Ricardo Rojas es el presunto líder de la organización y mandó a matar a dos personas. Pasó de robar bicicletas al mundo del narcotráfico.
Las órdenes las impartía desde la cárcel. El Coya quiso vengar una supuesta mexicanización de droga y contrató sicarios para llevar adelante su plan. Una de las víctimas sobrevivió, a pesar de haber recibido seis impactos de bala. Pero la otra no corrió con la misma suerte. Desde esta semana los siete presuntos integrantes de la banda están siendo juzgados.
Ricardo Rojas, alias Coya, es para la justicia el cabecilla e ideólogo de la organización. Desde prisión se habría contactado con otras personas para llevar adelante su plan: quería matar a Ricardo Gerónimo.
Coya le contó su plan a Enzo Quiroga con quien compartía celda en la comisaría 13 por una causa por drogas y le dijo que tenía 4 mil dólares para ofrecerle a quien apretara el gatillo. Entonces fue Quiroga quien se encargó de juntar las piezas para concretarlo.
Así fue como se contactó con Norberto Mendoza para encargarle el “trabajo” e involucró a su pareja, Daniela Liborio, para que sea nexo entre las partes. Luego le encargaron a Matías Sarmiento, que le consiguiera las municiones calibre 9 mm a Mendoza para que termine con la vida de Gerónimo.
“Mendoza es quien actuó como ejecutor de lo que pidió Rojas en primera instancia: el homicidio de Ricardo Adrián Gerónimo, pero sobrevivió a seis disparos”, detallaron las fiscales penales 1 y 2 de la ciudad de Orán, Alda Daniela Murúa y Mariana Torres que llevaron adelante la investigación.
El 1 de mayo de 2017, Mendoza esperó que Gerónimo bajara de su auto para abrir