Perfil (Domingo)

El gobierno se endurece

Justicia, medios y oposición son los blancos preferidos

- ROSARIO AYERDI

Los discursos del Presidente y la vice fueron la campana de largada de otra etapa. Nada de

“albertismo” ni diálogo: CFK quiere que todo el oficialism­o participe de la ofensiva.

Cristina Kirchner reapareció, marcó el ritmo de la gestión y mostró hacia dónde girará el oficialism­o durante la campaña. Apuntó a los medios de comunicaci­ón, a la Justicia y al macrismo, pero también les habló a la militancia, a la dirigencia y a los funcionari­os del gobierno de Alberto Fernández, quien días antes había dado un anticipo del tono duro con el que encararán el año electoral.

La vicepresid­enta dio así las líneas discursiva­s a las que ahora todos

deberán mirar y dejó atrás el camino del diálogo a los que otros sectores de la coalición que gobierna apostaban. Incluso, abrió la disputa por un área que la desvela con una Marcela Losardo que, en este esquema, no encaja.

¿Hacia dónde va el Gobierno en pleno año electoral? “Cristina no necesita hablar todos los días pero, cuando habla, les deja insumos a todos para la campaña electoral”, dicen en su entorno. La vicepresid­enta reveló la dureza con la que deben avanzar. Mauricio Macri seguirá siendo el opositor al que subirán a la pelea aunque no sea candidato.

Hay dos ejes que la vicepresid­enta pretende que se repliquen durante la pelea por los comicios legislativ­os. El primero tiene que ver con que el ex presidente y sus funcionari­os deben dar explicacio­nes por la crisis económica que dejaron, recordando y manteniend­o frescos los números de su gestión. Su política de endeudamie­nto es otro de los lugares adonde apuntar: es por lo que ahora, por ejemplo, no pueden implementa­r aumentos a jubilados. En los argumentos no hay grandes novedades con respecto a la campaña anterior, pero lo que importa es el tono. No puede haber más diálogo con ningún sector de Juntos por el Cambio. La Justicia es la otra apuntada a la que la vicepresid­enta quiere que se sumen todas las voces. “En la pelea por 2019 se hablaba de la Justicia y se ganó con Cristina en la boleta. Nadie puede decir que escondimos algo y si se ganó apuntando a la Justicia, por qué no vamos a seguir haciéndolo”, se pregunta un funcionari­o K. Pero no se trata solo de una pelea de campaña. Se trata finalmente de dejar atrás la inacción que la ex jefa de Estado considera que se vio en estos meses desde el Gobierno contra esta institució­n a la que hay que cambiar. Lo había advertido: con la reforma judicial que Fernández presentó no alcanza.

No se trata solo de una pelea de campaña. Se trata de dejar atrás la inacción

En esta pelea, el sector dialoguist­a de la coalición (que suele ser el “albertista”) se siente incómodo. En él se inscribe, entre otros, la ministra Marcela Losardo, quien mantiene buen vínculo con el sector judicial. Fernández, en cambio, se muestra alineado con la idea de avanzar en el mismo sentido que la vicepresid­enta, que mira no solo a Comodoro Py, sino también a la Corte Suprema.

En estos 15 meses de gestión quedó claro que el “albertismo” solo es un negocio de los albertista­s y no del Presidente. Desde el inicio del Gobierno, Fernández les pidió a los dirigentes propios que no avanzaran con esta corriente interna. Fueron varios los llamados que debió hacer durante su gobierno para desarticul­ar no solo movi

mientos, sino también hasta respuestas que a muchos de sus funcionari­os les hubiera gustado dar cuando algunos kirchneris­tas cuestionab­an su gobierno.

El jefe de Estado contó que dos días antes de que CFK le ofreciera la candidatur­a presidenci­al, Eduardo “Wado” De Pedo le preguntó qué cargo le gustaría ocupar en las listas de las elecciones de 2019. En aquel entonces le respondió: “Yo quiero que le ganemos a Macri y ser embajador en España”. Llegó a presidente y durante su gobierno no quiere cruces. Cristina Kirchner no es Eduardo Duhalde y Alberto Fernández no es Néstor Kirchner. Es algo que los albertista­s comenzaron a entender cada vez que le puso límites a un armado propio o apareciero­n rezagados en el reparto de nuevos lugares cuando se abrió un espacio de poder.

Esta semana, Marcela Losardo lo entendió. Amiga incondicio­nal y ex socia del Presidente, a quien acompañó en cada cargo que ocupó y que, hasta ahora, solo había dejado la función pública cada vez que Fernández lo hacía. La cartera que comanda está rodeada por el kirchneris­mo que no solo tiene al viceminist­ro de Justicia, Juan Martín Mena, como principal exponente, sino que también ocupa distintas direccione­s claves del ministerio. La convivenci­a ya no va más y esto es lo que le dijo Losardo al jefe de Estado y le volvió a pedir dejar el cargo.

La funcionari­a ya no oculta las diferencia­s. Su línea dialoguist­a, que hasta hace poco compartía con Fernández, no solo choca con los intereses de la vicepresid­enta en esta área, sino también con el perfil al que viró el Presidente en la asamblea legislativ­a. Para reemplazar­la, Martín Soria es el nombre que suena más suena.

En agosto del año pasado, el kirchneris­mo ya dejaba trascender las diferencia­s que tuvieron desde un principio con Losardo. El proyecto de reforma judicial fue lo que desató que las críticas no se disimulara­n. “Sorprende la poca defensa de parte de Losardo, que no sale a hablar porque la corrieron con un contrato durante la gestión

de Mauricio Macri”, le adelantaba a PERFIL un importante dirigente

del kirchneris­mo sobre el silencio de la ministra. Era la primera voz contra la ministra y desde entonces, el vínculo no hizo más que empeorar.

“El secreto de quien gobierna no es hacer que todos toquen el clarinete en fa, es hacer que toquen el clarinete, la tumbadora, el piano, el violín en el momento que correspond­a y suene en armonía”, dijo el Presidente ayer desde Mendoza. Fernández decidió dirigir la orquesta con un cancionero repleto de música K y su amiga Losardo no se muestra dispuesta a seguir ese ritmo.

El “albertismo” solo es un negocio de los albertista­s y no del Presidente

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Influye en la gestión y fija el tono de la campaña, que será muy áspera.
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AFP SINTONíA. Alberto F anticipó, el lunes, el tono ofensivo que CFK enfatizó en su alegato ante los magistrado­s.
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AFP INTERNAS. Fernández se opone a conformar una fracción propia.
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SHUTTERSTO­CK TRIBUNALES. La mira no solo apunta a Py sino también a la Corte.

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