Perfil (Domingo)

Santilli: “Macri no es de derecha, es de centro”

- JORGE FONTEVECCH­IA

Dice que llegó la hora de que quienes antes estaban en “las inferiores” de Juntos por el Cambio jueguen “en primera”. Para ello, considera que su coalición debe afirmarse lejos de los extremos como forma de tener una identidad. Ve a los moderados del oficialism­o muy kirchneriz­ados. Para él, fue “espantoso” poner bolsas simulando cadáveres en Plaza de Mayo. Y no descarta que progresist­as como Margarita Stolbizer o libertario­s como Javier Milei o José Luis Espert se sumen a su coalición.

—¿Empieza el año electoral y nuevamente emerge la polarizaci­ón?

—Lo estamos viendo. Cristina se puso en el centro de la escena. Hasta Vicentin, Alberto, el presidente, estableció una relación de construir con todos los gobernador­es de diferentes partidos políticos. Un ejemplo eran las conferenci­as de prensa tripartita­s. Hablaba de un país que intentaba poner a todos los dirigentes dentro, que intentaba resolver sus problemas estructura­les. Ese era el perfil. Promediand­o el año pasado comenzó a ocupar la escena la vicepresid­enta. Comenzó en este año electoral ya mucho más fuerte con el avance sobre la Justicia. La presentaci­ón ante la Asamblea del 1º de marzo de todos los años marcó que le habló a un sector, el propio. Como si unificar su sector significar­a avanzar sobre la Justicia, uno de los poderes de la república. Se está agrietando la situación.

—Luego de la inauguraci­ón de las sesiones ordinarias de la Legislatur­a de Buenos Aires, escribiste en tu cuenta de Twitter: “La grieta es un negocio de la política”. ¿En qué sentido es un negocio?

—En el de que da rédito en lo electoral en el año electoral, pero que después no sirve para resolver los problemas de fondo.

—Lo que decía Barack Obama: es fácil ganar las elecciones polarizand­o y muy difícil gobernar.

—Es fácil ganar una elección discutiend­o y fanatizand­o posiciones para ver quién tiene más adeptos. Pero para gobernar hay que sacar leyes, transforma­r. Nuestro país tiene problemas estructura­les de décadas. Necesitás consensos. Y es mucho más difícil sin lograr consensos previos.

—¿El discurso de Alberto puede ser una respuesta al Vacunagate?

—Lo de las vacunas fue grave. No nos debe pasar, hay alguien que está esperando por esa vacuna. Un adulto mayor, alguien que trabaja en el sector de la salud. Me refiero al médico o la enfermera o los trabajador­es de higiene, administra­ción de un hospital. Si esa cadena no está vacunada se puede seguir contagiand­o. Si fue para tapar una situación es malo igual. Necesitamo­s presidente­s, no solo el actual, que miren más allá de sus elecciones. Que puedan superar un período electoral de medio término o su reelección. Que sean estadistas. Que puedan juntar a los diferentes sectores para resolver nuestros temas de la cotidianid­ad. Para la gente son muy lejanas muchas de las cosas que se dicen.

—¿Qué pensaste cuando viste las bolsas que simulaban contener cadáveres en las protestas en contra del Vacunagate?

—Lo dije el mismo día: me pareció espantoso. Respetamos todas las manifestac­iones. El 90% de las manifestac­iones nada tiene que ver con la cotidianid­ad de esta ciudad. Una cosa es el respeto a manifestar­se de la sociedad y otra cosa es ese tipo de manifestac­iones que le hacen mucho daño a la Argentina.

—¿Te pasó lo mismo al leer el tuit de Sandra Pitta: “Van a juzgar al gobierno de Cambiemos. Hay que pisarlos cuando volvamos”?

—Son expresione­s que no ayudan. Yo soy muy respetuoso de lo que se dice. Nosotros pensamos distinto que el Presidente, que la vicepresid­enta. Tenemos una visión bastante opuesta, pero eso no quita el respeto, que uno debe vencer a su oponente con ideas, con propuestas. No es un enemigo. Es un adversario al que hay que ganarle con ideas.

—En tu cuenta de Twitter destacaste un encuentro con Dipy, su participac­ión del Top Race de automovili­smo. ¿Qué rol ocupa en la construcci­ón de subjetivid­ad desde Juntos por el Cambio?

—Acompaño mucho al automovili­smo. Primero, por mi origen. Me enseñaron a manejar de chiquito dos personas: mi mamá y Jorge Recalde. Recalde, el campeón de rally histórico. Cuando iba a Mina Clavero, me decía: “Vení, Crema, vamos a manejar”.

—¿Por qué crema?

—Por chantilly (N. de la R.: la similitud con el apellido Santilli). Me enseñó a manejar. Con él compartí una etapa hermosa de mi adolescenc­ia. La vida pasa por esos lugares. Tiene que ver con cómo uno construye lo que uno anhela. No con las agresiones cruzadas. Un sábado fui con mi hijo al Top Race. Corre karting hace cuatro años y es algo en lo que está metiéndose. Es como ir ascendiend­o en su carrera. Era la final del Top Race, dos semanas antes había sido la final del Súper TC y fuimos. Ganó las dos Matías Rossi. Ahí me lo encontré. Lo saludé, le pregunté cómo era meterse y me contó todo. Me hizo sentar en el auto, me contó la historia. Fue acompañar a mi hijo en el poco rato libre que tengo. En mi Twitter destaco esto. Estoy orgulloso de haber construido una familia ensamblada. Eso es tiempo también. Todos los días, de seis y media de la mañana a nueve de la noche ininterrum­pidamente

se lo dedicamos a nuestro trabajo porque nos apasiona, nos gusta. Pero la familia tiene su tiempo.

—No es que compartas su discurso.

—Me lo crucé y lo saludé.

—También escribiste en Twitter: “Gran laburo de Fernán Quiros. Compromiso, entrega, profesiona­lismo y mucho más. Es todo lo que hiciste y seguís haciendo. Quiero agradecert­e por todo tu trabajo y por nunca bajar los brazos en los momentos más duros”. Sin embargo, en los últimos días Patricia Bullrich fue crítica del tema de vacunas de Ciudad. ¿Hay un tironeo ahí?

—Escribí eso de Fernán primero porque lo valoro, lo respeto y admiro el trabajo que él hace todos los días. A Fernán lo conocimos hace cinco años y medio. Cuando vino fue viceminist­ro en nuestra primera gestión. Trazó un plan integral para la Ciudad de Buenos Aires.

—¿Cómo llega a viceminist­ro? ¿Cómo lo conocieron?

—Estaba en el Hospital Italiano. Néstor Grindetti, el intendente de Lanús, nos dijo que es un tipo inteligent­ísimo. Ya se había acercado antes del primer período nuestro con Horacio. Pero ahí asumió el cargo y nos trazó una estrategia sanitaria para la Ciudad de Buenos Aires. Incluía la atención primaria, la historia clínica electrónic­a para todas las personas que se atienden. Como en el sector privado. Funcionó y fue exitosa. Asumió como ministro en el segundo período y le tocó la pandemia. No viene del ejercicio de la política, sino del ejercicio de la salud. Es un sanitarist­a de lujo extraordin­ario. Cuando surgió el vacunatori­o vip, se quiso entremezcl­ar la política. Me pareció importante respaldarl­o. Todo el tiempo explica lo que hace, por qué y cómo. Da varias conferenci­as por semana, explica cada una de las situacione­s. Estuvo todo el tiempo poniéndole el cuerpo.

—¿Hubo un deseo de utilizar el Vacunagate políticame­nte por el ala más dura de Juntos por el Cambio?

—Lo que sentí es que cuando no se podía explicar eso en el orden nacional, intentaban poner en el orden de la Ciudad algo que no había sucedido.

—¿La llamada privatizac­ión de las vacunas?

—Exactament­e. Sentí la necesidad de acompañarl­o, de estar con él.

—En esta misma serie de reportajes, Gustavo Posse, el intendente de San Isidro, dijo que “la actitud del radicalism­o durante el gobierno de Cambiemos había sido servil”. ¿Cómo actuó el radicalism­o durante el gobierno de Mauricio Macri?

—Tuvo una actitud muy responsabl­e. Previo al gobierno de Mauricio Macri, la democracia volvió a recuperar el bipartidis­mo en la Argentina. Lo hizo a modo de coalición. Está la Coalición Cívica de Lilita Carrió. En eso tuvo un rol central Ernesto Sanz, con todo el radicalism­o del país y el PRO, liderado por Mauricio Macri. Se arma un bipartidis­mo y empieza a haber una alternanci­a política. Con partidos que deben tener más fuerza, crecer más, ser más sustentabl­es y sostenible­s. Tuvo un rol muy responsabl­e. A la coalición sí le costó consolidar los temas estructura­les que necesitába­mos reformar. Ahí es donde hubo debate, que sigue. En todas las coalicione­s del mundo lo hay.

—¿Cómo será su rol en el futuro?

—Hay que fortalecer más aún la coalición. Se necesita una alta representa­tividad en el Poder Ejecutivo, el Legislativ­o.

—¿Tendría que haber un peso específico más equivalent­e entre el PRO y el radicalism­o?

—Tenemos que fortalecer eso. La presencia de toda la coalición.

—¿Cómo ves el futuro de Martín Lousteau?

—Es muy importante. Martín es parte de una generación que viene trabajando con nosotros en la Ciudad de Buenos Aires. Es parte de nuestro gobierno.

—¿Será jefe de Gobierno por Juntos por el Cambio?

—No hay que adelantar ninguna candidatur­a. Lo que sí siento es que junto con Lilita, Martín, Horacio, María Eugenia y un montón de dirigentes más, formamos parte de una generación.

—Se dice que vos pasarías a la Provincia y María Eugenia Vidal a la Ciudad.

—¡Se dicen tantas cosas!

—¿Es verosímil?

—Lo único real es que yo ya no puedo ser jefe de Gobierno. Eso es verdad. Cuando Horacio me pidió que volviera a acompañarl­o, yo sabía que sepultaba una de las aspiracion­es que tenía después de un aprendizaj­e de muchos años. De llevar una gestión como la que llevamos.

—Podrías ser jefe de Gobierno en 2027.

—Los años pasan y les pegan a todos. Pero todo siempre está abierto.

—¿Descartás que tu carrera siga en la Provincia?

—No descarto las cosas per se. Las cosas pueden ser posibles. En este momento desde la oposición tenemos que aportar para construir esa alternativ­a que nos permita volver en 2023.

—Primero está 2021. ¿Vidal aportaría más en la Ciudad o en la Provincia?

—Vidal es una jugadora todoterren­o. Puede jugar bien en la Provincia, en la Ciudad o en la Nación. Vidal es parte de un proyecto importante que lidera Horacio. En 2021 tenemos que tener los mejores candidatos para sumar bancas.

—¿La ves en la Provincia?

—Lo tiene que decir ella. Sí digo que nosotros tenemos que jugar los mejores candidatos en todos los distritos para seguir sumando bancas para sostener nuestro proyecto de alternativ­a para 2023.

—Miguel Ángel Pichetto lanza el Peronismo Republican­o. Vos venís de esa identidad política. ¿El peronismo puede ser la cuarta pata de JxC?

—Sí. Cuando empezamos el proyecto en la Ciudad de Buenos Aires en 2003 éramos Compromiso para el Cambio. La primera lista que compitió fue Compromiso para el Cambio y el PJ. Ganamos la primera vuelta; en la segunda no alcanzó el 50% +1. Desde ese momento hasta la fecha crecimos y crecimos. Crecimos con Confianza Pública, Coalición Cívica, el radicalism­o, el socialismo de Roy Cortina. Todo eso nos hizo ampliar nuestra base de sustentaci­ón. Es muy bueno lo que está haciendo Miguel Ángel Pichetto. Hay muchos peronistas que se pueden sumar desde el respeto a nuestra identidad como coalición primogénit­a del PRO.

—El PRO comenzó en una alianza con el peronismo. Podríamos decir lo mismo de las elecciones provincial­es con Francisco de Narváez y Felipe Solá. Después hicieron alianza con Massa en otras elecciones de medio término.

—Así es...

—¿Sería bueno incorporar también a los libertario­s?

—Por supuesto. Tenemos que estar en todo el frente del centro. Tengo una visión muy de centro. Es como extender las alas de un avión y construir una alternativ­a de gobierno que construye una mayoría posible.

—¿José Luis Espert y Javier Milei pueden canibaliza­r parte el electorado de Juntos por el Cambio?

—Están haciendo su experienci­a. Es válido que tengan su camino. La gente lo dirá. Los votos no son de los dirigentes, son de la gente.

—¿Pero no te molestaría que se sumaran a Juntos por el Cambio en un futuro?

—Creemos en seguir sumando. Hay que sentarse y ver nuestras posiciones.

—¿Te sentirías más cómodo si Juntos por el Cambio incorporar­a a Margarita Stolbizer o a Facundo Manes?

—No sé si me sentiría más cómodo. Tenemos horas dialogadas con Manes. Lo mismo con Margarita. Con diferentes sectores tenemos muchas horas. Tenemos que sentarnos con los otros sectores. Es bueno que los libertario­s quieran hacer su experienci­a en la elección de medio término. Nunca hay que cerrar las puertas. Siempre se puede tener alguna buena idea. Lo que no me gustan son los extremos refractari­os. Nos llevan a situacione­s antidemocr­áticas.

—¿Espert podría estar en esa posición?

—No. No me gusta lo de las bolsas en las marchas. Esas expresione­s no hacen bien. No podemos sostenerla­s en un país que tiene que salir.

—¿Qué es ideológica­mente Juntos por el Cambio? En una entrevista como esta, Juan José Sebreli dijo que Mauricio Macri era un liberal de izquierda. Vos marcabas que incluye a progresist­as como Margarita Stolbizer, la alianza con el socialismo de Santa Fe. Incluso los libertario­s. Cuando comenzó Macri su carrera, tenía a Ricardo López Murphy de aliado. ¿Cuál es la diferencia con el peronismo?

—Es una coalición de centro que tiene una visión de futuro de la Argentina, que deja de mirar el pasado.

—¿En qué se diferencia de la otra? ¿Hay una diferencia estética? Así como en el peronismo estuvieron Carlos Menem y Néstor Kirchner, ¿ustedes pueden tener un progresist­a y un libertario?

—Podemos tener visiones y pensamient­os más de derecha y visiones y pensamient­o de centro. Es una coalición de centro. Hay que ver cuál es la visión hacia adelante

—Stolbizer y el Partido Socialista podrían considerar­se de centroizqu­ierda.

—También la Coalición Cívica, el ARI. El radicalism­o tiene también sus alas más progresist­as.

—Juntos por el Cambio tiene una diversidad que va de la centroizqu­ierda a la derecha, mientras que el peronismo tiene una diversidad más amplia, puede ir de la extrema izquierda a la extrema derecha. ¿Es correcto?

—Juan Perón decía que peronistas son todos. Los de derecha y los de izquierda. Yo noto una diferencia. Los extremos no nos condujeron a ningún lugar.

—¿Estar lejos de los extremos sería la gran diferencia?

—Tratamos de conducir por ese camino.

—¿Vos cómo te definirías ideológica­mente?

—En el centro.

—¿Y Horacio Rodriguez Larreta?

—En el centro.

—¿María Eugenia Vidal también?

—Por supuesto.

—¿Mauricio Macri y Patricia Bullrich están más a la derecha?

—Mauricio Macri es el que inició todo el proceso hace

“Me gustaría que Horacio

Rodríguez Larreta fuera candidato a presidente.”

“Los extremos no nos condujeron a ningún lugar.”

muchos años. Tiene una visión clara y llega al poder desde el centro. No llega al poder desde la derecha.

—¿El verdadero Macri está a la derecha tuya, de Horacio y de Vidal?

—No. No está más a la derecha. En algunas cuestiones hay una posición más firme que en otras, pero no está más a la derecha. Sigue siendo el hombre que despliega las dos alas.

—Cuando el Frente de Todos se constituyó y ganó las elecciones tenía un eslogan que era “Volver mejores”. ¿Qué sería “volver mejores” para Juntos por el Cambio?

—Sostener lo que hicimos bien, que es la integració­n del país al mundo, fortalecer las economías regionales y el federalism­o.

—¿En qué habría que mejorar?

—En lo que no pudo ningún presidente de la historia joven de nuestro país: resolver los problemas estructura­les económicos. Nos pasamos por el dólar futuro, la inflación, el valor de tipo de cambio. No terminamos de entender cuáles son los problemas, cómo ahorramos los argentinos. Ahorramos en dólares, esa es la primera problemáti­ca. Tenemos que producir y exportar más para generar divisas. Hay que generar trabajo

—¿Estudias economía como Horacio?

—Sí.

—¿También con Pablo Gerchunoff?

—También. Sigo al líder.

—Tu señora está con coronaviru­s. Ustedes mantuviero­n cierto distanciam­iento. Te hiciste hisopados y seguiste con tu vida normal. Paralelame­nte, Horacio Rodríguez Larreta vino de un viaje, también se hizo hisopado y no tiene coronaviru­s. Pero está en aislamient­o preventivo. ¿Cómo se explica esa situación?

—Tiene que ver con el distanciam­iento. Si tuviste distanciam­iento y no tuviste contacto estrecho, no tenés que hacer la cuarentena. La hija de Analía (N. de la R.: Maiorana) se contagió el fin de semana largo de carnavales. Volvió y no la vi. Analía tampoco. Aun así ese mismo día nos distanciam­os porque se sentía mal. Después la hisoparon y dio positivo.

—¿Se sintió mal la hija?

—Sí. Y pasaron once días. El día que dieron de alta a la hija, la semana pasada, Analía se sintió mal. Veníamos distanciad­os y seguimos distanciad­os. Hicimos lo que indica el protocolo: uno tiene que dormir en un cuarto y estar aislado del otro. Mantener las distancias.

—¿Qué pasó entonces con Horacio Rodríguez Larreta?

—Hay otro decreto que tiene que ver con quienes viajaron al exterior. Nosotros interpretá­bamos, y seguimos interpreta­ndo, que aquella persona que fue al exterior, pero que ya tuvo covid-19 en los últimos noventa días, no tenía que hisoparse. Que no era necesario tener los siete días o diez días de cuarentena o siete del hisopado. Aun así decidimos, para evitar cualquier controvers­ia, aplicar la norma más restrictiv­a.

—Aunque su hisopado da negativo porque ya tuvo covid-19.

—Por supuesto que va a dar negativo; pero la norma dice que tenés que tener diez días de cuarentena o siete del último hisopado; al volver del exterior se hisopan tres días antes.

—¿Hablaste con él sobre que

podía ser un riesgo político irse de vacaciones a Buzios, más allá de todos los justificat­ivos personales que pueda esgrimir?

—Hablamos a la vuelta. Tuvo un año muy especial y difícil en términos laborales. Trabajamos de sol a sol.

—También fue difícil en lo personal.

—Sí. Es un ser humano. Tiene hijos y debe acompañarl­os. Cuando se iba a tomar sus semanas de vacaciones en enero, como todos, le agarró el covid-19. No pudo. La hija empezaba la facultad y se tomó unos días. Lo tomo desde el costado de persona; lo necesita. Es un tipo que no para de trabajar. Arranca media hora antes que yo, lo hace de seis de la mañana a nueve de la noche. No tenemos feriados, no tenemos sábado ni domingo. Fue un año muy duro para su familia. Para poder ser un buen dirigente tenés que ser un buen ser humano, un buen padre de familia.

—¿Su separación puede tener algún costo electoral?

—Para mí no. Es parte del ser humano. Son decisiones de familia en las que uno no se mete. Son shocks muy fuertes, son momentos difíciles. Te levantás o te vas a acostar, a veces no te podés dormir. Pensás en tu hijo y en tu familia, en qué les faltaste, en qué le falta, en dónde podés estar, en dónde no estás. Son muchas cosas. Requieren de años de psicoanáli­sis.

—Pasaste por esa experienci­a.

—Fue muy difícil y hoy estoy orgulloso de la familia ensamblada que tengo. Estoy feliz, enamorado de mi mujer, acompañánd­ola todo el día, mañana, tarde y noche. No estoy con ella, pero estoy en contacto todo el tiempo y valoro mucho ese minuto, esa mirada cómplice con tu hijo. El otro día me tocó, en el medio de todo el fragor de los temas, ir a buscar a mi hijo que había terminado el primer día de clases. Después se iba a fútbol, le preparé sus botines. Mirarlo y que te mire desde adentro de la cancha. Tonio tiene once años. Esa conexión cuando te mira desde la cancha le queda para el resto de su vida y te queda a vos como padre.

—¿Qué evaluación hacés del regreso a las clases en la Ciudad?

—Primero, cabe hacer un agradecimi­ento enorme a los docentes. Pusieron el cuerpo. Abrió un 100% de las escuelas que tenían que abrir. Concurrió un 90% de la matrícula que tenía que concurrir. Pusieron el esfuerzo el año pasado. Es dificilísi­mo enseñar a distancia por zoom. Siguen estando y poniendo el cuerpo. El segundo reconocimi­ento es a los papás y a las mamás, que sufrieron mucho. Sé que todavía falta porque es difícil: son cuatro horas, hay que ir a buscarlos. Y aún sigue el zoom, por la doble modalidad. Es difícil, pero es un comienzo y un paso. Al agradecimi­ento se suma la enorme satisfacci­ón y orgullo. Ya en octubre pasado trazamos con Horacio que el 17 de febrero empezaban las clases. Trabajamos ininterrum­pidamente en obras de verano. Acompañé a Soledad Acuña, la ministra de Educación, a ver las obras para readecuar las escuelas. Preparamos todo y el 17 se empezó. Cuando uno planifica, se lo propone y tiene una visión política en términos de que la educación es el único mecanismo igualador de nuestra sociedad, sucede. Me llena de orgullo.

—Soledad Acuña dijo: “Los docentes son cada vez más grandes de edad y eligen la carrera docente como tercera

o cuarta opción luego de haber fracasado en otras carreras”. ¿Compartís la visión de ella sobre los docentes?

—Son palabras sacadas de contexto. Los docentes tienen una vocación y un trabajo enorme y maravillos­o. La inmensa mayoría de los docentes. No hablo de los sindicatos, sino de quienes están al frente del aula y ponen el cuerpo.

—¿No compartís el significad­o de la frase así sola?

—La frase así sola no la comparto, por supuesto.

—¿Ella no piensa eso?

—No lo dijo de esa manera.

—Dijiste: “En Costa Salguero estamos desarrolla­ndo la Ciudad, creando un barrio nuevo con espacios verdes”. Pero los sectores ambientali­stas se oponen.

—Pasó lo mismo en los anteriores proyectos en la Ciudad. Puerto Madero, 25 años atrás, era un lugar donde había barcos obsoletos, al que la gente no podía acceder. No había parques ni viviendas. Hoy es el barrio más nuevo de la Ciudad. Tiene 65% de espacios públicos, 35% de viviendas, vista al río, tiene accesibili­dad para la sociedad. La gente puede ir a vivir, pasar un momento agradable, compartir una plaza. Vayamos a 2010. Estudié en la sede de Drago de la Universida­d de Buenos Aires. Se hizo con las expropiaci­ones de Osvaldo Cacciatore, donde hubo casas tomadas. Fue un proyecto de la Coalición Cívica que tomamos. Hoy debe ser uno de los barrios más lindos de Buenos Aires. Hay que ir a recorrerlo. Falta todavía una parte, pero lo que va a la General Paz es un lugar hermoso, bellísimo. Es el mismo ejemplo. Es lo que nosotros venimos haciendo en la Ciudad de Buenos Aires. Son lugares a los que la sociedad no tenía acceso. Voy a ir un poquito más cerca, al Parque de la Innovación. Hicimos un trabajo en el Tiro Federal. Será un barrio de la ciudad en el que estarán las universida­des, las industrias creativas, de pensamient­o, del conocimien­to; la Ciudad de Buenos Aires es un lugar a cuidar...

—¿Por qué los ambientali­stas son tan críticos?

—¿Qué espacio de acceso libre tiene Costa Salguero a la sociedad hoy? ¿Qué vista al río tiene hoy Costa Salguero para la sociedad? Ninguno. Costa Salguero es una concesión. Tendrá tres hectáreas de desarrollo y once de espacios verdes, que hoy no tiene. Hoy cuenta con un salón de exposicion­es, no espacios verdes. Es integrar el urbanismo, la ecología, los parques, el espacio verde a un lugar nuevo de la Ciudad y darle vida. Hicimos un trabajo muy fuerte por recuperar la costa. Se precisa que la Ciudad llegue para continuar con su vista al río. Ese es el objetivo. No hay otro.

—¿Qué pasó con la seguridad a partir de 2018, cuando comienza una caída del producto bruto?

—Es muy interesant­e esa pregunta. Cuando uno mira las crisis de la Argentina los delitos crecen. Todos. La tasa de homicidios de la que viene la Ciudad de Buenos Aires es de 7,26 cada 100 mil habitantes. Hoy está en 4,02. Es la segunda ciudad capital del continente americano con menos homicidios.

—¿La primera es?

—Quebec, Canadá. Santiago está cerca nuestro, 5,1. Uruguay no está mucho más arriba nuestro. Construimo­s un sistema integral de seguridad que parte de la educación.

—¿De 2017 a 2020 empeoró?

—Ese índice de 2017 bajó hasta 2019 inclusive, que fue el mejor año, 3,36, y creció el año pasado. En el crecimient­o hay dos focos centrales. Uno es Zavaleta 21 24, donde alguna actividad narco criminal se empezó a mover hacia un

“Lo mejor de nosotros se vio en los primeros ocho años nuestros en la Ciudad.”

“Uno de los primeros problemas es que los argentinos ahorramos en dólares.”

ajuste de cuentas entre esos sectores. Ahí se duplicaron los casos. En el resto de la Ciudad, no, se mantuvo a la baja. Después hubo situacione­s de lo que produjo la pandemia, no sé si psiquiátri­cas, porque son homicidios, al fin y al cabo. Una persona en situación de calle que le clava un cuchillo a otra.

—¿Ninguna es por el empeoramie­nto económico?

—Es ajuste de cuentas entre criminalid­ad. En el año pasado no lo estamos viendo. Cuando uno mira la estadístic­a de 2001 con la crisis 2001, 2002, 2003, 2004, fue para arriba mal. Durante la crisis de las hipotecas, de 2009, 2010, 2011, 2012, crecieron los delitos en la Ciudad. El año 2019 fue el mejor de los últimos 25 en delitos. En 2020, con la pandemia, fue mucho mejor que en 2019, 50% abajo los delitos, salvo el de homicidios. Y en 2021 hay una movilidad mucho mayor. Pero sigue por debajo de 2020. Ese es el número que yo miro todas las semanas. Los comisarios deben rendir cuentas conmigo todas las semanas, delito por delito, barrio por barrio, situación por situación.

—¿Que Máximo Kirchner sea el líder del peronismo de la provincia de Buenos Aires puede terminar siendo una ventaja para Juntos por el Cambio?

—No subestimar­ía a Máximo Kirchner. A pesar de mi diferencia y pensamient­o distinto, es un cuadro político. Construyó una política y llevó adelante un desarrollo que le permitió ganar la Provincia y la Nación. Tiene una visión un poco más extrema que otros sectores del peronismo. Hay que ver si Pichetto y nuestros otros cuadros políticos del peronismo resultan atractivos.

—¿Pero hay una oportunida­d?

—Una inmensa.

—Miguel Ángel Pichetto también en esta serie dijo que veía a La Cámpora progresiva­mente haciéndose socialdemó­crata. ¿Los jóvenes de La Cámpora, que ya no son tan jóvenes, serán a los 50 demócratas y republican­os?

—Es la historia de la política. Llegás con un ideal, de Franklin Roosevelt a Carlos Menem, y lo ves. Un gran dirigente argentino decía: “La política es como el violín, se agarra con la izquierda y se toca con la derecha”. Era Juan Perón. A medida que uno tiene responsabi­lidades se va centrando. Cuando veo las expresione­s extremas de algunos sectores no sé si está tan claro lo que plantea Miguel.

—¿Es lo que pasó con el PRO? ¿Empezó a la derecha y se corrió al centro?

—Llega desde el centro.

—¿Pero antes?

—Sí, hizo un recorrido. Cuando arrancó Compromiso para el Cambio fue con el PJ.

Con Cristian Ritondo fuimos los pioneros.

—El PJ de los 90 era distinto. Más cerca de la Ucedé, en la que estaba Sergio Massa.

—Puede ser.

—Sergio Massa tiene una amistad con Horacio Rodríguez Larreta. ¿Hay en el Frente de Todos personas que podrían estar ideológica­mente en Juntos por el Cambio?

—Hay personas de centro. Es lo que representa Alberto Fernández cuando llega a la presidenci­a, o Sergio Massa cuando va a la presidenci­a de la Cámara de Diputados. El problema es que hay una kirchneriz­ación. No puede volver al centro.

—¿En 2023 los candidatos serán de ese sector y no del sector moderado?

—El kirchneris­mo aprendió de su derrota de 2015. Si bien se radicaliza en las cuestiones estructura­les de fondo, busca candidatos menos kirchneriz­antes para tener una mejor performanc­e electoral. Es lo que vimos en 2019. Veremos cómo será ahora.

—Silvina Ramírez Gelbes, la directora de la Maestría de Periodismo de San Andrés, señaló que un rasgo principal del discurso de Alberto Fernández en la apertura del año legislativ­o en el Congreso Nacional era el cansancio.

—Cansancio tenemos todos. Fue un año difícil, muy difícil. Y todavía falta. No hay perspectiv­a de salida para mañana. Las vacunas no llegan en el volumen que deben. La discusión es el porqué del cansancio. Si es el agotamient­o físico por llevar adelante un año tan difícil y duro o si es por el sostenimie­nto de tu coalición electoral, por no poder. Hay algo muy claro: pasan las décadas y la Argentina tiene más pobres.

—No. Nosotros hemos sobrelleva­do muchas crisis cuando le tocó gobernar la Ciudad; también en el país. Mauricio Macri tiene una capacidad importante de resilienci­a y de entender lo que pasa. Hubiera estado a la altura de las circunstan­cias, hubiera estado al lado de la gente, resolviend­o temas difíciles en los que hay que estar.

—La veo en el centro de la escena. Atacando a la Justicia. Es porque segurament­e no tiene otro método de defensa. La Argentina es el primer caso en que un vicepresid­ente elige un presidente. Empezó así y continúa. Se deben conocer mucho. Hay un grado de conocimien­to alto. Eligió al Presidente y lo conduce.

—Son dos cosas distintas. Una cosa puede afectar tu proyecto electoral. El vacuna vip puede afectar a tu proyecto electoral. Y puede hacer caer como un castillo de naipes tu estrategia judicial.

—Al tema judicial lo pone la vicepresid­enta arriba de la mesa. No la oposición.

—Hay algunas cosas en que la oposición se plantó y se puso firme y logró que no sucedieran. Cristina Kirchner cuando era presidenta solía redoblar sus apuestas.

—Se ve un gobierno que avanza y después retrocede, pero siempre buscando un mojón más.

—¿No habría que dar vuelta la página y empezar de cero como fue el acuerdo de la Moncloa post Franco en temas que sean judicializ­ar a presidente­s anteriores?

—Los argentinos necesitamo­s una Moncloa para definir problemas estructura­les.

—¿Se torna imposible esa Moncloa si los dos ex presidente­s tienen la espada de Damocles de juicios para ir presos?

—La Moncloa debe ser por la positiva, no por la situación judicial. Hace diez años que la Argentina no genera trabajo privado.

—¿La agenda judicial tapa la verdadera agenda, la del desarrollo?

¿No se habla demasiado, de un lado y del otro, de cuestiones judiciales?

—Los problemas estructura­les no están en Comodoro Py. Están en la cotidianid­ad de todos los días, en la justicia comercial, las sucesiones, las adopciones.

—¿El rebote económico puede favorecer al oficialism­o?

—A mí me gustaría ganarles las elecciones y que suceda eso. Si no pasa implica menos trabajo para los argentinos y menos recursos. Camino todos los días un barrio de mi ciudad y hablo con los comerciant­es. No hay más venta, inversión, riesgo. El rebote puede pasar porque caímos mucho. Me gustaría que aun con rebote ganemos las elecciones.

—¿Ves a Macri candidato en 2023?

—Es una pregunta para él. Tendrá que definirlo. Tiene todo el derecho del mundo a hacerlo.

—¿Podría serlo?

—Me gustaría que Horacio Rodríguez Larreta fuera candidato a presidente.

—¿Hay una puja ahí entre los sectores más duros del macrismo con los más moderados en la que Horacio sería el “primus inter pares”?

—Hay posicionam­ientos lógicos. Dentro de una coalición tan abierta como la nuestra, hay diferentes posicionam­ientos. Son válidas las expresione­s. Después hay que dirimirlo en 2023 en una primaria presidenci­al.

—Esas posiciones a veces representa­n estructura­s más profundas. Sos hijo de Hugo Santilli, presidente de River entre 1983 y 1989 durante la presidenci­a de Raúl Alfonsín y presidente del Banco Nación entre el 89 y el 91 con Carlos Menem. Empezaste en el peronismo. Estudiaste en un colegio religioso de clase media, parroquial. Fuiste a la universida­d pública. ¿Sentiste, como Emilio Monzó, que los del Cardenal Newman te miraban por sobre los hombros?

—Me recibieron muy bien siempre. No me puedo quejar. Yo aprendí mucho. Macri puso el valor de la gestión a la política. No creo en los extremos entre la rosca o la gestión. Es la combinació­n. La política es el arte de hacer posible lo imposible. Para ello hay que tener una visión, una idea. Y gestión para llevarla adelante. No alcanza con la visión. Lo mejor de nosotros se vio en los primeros ocho años nuestros en la Ciudad. Había una línea integrada por Vidal, Mauricio, Horacio y muchas más personas. Estaba Gabriela Michetti, yo. Eso nos daba un equilibrio entre gestión, política y visión.

—¿El deseo de Mauricio Macri no consistirí­a en recuperar peso específico?

—Tiene todo el derecho del mundo. También nosotros.

—¿Se presentará a una interna para ganarla?

—Como líder de un espacio que fundó y creó tiene todo el derecho del mundo. Y los que venimos de divisiones inferiores tenemos todo el derecho de ocupar ese lugar. Mi visión de un candidato es un tipo como Horacio, que tiene un liderazgo cercano, que es un transforma­dor, que tiene una visión de país y de ciudad. Construye y trabaja cada día.

—¿Las inferiores llegarán a primera en 2023?

—Ese es el desafío. Es el desafío que tiene River. River hace el recambio de los jugadores que lo sacaron campeón de todo. Marcelo Gallardo los saca campeones de todo, hace un recambio de jugadores. Hoy busca ese desafío con jugadores nuevos y con los jóvenes. Eso mismo nos pasa a nosotros.

“Los argentinos necesitamo­s una

Moncloa para definir problemas estructura­les.”

“Lo de las vacunas fue grave; hay adultos mayores y personal de salud esperando vacunarse.”

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NESTOR GRASSI
 ?? NESTOR GRASSI ?? FERNÁN QUIRÓS. “Lo conocimos hace cinco años y medio. Cuando vino fue viceminist­ro en nuestra primera gestión. Trazó un plan integral para la Ciudad de Buenos Aires”.
NESTOR GRASSI FERNÁN QUIRÓS. “Lo conocimos hace cinco años y medio. Cuando vino fue viceminist­ro en nuestra primera gestión. Trazó un plan integral para la Ciudad de Buenos Aires”.
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REELECCIÓN. “Cuando Horacio me pidió que volviera a acompañarl­o, yo sabía que sepultaba una de las aspiracion­es que tenía después de un aprendizaj­e de muchos años”.
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HOMICIDIOS. “Buenos Aires es la segunda ciudad capital del continente americano con menos homicidios”.

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