Una novela total
Viaje a las cosas
Autora: Miguel Vitagliano
Género: novela
Otras obras del autor: Posdata para las flores; Cielo suelto; Vuelo triunfal
Editorial: Edhasa, $ 12.700
Viaje a las cosas es, en cierto sentido, una novela total, si por ella entendemos a una narración de largo aliento que parece abarcarlo todo, pasado, presente y futuro, y que combina con pericia el registro poético, ensayístico, crítico, biográfico y, por supuesto, novelístico.
Decir que el eje del libro se centra en la vida del escritor y naturalista Guillermo Enrique Hudson (18411922) sería parcialmente cierto: en rigor, es eso y mucho más. Porque hay acontecimientos de su biografía (sus primeros años en la pampa argentina, su posterior asentamiento en Londres, su pasión por el estudio de los pájaros), pero hay también sucesos acaso imaginados (el texto tensiona sutilmente el vínculo permeable entre realidad y ficción) por el autor de Allá lejos y hace tiempo, pensamientos, deseos y temores.
Como un artesano que exhibe los materiales que han hecho posible su creación, Miguel Vitagliano (Buenos Aires, 1961) da cuenta hacia el final del libro de las fuentes en las que ha abrevado. Se trata de una investigación exhaustiva y minuciosa que comprende no solamente las obras literarias de Hudson sino un conjunto vasto de biografías y de ensayos, e incluye también la correspondencia del escritor con sus colegas y amigos Cunninghame Graham (1852-1936) y Joseph Conrad (1857-1924), protagonistas no menores de la novela (Graham, con su breve experiencia en América Latina y su pasión por los caballos; Conrad, seducido por la vida marítima y en busca de experiencias para su escritura).
Viaje a las cosas cuenta con un narrador siempre ubicado por encima del saber de los personajes, capaz de ir y venir en el tiempo; puede conocer la cantidad de habitantes de Buenos Aires en 1849, cuando Hudson tiene apenas ocho años, y por momentos recurrir a la prolepsis al avanzar temporalmente hasta los tiempos del covid; o, de pronto, luego de describir a Hudson montado a su caballo presa de la fiebre, aclararnos que por ese mismo camino de tierra pasará, muchos años después, el patrullero de la policía que llevaba secuestrada a Adriana Calvo de Laborde durante la dictadura militar. En esa suerte de saber total hay lugar para las digresiones (desvíos solo aparentes, porque no hacen más qu e enr i - que c e r lo nar rado y ag r ega r le capa s de sent idos), en general vinculadas a la intertex tua l i - dad: allí se suceden las referencias a la obra de Car l os Alonso, “El ganado y lo perdido”, a propós i to de la discusión sobre el campo en la tradición argentina y la identidad nacional; al Martín Fierro, de José Hernández; a la novela de Ricardo Piglia, El camino de Ida (otro texto que, como el de Vitagliano, intercala ficción con fragmentos críticos y ensayísticos), a “La intrusa”, de Borges, entre tantas otras. Se trata de un narrador que es a la vez un crítico literario, quien a medida que cuenta una historia es capaz de analizarla, de interrogarla, de preguntarse por sus vínculos con otros textos y así, en un mismo gesto, evidenciar el carácter siempre fascinante y ambiguo de toda ficción.
Se trata de una investigación exhaustiva y minuciosa que comprende no solamente las obras literarias de Hudson sino un conjunto vasto de biografías y de ensayos