LA NUEVA MIRADA
A.S.
Tanto Monina Bonelli como Andrea Garrote vieron modificada su vida profesional. La primera integraba el elenco de El siglo de oro trans de Gonzalo Demaría y la segunda proyectaba seguir con las funciones de su unipersonal Pundonor.
Bonelli recuerda la experiencia con quienes habitan la Casa del Teatro. “El primer día que nos reunimos con estos artistas que viven desde hace años en la Casa del Teatro nos sentamos a tomar un café. Trabajamos con adultos mayores, hay que encender ese deseo y generar confianza. Descubrimos que el cocinero (Horacio González) es cantante lírico, pero nunca antes había interpretado frente al público”. “La gorra virtual es perezosa –continúa–. Nos cuesta un poco, pero necesitamos un tiempo para instalarnos. La estamos peleando. El teatro filmado es difícil para el público general. Nadie estaba preparado para este momento. Creo que después de la pandemia todos vamos a tener otra mirada sobre lo audiovisual y ninguno filmará su obra de teatro solo con una cámara”. “Veo muy bien que se suban espectáculos que sería imposible reponer. Ahí tiene mucho sentido –reflexiona Andrea Garrote–. Pero me duele haber tenido que suspender mis giras con Pundonor, había sido invitada a festivales internacionales. Trabajé mucho y todo quedó en la nada. Como escritora iba a escribir, pero lo abandoné. Estoy dando clases por Zoom con el estilo de la protagonista de Pundonor,
Claudia Pérez Espinosa. Esta profesora de filosofía llegaba a todos los espectadores y espero poder reponerla en Hasta Trilce. Necesitamos la comunidad: en el teatro entablamos una comunión entre público y elenco”. Cuando se le pregunta a Garrote por el grupo que integra junto a Rafael Spregelburd y otros intérpretes bajo el nombre de El Patrón Vázquez, afirma: “Siempre fuimos una familia disfuncional. No tuvimos una dinámica de compañía.”