Contra la ceguera
Memorias de la ciencia, la cultura...
Autor: León Rozitchner Género: ensayo Otras obras del autor: El terror y la gracia, La cosa y la cruz, Freud y el problema... Editorial: Biblioteca Nacional, $ 6.000
Seleccionadas, compiladas, editadas y prologadas por Cristián Sucksdorf y Diego Sztulwark desde mediados de la década pasada, las Obras del filósofo y ensayista argentino León Rozitchner (1924-2011) publicadas por la Biblioteca Nacional, pese a la discontinuidad, y no solo por obstáculos financieros, sin embargo, continúa –por el momento– adelante. El nuevo volumen, editado con esmero, recopila tres escritos: Persona, cultura y subdesarrollo (1961), Freud y Marx (1964) y La tensión entre unidad de la ciencia y diversidad de las culturas (en un nivel muy desarrollado) (1971). El primero se publicó originalmente en la Revista de la Universidad de Buenos Aires, el tercero –ponencia presentada en el coloquio “La science et la diversité des cultures”, organizado por la Unesco en París– fue publicado en francés por PUF en 1974 y en castellano por Santillana en 1976, y el segundo –tres clases de un seminario dictado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA– es un material inédito y, sin duda alguna, constituye el más importante y revelador del pensamiento rozitchneriano, ya que muestra por qué y cómo Rozitchner comienza la articulación de las teorías de Marx y Freud.
Este texto despeja cualquier duda acerca de la supuesta filiación en el freudomarxismo o la izquierda freudiana, lo que se ha admitido en general y, también, por comodidad académica. En este seminario impartido en 1964, dos años después de la publicación de su tesis doctoral sobre Max Scheler (Rozitchner obtuvo el grado de doctor en Filosofía en 1960 en La Sorbona ante un jurado compuesto por Jean Wahl, Lucien Goldmann y Maurice de Gandillac), su primer libro no se trata ni de una interpretación freudiana de Marx ni de una lectura marxiana (ni tampoco marxista) de Freud. Sobre todo, ensaya más bien una confrontación entre uno y otro sobre la base de una teoría del hombre y una filosofía monista cuyos principios, muy reformulados, acaso se remontan a la fenomenología de Merleau-ponty y a cierto estructuralismo. Por otra parte, el problema que aborda, la relación entre ciencia (privilegiadamente las ciencias humanas) y capitalismo, o producción de conocimientos y producción de mercancías, tiende a desbordar tanto a Marx como a Freud hacia un horizonte sumamente problemático donde se superponen diversas capas: psíquicas , perceptivas, soc ia le s , e conóm i - cas, epistemológicas, culturales, ontológicas.
Los editores han reunido los textos en torno a los ejes, ya establecidos en Persona, cu l tura y subde sa - r rol l o, de c i enc ia y capitalismo, pero en Rozitchner estos aparecen como indisociables de la categoría de subdesarrollo y, aun más, de colonización. En la ponencia del coloquio organizado por la Unesco esta conexión, si bien dentro de un marco más amplio, resuena como un severo cuestionamiento de la ciencia y la tecnología originada y desplegada mundialmente por la cultura capitalista, “occidental y cristiana”. En gran parte, la “densa” (según la definen varios de los participantes en la discusión posterior) argumentación rozitchneriana se apoya en las teorías de Marx y de Freud, que vuelve en contra de la parcialidad y la ceguera de la comunidad científica ante la dominación política del capital y su expresión ideológica: el “desarrollo”.
No se trata ni de una interpretación freudiana de Marx ni de una lectura marxiana (ni tampoco marxista) de Freud. Sobre todo, ensaya más bien una confrontación entre uno y otro