Si la mandan a lavar los platos, los humilla
Danica Patrick es una de las deportistas más buscadas por las marcas en Estados Unidos. Su belleza es un gran atractivo del Nascar, una de las categorías más populares del país.
Danica estuvo siete años casada con Hospenthal, quien era su
terapeuta
No ganó ninguna carrera, pero los 12 millones de dólares anuales que percibe la transforman en una de las deportistas mejor pagas del mundo. No ganó ninguna carrera, pero llegó a visitar al presidente Barack Obama en la Casa Blanca, a aparecer en series como Los Simpsons o South Park, a posar semidesnuda en revistas y a ser considerada como un símbolo cultural estadounidense. Danica Patrick tiene 31 años, ningún título y mucha popularidad: y eso es porque practica un deporte dominado por hombres y porque supera los cánones de belleza socialmente impuestos.
Danica Patrick corre en Nascar –y por eso la llaman Lady Nascar– y maneja un auto que puede llegar a andar a 320 kilómetros por hora. Y es una de las deportistas más buscadas por las marcas en el deporte motor. Danica es también una chica viva que sabe capitalizar el lugar que ocupa, así que en sus ratos libres puede hacer de modelo.
Incluso algunos la señalan por eso: por vender su imagen. En el último Súper Bowl, el partido final del campeonato del fútbol americano, ella apareció en las propagandas del entretiempo. Se trata de un evento que factura cifras impresionantes. Danica estuvo ahí y en este tiempo aprendió a tener respuestas para aquellos que la critican: “No me siento distinta por ser mujer. El resto de pilotos me trata igual que a los demás. Yo no quiero ser la chica más rápida. Mi objetivo es ganarles a ellos”. Carrera. Patrick tiene 31 años, nació en Wisconsin y comenzó a manejar kartings de chica. Su padre, T.J., había sido piloto y fue el que la anotó en carreras. En una nota en la revista Forbes se detalla que fue T.J. el primero en apostar a la imagen marketinera de su niña: hizo remeras y tarjetas con la cara de Danica para vender y juntar dinero. Además, llamaba a los diarios para ofrecerla como nota. En este caso, no hizo falta: bastó con que un editor reparara en sus atributos físicos para que Patrick se ganara una página.
Patrick transitó escalón por escalón. Primero ganó varios campeonatos nacionales, des- pués fue a Europa a competir en la Fórmula Ford y luego volvió a Estados Unidos para meterse en la IndyCar. En esa categoría sumó logros. Estuvo allí durante seis años en los que fue nombrada rookie 2005. Además, con 23 años, fue la primera en liderar vueltas en las 500 millas de Indianápolis (lo que la llevó a la tapa de la revista Sports Illustrated ) y la única mujer en ganar una carrera de la IndyCar, en Japón 2008. En su país nunca ganó. Su arribo a la Nascar siguió en la misma tónica. Danica se sumó al equipo Stewar-Hass Racing, en la serie de l a Copa Sprint en 2012, y se convirtió en la primera mujer en lograr una pole.
Por si fuera poco fue la primera chica en correr tiempo completo en el circuito senior de Nascar en 36 años. Contra toda crítica. A Patrick no le fue fácil meterse en el mundo masculino de su deporte. En sus inicios, se dijo que su peso le daba una ventaja por sobre el resto de los pilotos. Por eso, se reguló el peso de los autos y los conductores. Y en junio de este año se peleó públicamente con el piloto Kyle Petty, quien había dicho que la chica era una máquina de mercado más que una piloto. “Gracias, Kyle, por motivarme”, fue la respuesta de Danica, que también sabe defenderse: “Hay muchas personas que dicen cosas muy malas de mí. La gente quiere que me muera, pero al final del día simplemente ese tipo de cosas se superan y lo único que se puede hacer es confiar en que estás haciendo un buen trabajo. Eso es todo lo que importa”.