Perfil (Sabado)

El Gobierno reconoce en privado la falta de control en las fronteras

- MARIANO CONFALONIE­RI

“Argentina tiene una frontera permeable”, reconoció –casi como resignado– el ministro de Seguridad, Arturo Puricelli. No hizo más que confirmar lo que todos en el Gabinete saben: el país no está debidament­e preparado para combatir el narcotráfi­co.

Las acciones de los narcos en Santa Fe, Córdoba y la provincia de Buenos Aires delatan, además, una complicida­d con las fuerzas de seguridad. Los cargamento­s de droga ingresan vía Bolivia o Paraguay en avionetas que, a vuelo rasante, arrojan los cargamento­s con un GPS, para que los narcos las recojan y se la lleven en camionetas. Las avionetas no aterrizan.

“Los radares no sirven. Tienen un alcance limitado. No detectan una avioneta que vuela al ras del piso”, confió un funcionari­o de segunda línea del Gobierno y que sigue de cerca la problemáti­ca del narcotráfi­co. Las bandas encontraro­n, además, otra forma de penetrar en las fronteras. Lo hacen metiendo droga en containers de alimentos perecedero­s, como la carne, o de medicament­os, que necesitan que se preserve la cadena de frío. “Esos containers apenas son revisados porque no pueden estar mucho tiempo abiertos y circulan por las aduanas como si nada”, explicó la fuente a este diario.

El diagnóstic­o que hacen los funcionari­os es lapidario. La droga que ingresa a través de mulas, que cargan un kilo de cocaína, son para distracció­n. “Las mulas rara vez llegan a destino porque son detenidas. Y mientras pasan con un kilo de cocaína, en algún punto del norte de la frontera pasa un cargamento de 40 kilos sin ningún tipo de problema”, añadió la fuente. Para este funcionari­o, hay que modif icar el accionar judicial. “¿Qué es más importante, meter preso a una mula, o a las grandes bandas?”

La connivenci­a de las fuerzas de seguridad con los narcos es otro de los inconvenie­ntes que afronta el Gobierno. Un funcionari­o recordó que cuando en México se sumó al Ejército a la lucha contra las drogas, un general sentenció: “no hay general que resista un cañonazo de 50 mil pesos”. Una política eficaz sería controlar las fronteras con vuelos de helicópter­os que se trasladen de una punta a la otra. Pero eso no ocurre aún.

La droga que ingresa a través de las llamadas

“mulas” es para distracció­n

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Puricelli, ministro de Seguridad, en Salta.
TELAM INSPECCION. Puricelli, ministro de Seguridad, en Salta.

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