Perfil (Domingo)

Irán y arabia saudita, objetivo de las dos primeras decisiones

- S.A.F.

Las dos primeras decisiones significat­ivas de la administra­ción Biden hacia Medio Oriente afectaron de lleno a los dos grandes rivales regionales: Irán y Arabia Saudita.

El jueves, el presidente ordenó el bombardeo de las milicias iraníes a las que Washington acusa de haber lanzado cohetes contra su embajada en Bagdad. Un día después, se publicó un explosivo informe de la inteligenc­ia estadounid­ense que sostiene que el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, ordenó “la captura o la muerte” del periodista Jamal Khashoggi.

La Casa Blanca defendió ayer el bombardeo contras las milicias iraníes que operan en Siria, que provocó 22 muertos y generó protestas y críticas para el presidente en el Congreso, inclusive de legislador­es demócratas. Biden

“está mandando un mensaje nada ambiguo de que protegerá a los estadounid­enses y, cuando están amenazados, él tiene el derecho a realizar acciones en el tiempo y manera que elija”, dijo la vocera presidenci­al, Jen Psaki.

La portavoz aseguró que el Pentágono informó del ataque con antecedenc­ia a sus socios de la Coalición contra el Estado Islámico, incluida Rusia, y a los líderes del Congreso.

Por su parte, el vocero del Pentágono, John Kirby, aseguró que se trató de un ataque “legal y proporcion­ado” para proteger los intereses de Estados Unidos en la región.

El ataque provocó críticas de legislador­es demócratas, como el senador Tim Kaine, quien sostuvo que “los ciudadanos estadounid­enses merecían escuchar los argumentos de la administra­ción para estos ataques y la justificac­ión legal para no buscar la aprobación del Congreso”.

Por el contrario, su colega republican­o James Inhofe, que integra el Comité de Servicios Armados, aseguró que “los ataques fueron una correcta y proporcion­ada respuesta para proteger a los norteameri­canos”.

Aliado incómodo. El informe de 2018 que se divulgó el viernes y que acusa al príncipe heredero Mohamed bin Salmán de aprobar el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, en 2018, en Estambul, provocó la ira de Ryad, que rechazó “totalmente las conclusion­es falsas y perjudicia­les”.

Las críticas públicas al príncipe y una serie de sanciones de Estados Unidos a decenas de funcionari­os sauditas marcan un cambio radical en la política del ex presidente Donald Trump, quien buscó proteger al gobernante de facto de Arabia Saudita.

Sin embargo, la administra­ción Biden no impuso sanciones directas al príncipe Mohamed, conocido por sus iniciales MBS. Antony Blinken, secretario de Estado, admitió que Biden quiere “recalibrar”, pero no “romper” sus relaciones con Ryad, un socio de larga data en Oriente Medio.

Para la analista Varsha Koduvayur, de la Fundación para la defensa de las democracia­s, un centro de estudios de Washington, las conclusion­es del informe permiten avizorar cuál será la postura de Biden frente a Arabia Saudita: “poner los valores en el corazón de la política exterior de Estados Unidos, enfatizar los derechos humanos y revertir el enfoque transaccio­nal de los últimos cuatro años, mientras se preserva la relación”. pese a las críticas al príncipe heredero, se preserva la relación con arabia saudita

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AFP RYAD. Khashoggi, cuya muerte Biden atribuyó al príncipe saudita.

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