Volver a derribar el muro de Pink Floyd
El director Gastón Guillén cuenta sobre aquella odisea que fue adaptar en más de una ocasión el clásico musical a las tablas y la llegada del evento a las redes.
El próximo 24 de octubre, los fans de Pink Floyd podrán disfrutar por streaming (entradas en Blueteamshow.com) The Dark Side
of the Wall, una obra que juega con el imaginario de la adorada banda y su muy conocida pieza, llevada al cine y obra crucial de la historia del rock. Un show donde P.J. Olsson, el cantante de The Alan Parsons Live Project, cumple el rol doble de voz líder y actor principal. Gastón Guillén, el director, cuenta justo antes de la posibilidad del streaming sobre el proyecto que llevó a cabo “con amigos”, como Jorge Rosso, director musical, y Cristián Hansen, que dirigió la parte artística: “Se van a encontrar con un show muy grande en lo que respecta a la puesta en escena, ya de por sí es muy grande la obra”.
—¿Cómo adaptar aquel gigante que es y siempre sigue siendo “The Wall”?
—The Wall es muy grande. Tiene una película, tiene diferentes presentaciones de su autor, más allá de las presentaciones del 79 y 80 con Pink Floyd. Además, hicieron una metáfora excelente cuando se derribó el Muro de Berlín. Y luego el show que acá en Argentina hizo nueve River Plate. The Wall trasciende todo. Nosotros logramos una obra importante aunque no al nivel de Roger Waters. Habíamos tenido la gran suerte de presentarla hace 15 años, en el formato ladrillo, construir literalmente el muro y derribarlo. Tal cual era antes. Después de 15 años, por motivos realmente personales, y diría familiares, volvimos a recrearla en 2019. Hay que hacerla, pero hay que contarla de otro lado. No podemos hacer lo mismo 15 años después, y menos después de Waters. Hay proyecciones, hay animaciones 3D, hay telones translúcidos, hay distintos juegos tecnológicos que en 2004, nuestra primera vez, no existían.
—¿Qué define la personalidad del espectáculo?
—Más de cien personas en escena, coro tipo gospel, hay una orquesta. La orquesta es un diferencial. Floyd nunca tocó con orquesta en vivo The Wall. Hicimos arreglos para orquesta, ya que tocan en el Colón, teníamos que aprovechar. Es un show que se filmó con nueve cámaras, en 108 canales de audio. Amplificar todos los instrumentos de una gran banda, los coros, las orquestas, más los head mics: estuvimos un año para editar el material. Verlo en vivo es impagable. Pero la cámara te permite ver detalles que no cualquiera llega a ver. Eso permite este streaming.
—¿Por qué esa pasión por Pink Floyd?
—Somos tres hermanos. Los tres participamos en la ejecución, y en el año 91 empezamos a hacer esto de Pink Floyd amplio. Definitivamente queríamos que quedara un registro para nuestros nietos. Es un registro muy digno, y está buenísimo.
—¿Qué les pasa al pensar que un show como este sería imposible de producir hoy desde cero?
—Parece que hubiesen pasado mil años, o que nos pasó un terremoto por encima. Estamos contentos con lo que hicimos. Queremos que esto pase de una vez. Ansiamos poder volver a tocar y presentar este show afuera. Está todo preparado para ser mostrado en otros países. Queremos que esto termine para poder ser mostrado. La posibilidad hoy es el streaming.