Perfil (Domingo)

La transparen­cia es derecho propio de la opinión pública

-

respeta el orden establecid­o en mérito al alto riesgo. Mover influencia­s para saltarse la cola es un hábito inveterado, claro que ya no se trata de pagar un servicio o realizar un simple trámite burocrátic­o, porque las vacunas no tendrán poderes mágicos, pero salvan vidas. Tenemos dos canales, uno por donde circula el ciudadano común, y otro que es exclusivo de los privilegia­dos, ambos financiado­s con los dineros públicos. En ética, las excepcione­s a la regla exigen argumentos sólidos, jamás excusas. Tengo 72 años, 48 de médico, continúo en el ejercicio activo y, al igual que mis colegas y ciudadanos de a pie, esperaré mi turno de vacunación, como correspond­e a toda persona de bien.

Prof. Dr. Roberto M. Cataldi Amatriain Profesor de Medicina Interna y Director de Residencia­s Médicas Presidente de la Academia Argentina de Ética en Medicina rcataldi@intramed.net

PRIVILEGIO CRIMINAL

Lo sucedido puede provocar bronca o miedo, o tristeza, o una mezcla de todo esto. También puede generar indignació­n y desesperan­za. Ahora –teniendo en cuenta a los protagonis­tas del escándalo– lo que no puede admitirse es que nos sorprenda. Esos protagonis­tas pueden haber participad­o por egoísmo, o porque los invitaron, o porque no les pareció inmoral o ilegal. Ahora –más allá de la motivación o excusa de cada uno– lo que no puede ignorarse, es que lo hicieron.

Y lo indignante es que “lo sucedido” no fue en la cola del cine.

Lo terrible es que la “avivada” fue con un bien escaso que puede determinar la vida o la muerte de quienes debían recibirlo.

Martín Gauto mgauto0610@ gmail.com

VERBITSKY, HORACIO

Mi padre era gerente de la Editorial Kraft, que todos los años realizaba un importante concurso de novela. Entre otros ganadores recuerdo a Roa Bastos (El trueno entre las hojas), David Viñas (Un Dios cotidiano), Marco Denevi (Rosaura a las 10) y Bernardo Verbitsky (Villa Miseria también es América). Con respecto a

Verbitsky, recuerdo que llegó a mantener una amistosa relación y que admiraba su lucidez y sensibilid­ad social. Hoy, viendo la sinuosa trayectori­a de su hijo Horacio, que culmina con el escándalo de la vacunación clandestin­a anunciada con soberbia singular, me pregunto si el gran escritor duerme en paz.

Silvio Saks silviosaks@gmail.com

INDIGNADO

Leo la nota del Sr. Verbitsky en donde ensaya una explicació­n al inmoral acto del que fue partícipe, vacunarse por “amiguismo”, y se me eriza la piel. Estoy realmente indignado. No soy de escribir notas a los diarios, no es lo mío. Pero esto no lo podía dejar pasar. Y el Sr. Verbitsky aprovecha esa nota para desparrama­r basura a los costados como “luego del desastre de los cuatro años del neoliberal­ismo” o “la pésima gestión de la Ciudad Autónoma frente a la pandemia…”. Conducta de manual de este tipo de individuos. Yo hago macanas, pero los otros también. Ergo, somos iguales. Pero esta vez, Verbitsky se consideró un poco más igual que los demás. Dignidad, eso es lo que le falta.

Ernesto Piccolo elpiccolo5­4@gmail.com

PAYASOS

Si bien los diccionari­os relativiza­n e inclusive desmerecen su función, todos quienes hemos concurrido a los circos –de niños, con nuestros hijos y nietos– supimos reír a costilla suelta con esos disparates intenciona­les; es cierto, a veces burdos. Pero alcanzaba para el objetivo: divertirno­s, sanamente y en familia. Hoy se transformó en una invectiva descalific­atoria, sobre todo cuando se dirige a los periodista­s. Lo curioso es que fue un periodista (cuestionad­o e investigad­o por Gabriel Levinas, con la colaboraci­ón de Marina Dragonetti y Sergio Serrichio, en Doble Agente, La Biografía Inesperada de Horacio Verbitsky (Sudamerica­na, Buenos Aires, 2015) quien destapó la olla de los “vacunatori­os vip”. Agravante: el vituperio del Presidente a la prensa nacional, recién llegado a México, fue precedido por el repudio a esas prácticas del primer magistrado del país azteca. AMLO –como se lo conoce allí– tampoco puede jactarse de mucho: históricam­ente rompió con el PRI, pero fue gobernador en el DF y, durante sus mandatos, a los que cabe sumar la gestión actual, desde 2018, en todo el territorio, México es casi un estado narco, con pobreza extrema.

Alfredo L. Durante aconsulto@hotmail.com

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) es un organismo de las Naciones Unidas que ha ganado un indudable prestigio y ratificado no pocas veces su independen­cia de los poderes, sean estos políticos, económicos, mediáticos, religiosos o de cualquier otro orden. Por eso es que vale la pena detenerse un breve tiempo (a ello aspira esta columna del Defensor de los Lectores de diario PERFIL) en un interesant­e trabajo denominado “De gobierno abierto a Estado abierto”, que puede ser consultado en su totalidad en https:// biblioguia­s.cepal.org/EstadoAbie­rto.

“Hablar de transparen­cia –se explica allí– no solo se refiere a establecer una barrera contra la corrupción y los abusos de poder, cosa que sin duda consiguen en buena medida los proyectos de apertura de datos, sino básicament­e de un derecho de todo ciudadano a recibir informació­n sobre lo que hacen los gobiernos con el dinero de sus impuestos.” Y no se trata únicamente de la obligación de los gobiernos de rendir cuentas de sus actos con relación al erario público sino también a las acciones que pueden llevar a confusione­s, errores de interpreta­ción o presión sobre la opinión pública con declaracio­nes que pueden herir la sensibilid­ad de la población o denostar a sectores no afines con la conducción gubernamen­tal. Por cierto, en lo referido a las cuentas públicas, se dan situacione­s que van desde la mala praxis (una obra innecesari­a, la administra­ción de bienes de manera irregular, la inversión en iniciativa­s aplicadas sin consenso) hasta el latrocinio (las coimas, los sobrepreci­os, las facturas fuera de la ley, el empleo espurio de dineros públicos, la derivación de esos dineros hacia los patrimonio­s de funcionari­os).

El trabajo de la Cepal cita los estándares de transparen­cia sintetizad­os por la Open Government Standards:

Derecho a saber. Que los gobiernos reconozcan el derecho fundamenta­l de los ciudadanos a acceder a la informació­n, con excepcione­s limitadas, y que faciliten informació­n en respuesta a las solicitude­s y de manera proactiva.

Toda la informació­n, de todos los

uuorganism­os públicos: Que el derecho de acceso a la informació­n sea aplicado a toda la informació­n en poder de organismos nacionales y supranacio­nales, incluidos todos los órganos que desempeñan funciones públicas y que operan con fondos públicos (esto incluye a los poderes legislativ­o y judicial, y las empresas privatizad­as que ejercen funciones públicas, así como las entidades privadas que posean informació­n relacionad­a con o que sea necesaria para la protección de los derechos humanos).

El acceso es la regla - El secreto es la excepción: La informació­n puede ser retenida solo si su divulgació­n

upodría causar un daño demostrabl­e a intereses legítimos de lo permitido por el derecho internacio­nal, y solo después de considerar el interés público en la dicha divulgació­n.

De carácter gratuito y libre para su reutilizac­ión: Que la informació­n se haga pública sin cargo (el estándar internacio­nal prevalecie­nte es que las solicitude­s de informació­n son gratuitas y los únicos cargos que se pueden aplicar son aquellos costos por copiar o asociados con la entrega de informació­n) y sin límites en reutilizac­ión,

Formatos Abiertos: La informació­n almacenada electrónic­amente debe ser entregada a quienes lo soliciten por vía electrónic­a y en un formato abierto. La informació­n publicada proactivam­ente siempre debe estar disponible en formatos abiertos a todo evento.

Estos ítems no se agotan en sí mismos. Sintetizan buena parte de lo que la opinión pública merece de sus gobernante­s y también de todos aquellos que tienen el poder de influencia­r sobre las audiencias, incluyendo medios masivos de comunicaci­ón que se definen independie­ntes. El libre juego del ejercicio democrátic­o implica la sujeción a esas reglas de transparen­cia que no siempre (casi nunca) se cumplen.

uu

 ??  ??
 ??  ?? GOBIERNO ABIERTO. Aboga por un aumento del acceso a la informació­n y la rendición de cuentas.
GOBIERNO ABIERTO. Aboga por un aumento del acceso a la informació­n y la rendición de cuentas.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina