con esta serie yo también estaba rodando
Claudia, la película de Sebastián De Caro que estrenamos en el Bafici. Estaba todo el día ocupada, de un lado para otro. Pero valió la pena porque esta serie aporta un aire nuevo. Yo vi los ocho capítulos casi de un tirón. Es muy entretenida, los actores están bárbaros y la realización tiene la calidad del cine. Mi personaje es una mamá primeriza que tiene la impunidad propia de ese estado. Le ofrecen la mano y se toma hasta el codo. Fue divertido hacerlo porque pude reconocer perfectamente en mí esa misma actitud. Cuando están muy superadas, las madres primerizas descansan mucho en los demás. Incluso hoy yo les cocino a mis hijos y
después me olvido de que tengo que comer. Así que si hay alguien que me cocine –sea mi novio o algún amigo o amiga–, mejor para mi. Está bueno que alguien empatice con tu actividad de madre y te resuelva otros temas.
—¿Cómo imaginás el futuro inmediato de la industria audiovisual?
—Es difícil hacer pronósticos ahora. Yo escucho esas frases determinantes, tipo “el mundo no va a ser el mismo”, y no las entiendo del todo, me parecen muy abstractas. Está claro que las grandes ganadoras de este momento son las plataformas de streaming. Espero que produzcan más, que devuelvan con trabajo esta buena época para sus negocios.
—¿Cómo será tu película, tu debut en la dirección?
—Es un buen desafío, porque voy a dirigir y también voy a actuar. Mi personaje, en este caso, es una mujer de 40 años que tuvo un hijo a los 15. Y vive con él, como si fueran roommates. Con la particularidad de que él es más maduro que ella, es el más centrado y equilibrado de la relación. Es una linda comedia familiar.
—Vos tenés una larga experiencia en cine. ¿Conviene ensayar, como es más habitual en el teatro? Hay distintos puntos de vista sobre ese asunto, ¿no?
—Leí hace un tiempo una en
trevista a Steven Spielberg en la que decía que no tenía sentido ensayar para filmar una película porque aunque esos ensayos hayan salido increíbles, después nunca se repiten en plano. Me parece que en cine está bueno saber cómo se va a filmar una escena desde lo práctico, lo técnico. Que vos, cuando vas a actuar, sepas si está todo el cuerpo comprometido o es un plano más corto, esas cosas... Pero lo mejor es condensar toda la energía para el momento del rodaje. Si repetís mucho lo que vas a hacer cuando filmes es como que te empezás a vaciar. En teatro se construye a partir de la repetición, se empieza a cargar algo con el correr de los ensayos y después en las funciones. Pero en cine es mejor que esa carga se produzca en el momento en el que se prende la cámara. Si vos tenés claro el personaje, vas a poder resolverlo. También depende de qué tipo de exigencia
haya, obviamente. En la escena inicial de La patota, que es de nueve minutos sin cortes, sí hubo mucho ensayo. Pero la escena de la hipnosis de La cordillera, que también salió muy bien, no se ensayó mucho.
—¿Estás viendo series en esta cuarentena?
—Estuve viendo True Detective y El cuento de la criada.
Hay temporadas y temporadas... Son medio irregulares. Obvio que me fanatizo y veo varios capítulos seguidos, como mucha gente. Pero siento que es como un vaso que se va vaciando, no sé... Me gustan más las películas. También vi un poco Run, que tiene una muy buena premisa. Y me encantó Better Things. Esa sí es una serie espectacular. Antes de la cuarentena había visto completa Mad Men. Son raras las experiencias con las series. Yo sabía que llegaba a casa y había alguien que me recibía: Don Draper. Pero después termina la serie y todo se diluye más rápido, es menos excitante que ver una buena película que te parte la cabeza y te deja pensando mucho más tiempo.
“Espero que el streaming devuelva con trabajo esta buena época para sus negocios.”