Cabré sumó su décima ‘víctima’, la China Suárez
Eugenia Suárez, la madre de su hija de cuatro meses, confirmó la separación. El actor se mantiene en silencio sobre los motivos.
El asesino en serie –coinciden en líneas generales los manuales de criminología– es aquel que mata a tres o más personas en un tiempo determinado. Lejos de haber cometido algún crimen, Nicolás Cabré, a los 33 años, ha roto una decena de corazones. Tiene una particularidad: la mayoría de sus “presas”, a quienes enamora y luego en varios casos deja, fueron compañeras de elenco en alguna tira televisiva. Su reciente separación de Eugenia “la China” Suárez, con quien debutó en la paternidad hace cuatro meses, ya es un hecho. Si bien la versión no está confirmada, el rumor ubicó como tercera en discordia a Agustina Cherri, la actriz con quien Cabré alguna vez inició sus primeras armas en la televisión, en La ola está de fiesta, y con quien en 2003 también coincidió en Son amores. En aquella oportunidad mantuvieron incluso un romance. Hoy la vida hizo que estos ex novios volvieran a cr uzarse: ambos son protagonistas de Mis amigos de siempre, la nueva tira que prepara Pol-ka.
El jueves, Suárez rompió el silencio y confirmó la ruptura: “Sí, estoy separada”. Antes de salir disparada en su auto, aseguró: “Quiero aclarar que no hay terceros en discordia. Sé que vende más, pero no”. Lista. El derrotero amoroso de Cabré comenzó en el año 2000, con la actriz Sabrina Carballo. Luego, en 2001 siguió Celeste Cid, con quien es-
tuvo en pareja hasta mediados de 2003. Marcela Kloosterboer fue la tercera en caer rendida a los pies de este don Juan: fue en 2003, cuando los dos formaron parte de Son amores, aunque esta relación no tuvo una confirmación par parte de ambos. Con Rocío Guirao Díaz tuvo un breve romance durante 2004.
Lo que vino después fue una de sus relaciones más duraderas: entre 2005 y 2008 estuvo de novio con Florencia Torrente. La que siguió después fue Soledad Fandiño. El vínculo amoroso de Cabré y la actual pareja de René –el cantante de Calle 13– habría comenzado cuando aún el actor no había finalizado su romance con la hija de Araceli González. Pero la lista sigue: en 2009, Cabré conoció a Romina Gaetani. Como no podía ser de otra manera, la unión se dio mientras ambos participaban de Botineras.
Con la actriz Eugenia Tobal, parecía, este galán iba a sentar cabeza. Tras cinco meses de noviazgo, el 20 de mayo de 2011 se casaron. Tobal quedó embarazada al poco tiempo, y luego perdió su hijo. Ambos se habían conocido –¡también!– trabajando: en este caso fue en Los Unicos, la tira en la que precisamente conoció a Eugenia Suárez, en abril de 2012. Resultó un escándalo luego de la ruptura con Tobal: ella había quedado visiblemente destruida. Aún hoy no están divorciados legalmente. El 18 de agosto de este año, Cabré y la China fueron padres de Rufina.
Adoctrinadas. Apenas trascendió la noticia de la crisis entre Cabré y Suárez, la pareja no hizo caso a los rumores y se llamó a silencio. La semana pasada la actriz hizo un descargo en Twitter: “El puterío es para boludos”, escribió. Pero ayer sus declaraciones confirmaron la ruptura. En sus dichos hubo una frase que tal vez enmarca el resto de los finales de las relaciones con sus ex. Aquello de “sí, estamos separados”, fue acompañado inmediatamente de un: “Los dos estamos muy bien, estamos bárbaros”. Resulta extraño: ninguna de sus ex parejas le hizo algún tipo de escándalo a este joven, ni siquiera la propia Tobal, quien sufrió bastante con la separación.
Según trascendió, hace unos días Eugenia abandonó con su hija Rufina la casa donde vivía junto a Cabré. El día de la retirada, escribió en Twitter: “Despacito mientras dormías...”. Ella se refugia en la casa de su amiga María del Cerro, con quien se distrajo esta semana yendo a ver un partido de polo.
De Cabré poco se sabe: se lo ha visto en algunos bares de buen humor y con amigos. ¿Y Agustina Cherri? Sólo hay, hasta el momento, algunas fotos en el set de grabación y el testimonio escueto de técnicos y productores que, por lo bajo, dicen ser testigos de la buena relación. Habrá que ver: cualquiera puede ser la próxima “víctima”.