“Honestidad brutal” entre israelíes y palestinos
Cuando muchos esperaban o soñaban el inicio de debates para la creación de una Palestina independiente, las cosas en Israel parecen ir en sentido contrario.
Si se hace un pequeño esfuerzo de leer entre líneas, la región de Medio Oriente parece estar viviendo una época de honestidad brutal. Y la cuestión de la anexión por parte de Israel de porciones de Cisjordania no hace más que subrayarlo.
Es que en un momento en el que muchos esperaban o soñaban ver en marcha discusiones para la creación de un país independiente para los palestinos, lo que está ocurriendo es casi lo contrario, o una versión muy diferente a la ya vieja idea de dos Estados para dos pueblos.
Y las protestas en contra de la iniciativa israelí son so
MARCELO RAIMON
lamente tibias y, en general, apenas esconden los reales motivos de los jugadores en este partido.
Plan. Por lo pronto, el gobierno del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ya tiene a punto un plan para arrancar en julio con la anexión de al menos un tres por ciento de Cisjordania, en particular zonas donde se levantan los más grandes de los controvertidos asentamientos de colonos judíos.
De acuerdo a lo que se sabe de las intenciones de Netanyahu, el plan es terminar de anexar alrededor de un 30% del territorio de la parte considerada palestina del valle del río Jordan.
El timing de Netanyahu no es casual: el primer ministro está aprovechando el marco general de la propuesta de paz presentada por Donald Trump, y no quiere arriesgarse a esperar demasiado y ver al presidente de Estados Unidos perder la reelección en los comicios de noviembre próximo a manos del demócrata Joe Biden.
De hecho, el “acuerdo del siglo”, como le gusta llamarlo a Trump, se basa no solamente en miles de millones de dólares en asistencia económica para los palestinos sino en un intrincado intercambio de tierras entre israelíes y palestinos, que incluyen precisamente los asentamientos judíos en Cisjordania.
Para la derecha israelí, declarar la soberanía en esas porciones de Cisjordania era simplemente una cuestión de tiempo: a casi nadie en el país se le ocurriría erradicar los asentamientos en el valle del Jordán, como hizo el entonces primer ministro Ariel Sharon en 2005 con las colonias instaladas en Gaza.
Gaza. La mayoría de los israelíes, y de los judíos en general, prácticamente no siente ninguna conexión con Gaza. En cambio, no es por nada que Cisjordania es también conocida como la región de Judea y Samaria, las tierras donde se levantaron los bíblicos reinos de Judá e Israel.
Si bien los debates sobre la confiabilidad de los relatos bíblicos nunca se apagan, el libro que leen y adoran millones de personas en todo el