PARA TODOS LOS GUSTOS
Las olas peruanas son la meca de los surfistas; las playas colombianas se disfrutan con Cartagena como punto de partida; Margarita y Los Roques, lo más exclusivo del Caribe venezolano.
Los argentinos no deberían pasar por alto que Perú, Colombia y Venezuela son destinos donde el sol y la playa están a la orden del día. Con perfiles diferentes, cada uno de esos países tiene lo suyo. Perú, por ejemplo, no sólo es Machu Picchu, ya que también en su costa, bañada por el Océano Pacífico, se encuentran algunas de las mejores olas para practicar surf. Una de las playas que se llevan los aplausos es Punta Sal, un pequeño balneario a una hora y media de Tumbes, donde predominan la tranquilidad, las arenas blancas y el agua tibia. En cambio, si se buscan olas perfectas, en el norte Mancora es el sitio indicado, en especial de noviembre a enero, cuando la disfrutan los surfistas de todo el mundo. En tanto en el sur, en el departamento de Arequipa, sobresale Mejía por su pintoresco pueblo de principios de siglo y el paisaje, que combina playa y lagunas.
Colombia
Por su posición geográfica privilegiada, la tierra que hizo famosa Gabriel García Márquez en sus novelas cuenta con costas tanto en el Océano Atlántico como en el Pacífico. Cartagena de Indias es sin dudas la estrella del turismo colombiano, por historia y belleza arquitectónica. Fue fundada en 1553 y aún conserva 11 kilómetros de murallas y un magnífico mirador. Recostada sobre el Mar Caribe, es un destino perfecto para los que no sólo quieren tirarse al sol a disfrutar de la playa sino también conocer otras culturas y la historia de la conquista española. Una buena combinación es pasar unos días en Cartagena y luego hacer base en algunos de los balnearios colombianos: Parque Nacional Tayrona, a 45 kilómetros de Santa Marta, que cuenta con una de las playas más lindas del país; la cercana isla Barú, con costas tranquilas de arena blanca. Más lejos, perdido en el mar Caribe, el Archipiélago de San Andrés, con grandes extensiones de arena blanca y notable diversidad de vida marina.
Venezuela
Hay dos maneras de llegar a la Isla de Margarita (destino que se hizo conocido en los 90 en la Argentina), sobre el Mar Caribe: en avión (35 minutos de vuelo desde Caracas) o en ferry desde Puerto La Cruz o Cumaná (un par de horas). Una vez en tierra, la mayor isla venezolana se percibe dividida en dos sectores: el este, con playas populares y mayor actividad en la ciudad de Porlamar, y el oeste, con la península de Macano, meca del ecoturismo y las aves exóticas. Para pasar el día se recomienda la visita a la isla de Coche, para muchos la mejor playa de Margarita. Otra opción chévere más exclusiva es el archipiélago de Los Roques, a cuyas tierras sólo se accede por avión. Gran Roque es la única isla poblada de las cincuenta que integran el Parque Nacional, creado en 1972. Arenas blancas, mar cristalino y la escasa infraestructura convierten el lugar en un pequeño paraíso.