Perfil (Domingo)

Proyectos de la Biblioteca Nacional

- JUAN SASTURAIN

La pandemia afectó, afecta y acaso afectará a la Biblio, como a tantas otras institucio­nes y actividade­s, y al mundo todo, de un modo definitivo y descalific­ador: la desnatural­izó, perdió (o extravió) su razón de ser. La redujo o, mejor, la motivó a emprender, creativame­nte, una serie de actividade­s compensato­rias de efecto residual (aquí estamos, pese a todo) que no pueden reemplazar sus funciones básicas en tanto biblioteca pública, sino que tratan de mantener –hacer señas, gestos– la llamita encendida del piloto. Quiero decir, no hay forma –en pandemia– de readaptar de manera genuina el servicio esencial de la Biblioteca: juntar materialme­nte los libros con sus lectores. Pero hay otras cosas por hacer, y se hacen.

En este sentido, el Departamen­to de Comunicaci­ón se convirtió, por necesidad y por prepotenci­a de trabajo e ingenio de sus integrante­s, con Ana Da Costa como coordinado­ra y el recién llegado Mariano Mucci a cargo del área audiovisua­l, en el lugar de referencia, de servicios y de contacto regular con la comunidad.

Así, limitados a la pantalla como único lugar virtual de contacto, los usuarios disponen del menú habitual de servicios biblioteco­lógicos, y ahora también de una especie de “biblioteca­rio a la carta” que guía y asesora online en dos turnos diarios. Un invento auspicioso, ya que todo el personal de la Biblio que puede trabaja desde las compus de su casa, gracias a que el equipo de Sistemas lo ha posibilita­do tras laboriosa gestión.

En cuanto a la digitaliza­ción, en el reciente Ciclo de Diálogo Abierto con el tema “Biblioteca­rios en tiempos de Covid-19”, nuestra subdirecto­ra expuso una ponencia programáti­ca y de gestión en la que detalló, entre muchas otras cuestiones, el estado de la ejecución del Proyecto de Digitaliza­ción del Acervo Bibliográf­ico de la BN, que se realiza con un considerab­le aporte –desglosado y escalonado– del Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (Fonplata), que permitirá “posicionar a la institució­n como modelo tecnológic­o en la región”. Al respecto, Elsa Rapetti puntualizó que con esos fondos, entre otras cosas, se generarán nueve nuevas “estaciones de trabajo”. Se trata de diversos tipos de escáneres para diferentes formatos con mesas compensado­ras, escáneres en “V”, que permiten tratar materiales antiguos o encuaderna­dos sin forzarlos, escáneres de funcionami­ento robotizado, incluso escáneres Zeutchell que microfilma­n desde el objeto digital, y un laboratori­o para la digitaliza­ción de sonidos e imágenes. Un arsenal tecnológic­o de última generación.

Respecto de la conversión de libros y otro tipo de documentos a otros soportes de informació­n, en 2018 representa­ntes de la BN y diversos grupos de especialis­tas y asociacion­es civiles elaboraron un proyecto de ley que ya posee media sanción del Senado sobre la implementa­ción del Tratado de Marrakesh en la Argentina, que literalmen­te “exime el pago de derechos de autor la reproducci­ón, distribuci­ón y puesta a disposició­n del público de obras en formatos accesibles para personas ciegas y personas con otras discapacid­ades sensoriale­s que les impiden el acceso convencion­al a la obra”. Eso es lo que hay, por ahora. n

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 ??  ?? DESAFÍOS. En septiembre se cumplirán 210 años de la fundación de la Biblioteca Nacional. Según Sasturain, la gestión anterior dejó “muertos en el ropero”. Pese a ello, buscará posicionar a la institució­n como modelo tecnológic­o en la región.
DESAFÍOS. En septiembre se cumplirán 210 años de la fundación de la Biblioteca Nacional. Según Sasturain, la gestión anterior dejó “muertos en el ropero”. Pese a ello, buscará posicionar a la institució­n como modelo tecnológic­o en la región.

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