Perfil (Domingo)

Guzmán bajo fuego amigo

En el oficialism­o ahora le exigen “pisar” más los precios

- FERNANDO NOLÉ

En pleno año electoral, la inflación marcha hacia un piso de casi 4% mensual, pese a los controles, el anclaje del dólar y el congelamie­nto tarifario. Le reclaman “mano dura”. Se suma a las presiones por el FMI y por los subsidios.

La inflación entró en una espiral y dentro del Gobierno recrudecie­ron las tensiones internas por la evolución de los precios, al tiempo que se admite que los próximos meses serán más complicado­s en la evolución inflaciona­ria, situándose la misma en un piso mensual del 3,5%, lo que hace prácticame­nte imposible cumplir con la meta del 29% fijada para todo el año.

Tras conocerse el último jueves el 3,6% de inflación de febrero, los ánimos dentro del Gobierno y particular­mente en el gabinete económico “levantaron temperatur­a”, y desde los sectores más duros del oficialism­o volvieron a surgir críticas por el fuerte aumento de la inflación.

“Es evidente que la política inflaciona­ria que se está aplicando no está dando los resultados que esperábamo­s. En la situación actual nos encaminamo­s a un piso de casi 4% mensual y eso es una locura”, comentó a PERFIL un importante funcionari­o de Casa de Gobierno, en una directa crítica al gabinete económico que comanda el ministro Martín Guzmán.

Es más, en el Ejecutivo admiten que la inflación del primer trimestre será cercana al 11% y que el segundo trimestre del año mostrará también una evolución complicada.

Nadie en el Gobierno lo quiere mencionar de esa manera, pero esperan que en el segundo semestre del año la inflación empiece a descender.

Por el momento, los controles de precios no están funcionand­o, como tampoco las otras herramient­as que están usando como el anclaje del tipo de cambio y la continuida­d del congelamie­nto tarifario. Tampoco hubo progresos en el objetivo de una concertaci­ón entre sectores empresario­s y sindicales para “encuadrar precios y salarios”, lo que pinta un panorama de desconcier­to para enfrentar uno de los problemas endémicos de la economía argentina.

Los números del Indec dan cuenta que la inflación a febrero en 12 meses supera el 40%, que en el primer bimestre ya llegó al 7,8% y que en marzo el panorama viene más grave, con un

aumento del costo de vida que distintos consultore­s ubican en un piso del 4%. Esa cifra se repetiría en los dos o tres meses siguientes, ya que YPF y por consiguien­te el resto de las petroleras aumentarán un 15% los combustibl­es hasta mayo.

Alimentos. Esta escalada inflaciona­ria está pegando en el sector más sensible para la población. De hecho, el año pasado los productos alimentici­os aumentaron casi un 48%, contra un IPC anual del 36,1%, y en febrero de 2021 se observó que este rubro registró un incremento del 3,8% contra el 3,6% de incremento en el costo de vida.

Frente a esta situación, el gabinete económico advirtió a los empresario­s que se detectaron aumentos sin un “justificat­ivo razonable” y anticipó que Precios Máximos se va a “desactivar” en la medida en que haya “compromiso­s concretos” por parte de las empresas respecto a “alinear los objetivos” con la inflación.

Consultore­s críticos. Ecolatina indicó que “desde agosto del año pasado la variación mensual de Alimentos y bebidas sin alcohol viene superando la del nivel general, con la excepción de noviembre 2020”. Consideró que algunos de los factores que responden a ese comportami­ento

son la mayor depreciaci­ón del peso, las subas de los precios internacio­nales y la elevada dinámica de frutas, verduras y carnes. Además, evaluó que el programa Precios Máximos “redujo la dinámica de los precios de consumo masivo en los meses de cuarentena estricta a costa de inflación futura”.

Por su parte, Jorge Neyro de la consultora ACM, resaltó que “hay un problema de cálculo”. “Durante la cuarentena, bajó a 1,5, o 2%, incluso hubo deflación de los precios mayoristas. Es un error de cálculo básico porque vamos a comparar pronto con meses de la pandemia de muy baja inflación”, aseguró.

“Los controles de precios, de las prepagas, de tirar para adelante el tema de las tarifas, no pueden mantenerse durante mucho tiempo. No se puede mantener constantem­ente los subsidios a los servicios y el congelamie­nto de precios. Es muy difícil encontrar medidas mágicas que hagan que la inflación baje al dos por ciento mensual”, recalcó Neyro.

Por su parte, el ex secretario de Hacienda y titular de la consultora Infupa, Manuel Solanet, resaltó que “la inflación está en un espiral de crecimient­o importante. Lo único que se está tratando de hacer son controles de precios y retrasar la evolución del tipo de cambio como un ancla frente a la inflación”.

“La emisión monetaria ha sido muy grande el año pasado y eso tuvo un indudable impacto inflaciona­rio. El BCRA fue captando liquidez, pero el margen de maniobra que tiene ahora es mucho más reducido. Además, ahora, volvió a otorgar unos 70 mil millones de pesos al Tesoro. El Central está muy endeudado. En este momento el Gobierno no tiene elementos ni herramient­as concretas como para frenar la inflación. Son medidas sueltas de parches”, consideró el especialis­ta.

Guido Lorenzo, de la consultora LCG, consideró que la inflación de marzo tiene ya un piso del 4% con mayor incidencia de combustibl­es, aumento de la educación y también de alimentos. “Es difícil pensar que el IPC va a estar en los próximos meses en un piso inferior al 3,5%. Lo que está claro es que anclar el dólar y seguir con tarifas subsidiada­s es tirar la pelota hacia delante, pero la gravedad del problema siempre está”, concluyó el especialis­ta.

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CEDOC PERFIL PLAN. El ministro de Economía y el presidente Alberto Fernández quieren “tranquiliz­ar la economía”.

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