Día de las madres: el valor del cuidado
El jueves tuvo lugar el día de las mujeres rurales y en ese marco, las organizaciones que trabajan con las agricultoras pusieron en evidencia las brechas que también persisten en esta actividad. Con igualdad de oportunidades en relación con los hombres, la producción agrícola podría crecer entre un 20 y un 30% según los datos de la FAO. Eso podría reducir el hambre en hasta 17% a nivel mundial.
En el marco de la campaña Voces Rurales, la Red Mujeres Rurales remarcó que según ONU Mujeres, representan más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra agrícola, “garantizan la seguridad alimentaria de sus comunidades, generan resiliencia ante el clima y fortalecen las economías”. En el sector hay leyes y normas sociales discriminatorias, que impiden acceder a la titularidad de la tierra o financiamiento.
El “acaparamiento de tierras” tiene impacto en las mujeres, según se destacó en el Foro de la Tierra de América Latina y el Caribe, la región más desigual en cuanto a la distribución de la tierra: el 1% de las grandes unidades agrícolas ocupan más tierra que el 99% restante.
Pese a que el porcentaje de participación se acerca a la mitad, pocas mujeres reciben ingresos por su labor. “Las mujeres rurales no son un grupo homogéneo: son productoras de alimentos, pequeñas y grandes productoras de alimentos, líderes en el sector agro, indígenas, artesanas, emprendedoras, investigadoras, científicas, profesionales y miembros de instituciones, de diferentes regiones del país”, aclara la Red.
Conectividad. Otro estudio plantea que la mejora del acceso a la tecnología puede contribuir a cerrar la brecha digital en poblaciones rurales pero también otras desigualdades de educación y empleo. “Las mujeres acceden al 10% del total de créditos dirigidos a la agricultura”, plantea el informe “Desigualdad digital de género en América Latina y el Caribe”, a cargo de Valentina Rotondi, Francesco Billari, Luca Maria Pesando y Ridhi Kashyap, de la Universidad de Oxford. Solo cerca de la mitad de la población mundial tiene acceso a internet y el promedio de América Latina marca falta de acceso de las mujeres en zonas rurales, aunque en países como Argentina o Brasil aseguran que se llega a la paridad.
“En los países donde las brechas digitales de género son menores, la brecha de género en materia de empleo vulnerable, desempleo juvenil y participación en la fuerza laboral es también inferior”, agregan. A eso se suma el acceso de las mujeres rurales a la tecnología y a otros recursos como tierra, semillas, tecnologías, o mercados, que es menor que el de los hombres, agrega el estudio publicado por Oxford, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA).
nEste domingo estaremos festejando el Día de la Madre. Será diferente a otros años, con mayores distancias, pantallas de por medio o almuerzos con la mitad de la familia. ¿Pero quién organiza el encuentro? ¿Quién se asegura que la mesa esté lista y las ensaladas servidas? ¿Quién se ocupa del regalo de su madre? ¿Las hijas? ¿Otras madres? ¿Cuántas veces las mujeres asumimos, aun en nuestro día, la organización de estos espacios, y de tantos otros?
Este año, con pandemia de por medio, se ha visibilizado más que nunca que las tareas de cuidado son fundamentales, que demandan tiempo y energía, y que este rol está asignado casi exclusivamente a las mujeres.
En Argentina el 94% de los varones con personas a su cuidado trabaja o busca trabajo, mientras que solo el 61% de las mujeres en la misma situación también lo hacen. Por otro lado, el 83,4% de las mujeres que son madres realizan tareas de cuidado en el hogar mientras que solo el 12,9% de quienes son padres lo hacen.
Pero ¿la maternidad tiene el mismo peso para todas las mujeres con hijos o hijas a cargo? La respuesta es no. El nivel socioeconómico, cuando decidimos maternar (si es que lo decidimos) y el nivel de estudio alcanzado configuran una red compleja que habilita o no a las mujeres a acceder a distintas oportunidades de trabajo y desarrollo. Estas diferencias se deben a una multiplicidad de razones, pero la principal es la falta de espacios de cuidado. Contar con una red que sostenga las responsabilidades de cuidado es fundamental tanto para pensar la idea de poder trabajar y ser independiente, como para sostener ese trabajo y desarrollarnos. Durante el aislamiento esto se derribó: aún hoy no hay un sistema de cuidado que brinde a las mujeres la posibilidad de decidir cómo administrar su tiempo.
Hablar de la conciliación familiar nos obliga a preguntarnos quién cuida y a qué costo. Si en una jornada promedio antes de esta pandemia, las mujeres les dedicábamos 6 horas por día a tareas domésticas y de cuidado contra 3 de los varones, las obligaciones que se sumaron con el coronavirus dispararon esta diferencia. Además de las tareas habituales se suma desinfectar los hogares, limpiar alimentos, acompañar las tareas de las/os hijas/os en edad escolar, dedicar tiempo a los juegos, chequear a los familiares, organizar las comidas y planear al detalle las salidas al supermercado para reducir al máximo la probabilidad de contagio. Y trabajar, dormir y descansar.
Según la encuesta del Uso del Tiempo que realizamos desde Grow entre abril y julio de 2020, las mujeres dedican durante el aislamiento más de 10 horas a las tareas de cuidado y domésticas por día y los varones 6 horas. Durante esas 4 horas de diferencia los varones trabajan, duermen más y realizan actividades de ocio. Mientras tanto, las mujeres cuidan más, realizan las tareas con sus hijos/as y cocinan más. Más complejo es aún el entramado de cuidado de quienes tienen que salir a trabajar fuera de sus casas. Nuestro deseo para el Día de la Madre es que el Estado, las instituciones empleadoras y los sindicatos asuman la responsabilidad de ubicar al cuidado en el centro de la agenda pública, porque mientras el mundo sigue girando, las mujeres son quienes cargan, de manera silenciosa e invisible, esta responsabilidad central.
*Cofundadora de Grow, género y trabajo www.generoytrabajo.com.