“La cosmotécnica no es nacionalismo, no es fascismo, no es una identidad política”
—Usted se opone a la idea tradicional de que la tecnología es un universal antropológico, una exteriorización de la memoria y una liberación de los órganos. ¿Por qué está constreñida y posibilitada por cosmologías particulares que trascienden la funcionalidad y la utilidad?
—Desde hace mucho tiempo tenemos la impresión de que la tecnología es universal. Critiqué este concepto. No me resulta adecuada la idea de que la tecnología es universal y que hay una sola historia, que es la del progreso. Presenta muchas dificultades. La de la universalidad de la tecnología es una idea que parece existir en diferentes disciplinas, por ejemplo, en la filosofía de la tecnología, en la antropología de la tecnología, en la historia de la tecnología. Especialmente aparece en la historia de la tecnología. Muchos investigadores comparan la tecnología china con la de Europa, buscando cuál es la más avanzada. No lo hacen todos, pero sí muchos. Parten del supuesto de que son la misma tecnología. Y parten de las mismas premisas epistemológicas y ontológicas. Pero resulta esencialmente injusto compararlas: además de difícil, casi imposible. Son conceptos que también trabajó el sinólogo e historiador Joseph Needham. Mi idea fue desafiar aquello de que los conceptos sean universales. Un producto, como un periódico, puede tener un mismo tipo de material. Pero esto no significa que sea el mismo material, aunque tenga los mismos componentes. Intenté reabrir la reflexión sobre la cuestión de la tecnología como algo universal. No se trata de una postura particular, como se habla de universalismo o relativismo. Para mí, la universal
“La idea de máquinas más inteligentes que los humanos conlleva el riesgo de la despolitización.”
es solo una dimensión de la existencia. Y allí, en ese universo de dimensiones, la tecnología sería la externalización de la memoria y la liberación de todas las cosas en algún lugar de las piezas que usted acaba de leer como tratando de demostrar que podría haber un universo de dimensiones, por ejemplo, en la forma en que entendemos la tecnología como la externalización de la memoria y la liberación de todas las cosas.
—¿Qué ventajas genera redescubrir una multiplicidad de cosmotécnicas con sus respectivas historias en lugar de entender a la tecnología
En su libro Fragmentar el futuro: ensayo sobre la tecnodiversidad, este ingeniero y filósofo chino educado en Hong Kong, Inglaterra, Alemania y Francia, donde también enseña, explica cómo diferentes epistemologías crean diferentes tecnologías. El Iluminismo, la globalización, el neor reaccionar ismo, el futuro de la inteligencia artificial, la ge o política y la disputa de poder entre Oriente y Occidente en su competencia por la innovación son parte de sus análisis.
como aquel universal?
—Trascender no solo lo antropológicamente universal, sino también entender un universo o una sola historia de tecnología o historia o tecnología como algo universal y percibir que lo que estamos viendo es que estamos compitiendo en una sola tecnología. En realidad, lo que sucede es que estamos viendo la competencia de ciertas inteligencias para ver cuál es más eficiente, o cuál es más rápida. Estamos en un tipo de competencia global de tecnología. Viendo las formas de esta competencia cabría preguntarse adónde nos lleva.
—Citando la conferencia de 1949 de Heidegger “La pregunta por la técnica”, se refirió a tecnologías milenarias como las de India y China, pero también las de los mayas, incas y mapuches, estos últimos dos pueblos precolombinos de Argentina. ¿Del estudio de la antropología de la tecnología surge algo aplicable de las cosmotécnicas precolombinas que pueda ser restablecido?
—Esto se conecta con la pregunta que hice sobre el destino de la tecnología. La pregunta por la competencia geopolítica general de la tecnología y en particular de la tecnología digital. Es una competencia sobre la singularidad tecnológica. Mi propuesta es que en lugar de aceptar la universalidad de la tecnología y darle este progreso histórico, es necesario
“La globalización es el chivo expiatorio de Trump y de los políticos neor reaccionarios .”
reabrir la pregunta de la tecnología, pensar sobre lo que llamo “múltiples cosmotécnicas”. La idea de fin de la historia es un poco teológica. ¿De dónde viene la multiplicidad? ¿Hay diversidad de tecnologías? Es un tema que no viene de la nada, ni de nuestra propia imaginación. Si se observa en la historia hay una tecnología amazónica, hay una tecnología maya. Hay tecnologías hindúes, chinas. Pero ¿qué son? ¿Son lo mismo que las técnicas, hijas de la tekné griegas? Hay tecnología griega. Los historiadores son más rigurosos, pero podemos decir que hay una tecnología antigua y luego una moderna. De hecho, hay una multiplicidad de tecnologías. ¿Y qué quiere decir esta multiplicidad? ¿Cuál es la relevancia de esta tecnología en nuestra situación de hoy? Para la mayoría de la gente no hay relevancia: son tecnologías obsoletas. Como tarea filosófica, la cuestión es encontrar la relevancia y explorarla, ver qué respuesta dar a esta multiplicidad y preguntarnos si nos permite pensar hoy en un marco para nuestras tecnologías.
—Latinoamérica es una cultura híbrida que mezcla europeos, precolombinos y africanos en un mismo territorio. Un territorio que dio origen a una cosmopolítica populista sui géneris. ¿Tal singularidad podría desarrollar una cosmotécnica singular?
—Cosmotécnica no es sinónimo de nacionalismo. No es fascismo, no es una identidad política. En el momento de articular conceptos, cuando hablamos de tecnología nos referimos a dos cosas. La primera es la cuestión epistemología sobre el conocimiento. En segundo lugar, también de cuestiones vinculadas a la vida. No implica la construcción de una identidad política única y que subsuma a todos. Es exactamente lo contrario. Las múltiples cosmotécnicas permiten pensar en qué sentido se pueden comprender las transformaciones de la tecnología en la actualidad. Una
“Una nueva comprensión de la tecnología podría tener un efecto transformador.”
nueva comprensión de la tecnología podría tener un efecto transformador. Y que podría enriquecer su poder a partir de la comprensión que trascienda a la cultura europea. Latinoamérica tiene muchas cosmotécnicas: la amazónica, la cosmotécnica maya. Es la base de lo que podríamos llamar diplomacia epistemológica. No se trata de construir un tipo único tecnológico; no es una forma de comercio. Se trata devolver a abrirla cuestión de la tecnología, de re problema ti zar la.
—¿Por qué la ciencia y la tecnología modernas no se desplegaron en India y China, a pesar del avanzado grado de desarrollo científico y tecnológico alcanzado con anterioridad al siglo XVI?
—Es la famosa pregunta de Joseph Needham. Fue un sinólogo, historiador sinólogo y bioquímico que se planteó esta pregunta. ¿Por qué la ciencia y la tecnología modernas no aparecieron en China y en la India, sino solo en Europa? Y la pregunta de Needham embrujó a muchas generaciones de chinos y también de indios y japoneses, fuera de Europa también. Needham plantea diversas hipótesis. Analizó las condiciones sociales, políticas y económicas por las que la ciencia no fue alentada en China, debido al sistema de examen público. Lo que Needham dijo, y creo que es lo más importante, es que no es posible comparar, por ejemplo, dos tecnologías, la de Europa y la de China, suponiendo que son lo mismo. No es necesario. La nueva pregunta implica precisamente eso. La razón por la cual China no desarrolló la tecnología científica moderna es porque tiene sistemas de conocimiento completamente diferentes. Estos sistemas de conocimiento tienen muchas diferencias, distintas formas