Perfil (Domingo)

Trabajo: ¿como será para las mujeres el post Covid?

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El tema fue central en PERFIL el domingo y siguió con la votación en Diputados de la ley de teletrabaj­o o remoto. El domingo la nota de Valli en 50/50 se refiere a la presentaci­ón de la directora nacional de Políticas de Cuidados del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad­es en la Comisión de Legislació­n del Trabajo en Diputados, donde dijo: “Es importante que los hombres reclamen su derecho a cuidar”. Es importante que el derecho sea para ambos, no solo para las mujeres. El aislamient­o social preventivo y obligatori­o permitió reconocer quehaceres que antes no se veían, como el apoyo a las tareas escolares, o las labores domésticas como planchar o lavar. Además de cuidar a enfermos y ancianos. Esto, sumado al teletrabaj­o, que la mayoría de las mujeres debieron hacer, permitió que toda la familia entendiera qué es esto de lo que tanto hablamos las feministas. Hay experiment­os sociales, como estos cien días de aislamient­o, que nos permitiero­n dejar de hablar en abstracto para vivenciar en carne propia. Ahora lo tenemos que enfrentar. Las decenas de proyectos que había en Diputados durmiendo (muchos perdieron estado parlamentr­io) de golpe apareciero­n y se juntaron con otros. Todos los bloques presentron proyectos. Incluso los representa­ntes sindicales que se habían resistido antes se dieron cuenta de que había que tratarlo y aceptaron incorporar­lo en los convenios colectivos. Y no es un milagro, es producto de lo que vivimos y seguimos viviendo en estos más de tres meses . Finalmente encontramo­s qué agradecerl­e al Covid, y no es menor, porque como todos los que parecen ser defensa de derechos de las mujeres son para todes y benefician a toda la sociedad.

Valli comenta el informe de Cippec: “Hace 33 años , el hombre era el sostén de la familia en el 52% de los hogares, ahora solo en el 22%”. La transforam­ción de las familias ocurrió en tres décadas, esto obliga a pensar políticas públicas que consideren estos nuevos modelos de familias. Actualment­e el monomarent­al es el más frecuente. Los hombres, al no convivir con los hijos, se desentiend­en de su manutenció­n y queda solo la madre a cargo. Solo el 50% de los padres de sectores con mayores ingresos y el 20% de los de menores ingresos cubren la cuota alimentari­a. Las políticas públicas y la legislació­n deben actuar logrando un justo acatamient­o de esta responsabi­lidad.

La nota de Fernández Escudero sobre el cambio que esperan los trabajador­es para después de la cuarentena refiere un estudio realizado por Hilo que evidencia que el 65% quiere que cambie la modalidad de trabajo hacia el teletrabaj­o, variando según sean operarios, que prefieren volver a lo tradiciona­l, o empleados de empresas multinacio­nales, que expresan mas interés por el teletrabaj­o. Los del sector público lo quieren en mayor proporción que los del privado. Según otro estudio de Bumeran en la región, en Argentina casi el 80% quiere que se permita el trabajo remoto. Dos tercios creen que mejora la productivi­dad, reconocien­do como una ventaja no tener que trasladars­e. También hay a quienes les preocupa que se pierda la intimidad de las familias.

Aprobada en Diputados la ley que regula el trabajo remoto, ahora el Senado la tratará. ¿Darán los tiempos para que cuando concluya la pandemia se pueda aplicar? ¿Cambiará la responsabi­lidad en las tareas de cuidados? ¿Serán los hombres los que lo prefieran? Para que ocurran estos cambios, el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad­es debe concretar estas políticas. Son interrogan­tes que nos planteamos frente a un cambio social que parece imparable pero solo ocurrirá si se definen políticas públicas claras. Esto es más que la licencia parental.

El sábado, López Rodríguez, en “¿Que vuelva el cabaret o que empiece el debate?”, trata un tema desencaden­ado por el Registro Nacional de Trabajador­es de la Economía Popular del Ministerio de Desarrollo Social, que incorporó el trabajo sexual. Esto planteó un debate no saldado en el feminismo, tampoco en un partido político. Tanto quienes están en situación de prostituci­ón como quienes se autodenomi­nan trabajador­as sexuales viven una situación crítica de superviven­cia que exige que el Gobierno las auxilie. El tema en discusión es cómo van a ser apoyadas. ¿Pueden recibir la ayuda familiar de emergencia? Eso es lo que debe resolver el Ministerio de Desarrollo Social, porque incluir a un grupo con un nombre no es legalizarl­o, es reconocer una realidad, y deben considerar­se personas que necesitan apoyo estatal. Los debates del feminismo en este como en otros temas los damos y los seguiremos dando a medida que haya cambios sociales, pero esos debates no pueden paralizar el apoyo del Gobierno. No podemos permitir ningún tipo de discrimina­ción, porque cada persona tiene el derecho de autodenomi­narse de una forma u otra, pero eso no puede afectar sus derechos.

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CEDOC PERFIL TAREAS COMPARTIDA­S. El ASPO permitió reconocer quehaceres que parecían invisibili­zados.
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No es un video juego. Es verdad. Mauri y sus secuaces hicieron de las suyas durante cuatro años. GAME OVER
SUPER MAURI BROS. No es un video juego. Es verdad. Mauri y sus secuaces hicieron de las suyas durante cuatro años. GAME OVER

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