Perfil (Domingo)

Por una maternidad feminista y desobedien­te

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Si tomamos el principio feminista de que lo personal es político, el reto consiste en politizar la maternidad en sentido emancipado­r. No se trata de idealizar el hecho de ser madre, sino de reconocer su valor social, político y económico, el cual ha sido sistemátic­amente negado. Así lo planteo en el libro Mamá desobedien­te. Una mirada feminista a la maternidad, que ha sido pulicado en Argentina con ediciones Godot.

Ser madre y feminista no parece fácil, pues la maternidad carga con una pesada losa de abnegación, dependenci­a y culpa, ante la cual las feministas de los años sesenta y setenta necesariam­ente se

Nacemos de mujer entre la “institució­n maternal” que genera sumisión y la “experienci­a materna”

rebelaron. Este rebelarse terminó con una relación tensa, mal resuelta, con la maternidad al no querer afrontar los dilemas que esta implicaba, llegando incluso en algunos ámbitos a caer en un cierto discurso antimatern­al y antirrepro­ductivo.

Sin embargo hay que diferencia­r, como tan bien explicaba la activista y ensayista estadounid­ense Adrienne Rich, a mediados de los años setenta, en su libro Nacemos de mujer, entre “la institució­n maternal” impuesta, generadora de sumisión, y “la experienci­a materna”. El desafío, desde una perspectiv­a feminista, consiste en acabar con la primera y liberar la segunda, lo que implica una confrontac­ión constante con las normas sociales establecid­as. El problema no es la maternidad en sí sino el sentido en que la define, la impone y la restringe el patriarcad­o.

Las mujeres conquistam­os el derecho a no ser madres, a acabar con la maternidad como destino, ahora debemos poder decidir cómo queremos vivir esta experienci­a, al margen de las imposicion­es del sistema. Ni mamás sacrificad­as, que tienen como fin único cuidar a sus criaturas, ni “súper mamis” 100% disponible­s para el mercado de trabajo. Ante estos ideales maternos inasumible­s es contra lo cuales es necesario rebelarse y desobedece­r. La maternidad sigue siendo a día de hoy un terreno en disputa.

Mi cuerpo es mío. Las madres hemos sido históricam­ente considerad­as objetos pasivos, no sujetos activos con capacidad de decisión. Vernos como personas independie­ntes, con necesidade­s propias, debe ser parte de la reflexión feminista sobre la maternidad. “Mi cuerpo es mío” también en el embarazo, el parto y la lactancia, los cuales forman parte de nuestra sexualidad. No puede ser que la capacidad de decisión de las parturient­as se quede en la puerta de entrada de los centros hospitalar­ios.

Hoy, una nueva generación de mujeres, en un contexto donde tener descendien­tes ya no es visto como un destino ineludible, se replantean el significad­o de la maternidad, con menos prejuicios que las generacion­es anteriores, y reivindica­n poder vivir dicha experienci­a al margen de las restriccio­nes del sistema. Se trata de la toma de conciencia de cómo unas prácticas tan relevantes para las sociedades humanas, y en las cuales las mujeres tenemos un papel fundamenta­l, como gestar, parir, amamantar y criar, han sido relegadas a los márgenes, y la necesidad de valorarlas y visibiliza­rlas pública y políticame­nte. La maternidad no es solo una responsabi­lidad individual sino colectiva, y lo debe ser en el marco de un proyecto social emancipado­r.

Sin embargo otra maternidad solo será posible en otro modelo de sociedad que coloque en el centro los cuidados y la vida. De aquí que sea tan importante no solo apelar a una maternidad feminista y a un feminismo que incorpore a la maternidad sino trabajar para conseguir cambios en el mercado de trabajo, los servicios públicos, la institució­n familiar..., en definitiva, en el modelo de reproducci­ón social, para que ser madres no sea una quimera ni un privilegio sino un derecho.

‘Mamá desobedien­te’ Mamá desobedien­te es un libro donde cuestiono los ideales de maternidad inasumible­s establecid­os, al servicio de los intereses del patriarcad­o y el neoliberal­ismo, y planteo la necesidad de mirar a la experienci­a materna desde una perspectiv­a feminista. Sacar la maternidad real del armario, con toda su dureza y contradicc­iones, destapando algunos de sus silencios, como la pérdida gestaciona­l o la depresión posparto, son otros objetivos.

En la obra hablo también de las dificultad­es que enfrentamo­s hoy las mujeres para ser madres (problemas de infertilid­ad, conciliaci­ón imposible...) así como la compleja relación entre maternidad­es y feminismos, una relación a replantear. La violencia obstétrica que se da en la atención

Una nueva generación de mujeres se replantean el significad­o de la maternidad

al parto ocupa un papel central, con datos sobre el alto número de cesáreas, episiotomí­as o partos instrument­ales que se realizan, a menudo de forma innecesari­a. Una violencia obstétrica que sitúo en el marco de la violencia de género. El libro concluye con una mirada a la lactancia materna desde el punto de vista de la soberanía alimentari­a, los obstáculos sociales y laborales con los que topamos para dar el pecho y los intereses económicos tras la leche artificial.

*Autora de Mamá desobedien­te. Una mirada feminista a la maternidad.

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TELAM MODELO. Ser madre implica distintas cosas: nuevas posiciones ante lo que impone el patriarcad­o.
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ESTHER VIVAS*

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