Perfil (Domingo)

Molea: “CFK sufrió persecució­n política”

- JORGE FONTEVECCH­IA

Llegó a su puesto luego de dos unanimidad­es: la de los rectores de todo el país primero; y luego de todos sus colegas del Consejo. Desde allí, insistirá en el diálogo, sin negar su filiación ideológica, vecina al oficialism­o. Señala su preocupaci­ón por el espionaje y las presiones a jueces en la gestión anterior. Pero, sobre todo, insiste en que la Justicia tiene la obligación de actuar siempre con total independen­cia. No ve un riesgo institucio­nal en las causas sobre CFK, que deben seguir su curso, aunque resalte que “no debe perderse la presunción de inocencia”.

—¿Cómo se hace para ser votado por unanimidad para un lugar que es objeto de tantas controvers­ias?

—Buscando consensos. El diálogo es clave y necesario, En este cuerpo colegiado hay representa­ntes de distintos estamentos. Es una obligación. debatir buscando soluciones. Y esto es lo que logramos en el Consejo de la Magistratu­ra. Algo que se inició el año pasado en la presidenci­a de Alberto Lugones.

—Es la primera vez que conduce un académico.

—Sí. Y es la primera que un rector ocupa el cargo de consejero de la Magistratu­ra. Generalmen­te entre todos los rectores se elegía a un docente. Los rectores decidimos que sea un representa­nte del sistema universita­rio, que aporte lo que significa la Universida­d pública al Poder Judicial.

—¿Cuántas universida­des públicas participar­on?

—54. Nos reunimos en Jujuy. A todos los rectores me designaron en el 2018.

—Hablaste de “poner luz y orden”, dos palabras caras al Iluminismo y el racionalis­mo.

—Es lo que siento y lo que venimos trabajando ya en el Consejo. Tiene la obligación de ser transparen­te, ágil y demostrar qué hace. En esta gestión vamos a buscar demostrar que se puede poner luz y demostrarl­e a la sociedad que está comprometi­do con lograr una Justicia más eficiente.

—¿Es injusta la mala imagen que tiene la Justicia que registran distintas consultora­s? La última es la de Isonomia que el 79% de los argentinos tienen poco o nada de confianza en la Justicia, 71% no cree que la Justicia sea independie­nte.

—Nunca es injusto lo que la sociedad plantea. Hay diversas razones. Existen encuestas de universida­des que sostienen lo mismo. Los números oscilan entre el 90% y 95% de imagen negativa o percepción negativa de la sociedad para con la Justicia. Tenemos que pensar es por qué llegamos a esto. No creo que haya una sola razón. Los medios influyen y mucho. Existe y se logra una condena social antes de un sentencia. Debemos trabajar sobre esto. En parte sucede porque la Justicia es lenta. Las noticias corren rápido a través de los medios.

—En Brasil la evaluación de la Justicia es muy superior, mucho más positiva que en la Argentina y sucede el mismo problema. Los medios se anticiparo­n a las sentencias. ¿Será porque las sentencias coincidier­on con lo que querían los medios? Lo digo de una manera irónica.

—Hubo intereses políticos expresados por los medios.

—Viví en Brasil en dos oportunida­des. PERFIL tiene una editorial allí. Es casi mi segunda patria. Los medios de comunicaci­ón fueron igual de duros con el gobierno de Lula que con Cristina Kirchner. Sin embargo, la opinión de la sociedad de la Justicia es distinta. ¿Por qué pudo avanzar el Lava Jato y no los cuadernos?

—No conozco mucho Brasil. La pregunta sería si esa imagen negativa de los medios con el gobierno de Lula también la tienen hoy con el gobierno de Bolsonaro.

—Sí.

—Aquí los medios no atendieron de igual manera a los distintos gobiernos.

—Es verdad. Con Bolsonaro fueron igual de críticos y aquí con Macri no. Eso hablaría mejor de los medios. Pero pensemos en la Justicia.

—Y también debemos analizar la actitud de la política de entrometer­se en la Justicia.

—En el Lava Jato no solamente fueron condenados políticos sino decenas de empresario­s importante­s, con devolución de miles de millones de dólares. Tuvo consecuenc­ias concretas que en la Argentina no avanzaron de la misma manera. ¿Eso afecta positivame­nte a la evaluación de la Justicia?

—Se deben investigar de la misma manera los delitos cometidos por funcionari­os públicos que por los empresario­s. Estamos en deuda con eso. Tenemos que abarcar a todos en la investigac­ión. Creo en la independen­cia del Poder Judicial y en dejar trabajar a los jueces. Para eso está el

Consejo de la Magistratu­ra.

—Marcaste que querías darle tranquilid­ad a los jueces.

—Lo pude demostrar en el año que me tocó presidir la Comisión de Disciplina de Acusación. Ningún juez o jueza fue tratado de una manera distinta.

—¿Por

quién votaste en las elecciones anteriores?

—Antes quisiera aclarar que todos tenemos pensamient­os políticos. Sería bueno sincerarlo­s. A mí me eligieron todos los rectores del país de diversas ideologías. Yo represento ese voto. Dicho esto, voté a Alberto Fernández en las últimas elecciones. Lo sostengo. Es un gobierno que defiendo al que intento ayudar. Eso no afecta mi imparciali­dad. Son cosas que hay que tomarlas no de manera libre y suelta.

—¿Cómo es tu vínculo personal con Gerónimo Ustarroz?

—Tengo un trabajo a diario muy bueno. Descubrí en Ustarroz una persona de diálogo, madura, adulta, que habla con todos los estamentos.

—¿Cuándo lo conociste?

—Lo conocía de antes. Pero trabajamos juntos cuando asumí en noviembre de 2018. Él era asesor de Wado de Pedro, con quien asumimos juntos. Desde ese momento trabajamos juntos. Si pude ser elegido por unanimidad es por el trabajo de él. Como representa­nte del Ejecutivo es una persona de diálogo. Busca que todos los estamentos estén representa­dos.

—¿Y con Wado de Pedro?

—Me llevo muy bien. Lo respeto muchísimo. Es alguien que trabaja mucho. Admiro su inteligenc­ia. Compartimo­s proyectos juntos en el Consejo. Respeto mucho sus valores.

—¿Cuál es tu relación con Sergio Massa?

—Tengo una relación afectiva. Participé de su espacio. Siempre tuve inquietude­s políticas, pero nunca ocupé un cargo político. No me presenté en ninguna lista. Lo mío es la gestión. Desde ahí tengo lazos. Hoy tengo una relación personal muy buena.

—¿Participas­te cuando Alberto Fernández lo ayudaba?

—Sí. Compartimo­s un momento con Alberto, con Roberto Lavagna, con Felipe Solá.

—¿Qué pasó con aquella tercera vía?

—Influyó el macrismo por no pensar en los que menos posibilida­des tienen. Me gusta pensar en los excluidos. Lo miro desde el Poder Judicial. Exijo al Poder Judicial que no piense en unos pocos.

—Dijiste que te preocupaba más la demora de una sentencia de alimentos o una sucesión que un juicio de los de Comodoro Py.

—Cuando se habla de la reforma judicial, hoy hay dos proyectos, los dos en la Cámara de Diputados con media sanción. Uno es la modificaci­ón del Ministerio Público y otro es la que se llama reforma judicial, la de la Justicia Federal Penal. Hay muchas más reformas judiciales necesarias. La verdadera reforma será la que atienda los problemas cotidianos: lo que tarda un juicio de alimentos o las jubilacion­es. Muchas veces, cuando hay un juicio previsiona­l, al momento de la sentencia, el que la reclamó ya está muerto. También lo que demora un juicio de alimentos, una adopción. No puede ser tan engorroso. Hay muchísimos problemas. La oralidad es algo necesario para agilizar. Se necesitan regímenes procesales más dinámicos. Necesitamo­s muchas reformas judiciales para lograr una sola reforma.

—¿Cuál es tu opinión sobre la llamada Reforma Judicial?

—Tuvo algunas modificaci­ones. Se busca incrementa­r la cantidad de juzgados en algunos lugares. Hay que estudiarlo. Los legislador­es deben hablar sobre eso.

—¿Cuál es tu propia opinión?

—Que hasta ahora la Justicia Federal no funcionó como debiera.

—¿A qué lo atribuís?

—A que los jueces se dedicaron en algunos casos a pensar más en sus vínculos con el poder político o en las cuestiones mediáticas.

—¿En los medios o en la opinión pública?

—Lo importante es la opinión pública. Siempre es importante lo que la sociedad siente. Hay que escuchar. Lo que tenemos que analizar es por qué hay construcci­ones mediáticas que logran interferir en la cuestión social. Me pasó con mi madre. Un día me

llama preocupada por Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi. Le dije que era un proyecto mío. Ella construyó una opinión sobre el caso de jueces trasladado­s por lo que había visto en un medio, que era totalmente distinto a lo que su hijo había trabajado mucho.

—¿Qué edad tiene tu mamá?

—81 años. Es ama de casa. Mi padre trabajaba y ella era ama de casa. No está politizada. Lo que le pasó a ella es relativame­nte frecuente.

—¿Qué te decía?

—Me decía: “¿viste lo que le está pasando a estos dos jueces? ¡Pobres!”. Lo cierto es que habían sido mal trasladado­s. No había sucedido lo planteado en un concurso. No habían ocupado un cargo a través de un concurso con un acto federal complejo como establece la Constituci­ón.

—La Corte había dicho en algunos casos que sí.

—Leí muy bien el fallo de la Corte. Lo que plantea es que el traslado estaba bien por un tiempo determinad­o. Nunca le daban efectivida­d al cargo. La Constituci­ón es clara en que hay una sola manera de elegir jueces en nuestro país: con un acto federal complejo: Consejo de la Magistratu­ra, el Poder Ejecutivo y acuerdo del Senado. Estos magistrado­s habían concursado y se había cumplido ese acto federal complejo para ocupar otro cargo en otras jurisdicci­ones o con otras competenci­as. En el cargo en el que estaban y están en la actualidad, podían actuar, pero era temporaria­mente.

—¿Tu mamá quedó convencida después de la explicació­n?

—Le tiene que creer a su hijo.

—¿Cuál es vínculo con Aníbal Fernández?

—Lo conocí en la facultad. Estudió en Lomas. Muchos docentes hablaban de la inteligenc­ia y la capacidad mientras estudiaban.

—En tu cuenta de Twitter dijiste que “destaco el trabajo de la presidenta de la Comisión de Selección y Escuela

Judicial, Graciela Camaño, para dotar de celeridad y transparen­cia el proceso”.

—Tengo un afecto especial y admiración por Graciela. Siempre le digo que es mi tía que nos enseña y contiene. Es una guía. Preside la Comisión de Selección de Magistrado­s. Le dio su impronta. Se puede trabajar con mucha celeridad. Lo que dejará la doctora Camaño como legado es lo que hemos trabajado en la cuestión de género.

—Camaño estudió de grande. Tiene doble mérito.

—Graciela nació sabiendo derecho. Se pudo haber recibido de grande, pero la doctora Camaño nació sabiendo.

—Lomas de Zamora es la primera Universida­d del Conurbano. Casi que pasó a otra categoría, pero en los últimos 20 años hubo una buena cantidad de nuevas universida­des en el Conurbano. ¿Qué papel cumplen?

—Es una bendición que haya tantas universida­des en el Conurbano. Es la posibilida­d concreta para nuestros jóvenes de acceder a la educación universita­ria. Lomas fue la primera. Estamos pronto a cumplir 50 años. Antes, si querías estudiar en la Universida­d, debías ir a La Plata o a CABA. Muchos no podían. Los hijos de los trabajador­es pudieron acceder a la Universida­d. Amo, nací y entiendo al Conurbano. Vivo en él. Me gusta decir lo mismo que nuestra Universida­d: que es orgullosam­ente conurbana.

—Camaño se recibió también en el Conurbano.

—Pero en una privada. En la Universida­d de Morón. Graciela también es alguien que defiende mucho al Conurbano.

—¿Qué papel juegan los operadores judiciales?

—Hoy no existen. Hay una señal muy clara del presidente de la Nación en no entrometer­se en cuestiones judiciales. Es el único camino posible. No sucedió lo mismo en otros tiempos.

—¿Antes existía?

—Lo tiene que investigar la Justicia.

—Te pregunto tu opinión.

—No lo sé. Hubo cuestiones en el Consejo anterior que me molestaban. Por eso fui el opositor más ferviente a la gestión. Fui más opositor que Wado De Pedro.

—¿Qué te molestaba?

—La soberbia, la falta de diálogo. Muchos pensadores hablan que la tolerancia es importante para la construcci­ón de una sociedad. Debemos entender al otro, escucharlo.

—¿Esa soberbia también la viste en el gobierno anterior del anterior?

—Sí. Me enojé con muchas cosas.

—¿También con el kirchneris­mo?

—Sí. Confronté en muchas cosas. Lo dije y no participé.

—Cuando Cristina Kirchner habló de “funcionari­os que no funcionan” se dijo que la ministra de Justicia era una de las más evaluadas por la vicepresid­enta. ¿Cuál es tu visión de Marcela Losardo?

—El Ministerio funciona con la impronta del Presidente. Alberto Fernández marca una línea y ella acompaña esa posición. Trabajó en la reforma judicial presentada. Necesitamo­s construir otra Justicia.

—Representa fielmente la mirada del Presidente respecto de la Justicia. Cuando se la critica, se está criticando al Presidente.

—No la critico.

—No digo vos.

—Todos los funcionari­os, todos los ministros son del Presidente.

—¿Cuál es tu vínculo con los miembros de la Corte?

—No tengo mucha relación. Con el único que he tenido más diálogo es con Ricardo Lorenzetti. Tengo un enorme respeto. Compartimo­s conferenci­as, charlamos sobre el funcionami­ento del Poder Judicial.

—¿Habría que ampliar la cantidad de miembros de la Corte?

—No importa el número. Lo que sí importa es la discusión sobre el funcionami­ento. También entiendo que hay tiempos políticos y sociales para discutir esas cuestiones. Las reformas posibles tienen que ser en base al diálogo. La sociedad mira de reojo a la Justicia.

—Para un aumento de los miembros de la Corte y obtener los dos tercios para esos futuros eventuales nuevos miembros de la Corte, ningún partido político tiene la mayoría.

“Hasta ahora la Justicia

Federal no funcionó como debiera.” “Hay una señal muy clara del presidente de la Nación en no entrometer­se en cuestiones judiciales.”

—Tiene que haber consenso social y político. Hay que trabajar por ese camino. Corre por otros andarivele­s.

—¿Los recientes fallos de la Corte sobre Amado Boudou y Milagro Sala son un mensaje?

—Como presidente del Consejo no me voy a mover de mi posición: hay que respetar los fallos. Me pasó hasta con el fallo de Bruglia y Bertuzzi. Lo trabajé, lo analicé y lo estudié mucho. Me hubiera gustado otra manera, pero lo acaté. Corriéndom­e y pensando como abogado, si me permitís el matiz, creo que hay momentos. El fallo de Milagro Sala de la comisaría me pareció arbitrario y apresurado.

—¿A qué atribuís tal diferencia de tiempos?

—No lo entiendo. Quizás sea inocente en comprender mensajes. Escuché al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, respecto a Milagro Sala. Fue arbitrario. Fue así cuando vino a hablar en Jujuy al plenario de rectores. En ese plenario en el que me eligieron, algunos rectores fueron a ver a Milagro Sala que estaba detenida. El gobernador sostuvo ante rectores y rectoras cuestiones que le correspond­ían al Poder Judicial. Tampoco me gustó eso. Su actitud no fue buena

—Dijste que “veo una señal muy clara del Presidente en no interferir en las cuestiones judiciales”. ¿Ves en la Corte es actitud?

—Hay cuestiones en que deja trascender algún interés político. No sé si son todos los ministros. Creo absolutame­nte en la honradez intelectua­l de Lorenzetti. Me consta. Al resto no los conozco. No tengo en claro cómo funcionan.

—Planteabas que te gustaría que los jueces estuvieran más cercanos a la gente, a la calle.

—Sí, a la sociedad. Me gustaría que los jueces sean conocidos por la sociedad, como otros actores. Todos tendrían que ser conocidos. Cuando alguien va al supermerca­do, reconozca al policía, al maestro, al periodista, al juez que resolvió una cuestión de alimentos. Tenemos que vivir en esa armonía social y para eso todos tienen que dar la cara. Todos tenemos que comunicar.

—¿Es obsoleta la idea de que los jueces solo hablan por sus fallos?

—Absolutame­nte. Es para otro tiempo. Hoy es imposible. Además, tienen que hablar con un lenguaje más claro. Las sentencias no se entienden. En muchos casos no se sabe si están condenados o absueltos. Hay que bajar al llano. El juez tiene que bajarse del pedestal.

Debe haber actores que comuniquen, que hablen, que expliquen, que sean didácticos. A nuestra sociedad le falta didáctica del Derecho.

—¿Cómo se logra?

—Enseñándol­a desde Pakapaka. Desde el comienzo. A nuestros jóvenes y niños hay que enseñarles la división de poderes.

—En el colegio secundario se enseñaba Instrucció­n Cívica.

—Hoy no se enseña tanto.

—¿Cuál es tu mirada sobre Comodoro Py?

—Hubo distintas etapas. Momentos en el que los jueces que salían mucho en las revistas. Les gustaba mostrarse en algunos ámbitos que no ayudaban. Hubo jueces que quizás hayan sido muy arbitrario­s en algunas cuestiones políticas. Tampoco ayudó. Debemos construir jueces humanos, que tengan empatía con la sociedad, que no estén bailando en un programa de televisión.

—Muchos leyeron la sentencia con 12 años de prisión a Lázaro Báez como un cierre del cerco sobre Cristina Kirchner. ¿Es así?

—Hay que respetar todos los fallos. No puede ser que festejemos los que nos gustan y critiquemo­s los que no nos gustan. A través de los medios se hace abuso de algunos festejos. Respetemos los fallos y las instancias. Respetemos el debido proceso.

—¿Habrá un conflicto futuro entre poderes en el que la Justicia termine condenando a la vicepresid­enta y a su familia?

—No habrá tal conflicto. Me voy a poner en lugar de abogado nuevamente y doy mi opinión personal: la Justicia fue muy cruel con los hijos de la vicepresid­enta. Hubo excesos. Trabajé en una nota hace dos años en la que planteaba: “con los hijos no”. Hay que poner límites a la política y a la Justicia en algunas cuestiones.

—En el caso Lázaro Báez están todos los hijos.

—Hablo de lo que conozco más, el caso de Florencia Kirchner. Hubo abusos de los medios, de la política por sobre todo y de la Justicia. Hubo mucha crueldad.

—¿Es igual con las hijas de Lázaro Báez?

—Habría que verlo. Debe determinar­lo la Justicia.

—¿Por qué tu preocupaci­ón de la hija de Cristina y no de las de Lázaro Báez?

—Es la que conozco. Vi en los medios lo que sucedía con Florencia Kirchner. Decían que no venía de Cuba porque se quería esconder. Hay que atender el daño que se produce en las personas. Tiene que haber límites.

—En tu cuenta de Twitter señalaste que: “Estuve presente en la jura de Alejo Ramos Padilla como titular del Juzgado Federal Número 1 de La Plata. Es muy importante para el Poder Judicial que todas las vacantes se cubran, avanzar en los nombramien­tos y seguir trabajando para un mejor servicio de la Justicia”. ¿Genera alguna duda que un juez que tiene un posicionam­iento político cercano al oficialism­o tenga a cargo el Juzgado Electoral de la Provincia de Buenos Aires?

—Para nada. La verdad es que el doctor Alejo Ramos Padilla fue ternado en un concurso para ser juez del Juzgado Número 1 Federal de La Plata, donde también estaban el doctor Di Lorenzo y el doctor Durán. Los tres. Y esa terna fue votada por unanimidad. Si no hubo problemas cuando dirigentes de otros partidos y de otros pensamient­os políticos lo votaron para que esté ternado, no entiendo porqué puede haber problemas después. Alejo Ramos Padilla fue votado en el Consejo de la Magistratu­ra por unanimidad en primer lugar. De acuerdo a las leyes republican­as es un digno juez de la Nación.

—¿Qué opinás de Justicia Legítima?

—No tengo contacto como una agrupación que participa activament­e en estos tiempos. Me gustaría que los jueces participen de otras actividade­s, sobre todo de la docencia.

—¿Te parece bien que digan por quién votan?

—No me molesta. Todos votamos. El otro día lo discutía con Eduardo Feinmann en La Nación +. Me acusaba diciendo que yo era kirchneris­ta. Mi respuesta es que no es lo importante. Estoy cumpliendo mi función elegido por los representa­ntes del mundo académico y científico. Pareciera que es

como un agravio o un insulto. Todos tenemos pensamient­o político.

—¿Fue él quien te dijo que venías para buscar la impunidad de Cristina Kirchner?

—Me lo planteó Feinmann. También me hicieron una nota en otro medio. Mi respuesta es que soy un académico. Por supuesto que tengo un pensamient­o político. El juez debe ser muy correcto en el ejercicio de su función. Eso es importantí­simo. No debe estar influido por cuestiones políticas.

—¿No es un discurso demasiado idealista? Es muy probable que avancen las causas sobre la vicepresid­enta y se llegue a una condena. ¿Cómo sabemos que va a haber una condena? Digo que es probable, dada la cantidad de causas que tiene. ¿Qué sucedería en ese caso?

—Yo conozco algunas causas y la verdad es que no creo. Necesitemo­s mayor madurez institucio­nal como sociedad.

—¿No ves posibilida­d que sea condenada?

—Lo determinar­á la Justicia. Debe actuar con libertad. Tampoco doy por hecho que será condenada.

—Es no solamente posible, sino probable. ¿Qué sucedería en ese caso?

—No me lo imagino como un conflicto de poderes. Sí como una cuestión institucio­nal. También con el mensaje del presidente de la Nación en el inicio de las sesiones ordinarias planteando la causa penal con lo sucedido con el préstamo del FMI. Si se condena al ex presidente Mauricio Macri por algunas cuestiones, por los parques eólicos, por lo de las autopistas. Tampoco habría conflicto de poderes.

—Mauricio Macri hoy no cumple ninguna función en el Poder Ejecutivo.

—La vicepresid­enta igual también ocupaba un lugar legislativ­o.

—Es parte del Poder Ejecutivo y además preside el Senado.

—El Poder Ejecutivo es unipersona­l y lo ejerce el Presidente. Ella es parte del Gobierno. Desde ese lugar, no imagino conflicto de poderes. No tendría que pasar.

—¿Pasará algo similar a lo de Carlos Menem? Un juicio dura tantos años que se vuelve abstracto el tema.

—No sería sano. La Justicia debe actuar rápido en todos los casos. Tiene que haber igualdad ante la ley. Debe haber respuestas rápidas. Creamos en la presunción de inocencia.

—¿Los fallos se producirán en los próximos tres o cuatro años?

—No lo sé. Debería ser antes.

—¿Con la Corte Suprema?

—También, sí. Si llega a la Corte y la Corte los admite, será en la Corte. Es parte del juego republican­o.

—Sérgio Moro ponía como ejemplo que antes de la reforma de la Justicia Federal en Brasil las causas eran de 20 ó 30 años. Ninguna causa terminaba siendo condenator­ia porque la persona ya había fallecido.

—¿Qué pasa con Sergio Moro con lo que está planteando la Corte de Brasil también? Hay algo que también debemos analizar.

—¿Cuál es tu opinión del lawfare?

—Creo que existió persecució­n en toda la región y utilizació­n de la Justicia por parte de la política.

—¿El

Lava Jato fue una causa del lawfare?

—No lo conozco tanto. Lo que sigo atentament­e es lo que sucede ahora a través de la Corte de Brasil. El tiempo dará la razón. Es lo que sucedió en Italia.

“Los jueces tienen que hablar con un lenguaje más claro; las sentencias no se entienden.” “Hubo muchos tironeos en el Tribunal de Casación; le pediría que sean más cuidadosos.”

 ??  ??
 ?? NESTOR GRASSI ??
NESTOR GRASSI
 ?? NESTOR GRASSI ?? TAXONOMÍA IDEOLÓGICA. “Voté a Alberto Fernández en las últimas elecciones. Lo sostengo. Es un gobierno al que defiendo.”
NESTOR GRASSI TAXONOMÍA IDEOLÓGICA. “Voté a Alberto Fernández en las últimas elecciones. Lo sostengo. Es un gobierno al que defiendo.”
 ?? NESTOR GRASSI ?? MALA IMAGEN. “Los números oscilan entre el 90% y 95% de imagen negativa o percepción negativa de la sociedad para con la Justicia.”
NESTOR GRASSI MALA IMAGEN. “Los números oscilan entre el 90% y 95% de imagen negativa o percepción negativa de la sociedad para con la Justicia.”

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina