ANTIGUO ES UN CONCEPTO NUEVO
Un departamento porteño de principios del siglo XX fue reconstruido pensando especialmente en resaltar sus detalles más clásicos.
La ubicación en la ciudad casi que sirvió de orientación para definir el estilo que debía tener la obra: el de aquel lugar donde Recoleta se une con Barrio Norte, con edificios señoriales de más de cien años de historia, fachadas armónicas y una estética que sigue siendo vigente y, a su manera, muy descriptiva de la ciudad. El otro elemento es el estilo de vida de los dueños: el departamento es de Tata Dadone y su marido, Kiko. Tata es la dueña de Pacheca -Almacén de Telas; ella y Kiko compraron el departamento y llamaron a un amigo arquitecto, Francisco Vela, del estudio Escalante Vela, para hacer la obra. Toda la obra se hizo intentando no perder el espíritu de lo antiguo. Se rescataron pisos originales de pinotea y dameros. Así se llegó a la estructura actual, que tiene 130 metros cuadrados y una gran terraza, en la planta superior, con dos dormitorios, dos baños, un toilette, cocina, comedor y living. Ambos livings son muy distintos
entre sí. De esta forma, en el primero, más clásico, hay mucha tela sobre la mesa ratona y en los distintos almohadones. El piso de pinotea es uno de los elementos distintivos del lugar. En el segundo living predominan los elementos orientales (hay un mueble también en el cuarto principal) y el cuero. En este espacio son particularmente atractivos los sillones y las banquetas –de origen escandinavo– de ese material. El cuarto, además de las telas, que son un elemento distintivo de la casa, tiene un ropero muy antiguo traído desde La Pampa. Lo mismo sucede con el mueble vajillero, que los dueños encontraron en esa provincia, en una mercería. Otro elemento interesante es la hielera del comedor, de hierro forjado, traída desde China por un amigo de la familia cuyo bisabuelo fue embajador en aquel país. Distintas formas de atrapar el tiempo en el espacio.