Una experiencia rara de lectura
—Leyéndose entre sí, ¿creen que entienden al otro mejor que cualquier otro lector? Matías Néspolo (a Jimena): Contestá primero vos, porque tengo una respuesta clara.
Jimena Néspolo: No, vos primero (risas).
MN: Me siento un lector hipercualificado. Entiendo demasiado, más de lo que hace placentera la lectura, incluso, a nivel intrafamiliar y de la historia personal. Me pasa con todo el mundo lo que decía Puig: “No puedo leer novelas porque las corrijo”. Y más con mi hermana, porque la materia me resulta más próxima en lo que hay de vivencial o emotivo, y me afecta mucho. Es una experiencia de lectura muy rara, ambivalente.
JN: La idea de que comprendés totalmente lo que leés es una fantasía de posesión. A mí no me pasa con las cosas de Matías. Podés reconocer un texto de inmediato como de tal autor por una voz que se hace tangible, y conocer la historia o el proceso de esa escritura te da otro saber. Pero la fantasía de comprender a la otra persona, de querer corregirla, tiene que ver con el vínculo. No se me ocurriría plantearlo con nadie.
MN: Aun sabiendo que es una fantasía no puedo dejar de experimentarla. El vínculo me permite otro tipo de lectura. La idea de corregir mientras leo no pasa de algo mental, jamás te hice una corrección. Ahí es donde mejor se ha manifestado nuestro respeto y mutuo reconocimiento.
JN: En ese caso tenés que reconocerme que tu primera editora, acá con un testigo presente, he sido yo. La coma te la he puesto yo (risas).
MN: Vale, está bien. Seguro que me quedé con la sangre en el ojo porque desde hace unos años tengo ese trabajo, hago editing. n