Boda trans: ella era varón y él, que antes era mujer, está embarazado
Karen y Alexis cumplieron su sueño en el registro civil de Victoria, Entre Ríos. También querían hacerlo por Iglesia y hasta le escribieron a Francisco.
Algunas calles están sin pavimento, las fachadas de las casas conservan el estilo del 1800. Aquí se nota esa magia de “pueblo del interior”, pero no por ello se quedó en el tiempo. Los temas de conversación de los últimos días y, seguramente, de los próximos giran alrededor de Karen Bruselario y Alexis Taborda, una pareja trans, que serán padres en un mes y que ayer se casaron en el Registro Civil, frente a la plaza principal. Periodistas de España, Estados Unidos, Italia, locales y nacionales, amigos, familia, curiosos y turistas observaron la llegada de los novios, minutos antes de las doce del mediodía.
Los novios vestidos en tonos celestes y rosas, dentro de un Chevrolet Bel Air rojo y blanco decorado con moños recorrieron las calles céntricas antes de dar el sí. La policía ordenó el tránsito, que incluyó dos cortes de calles y el cambio de recorrido de un colectivo.
A Karen la conocen todos. Tiene 28 años, nació aquí y luego de años logró figurar en su DNI como mujer. Fue el primer caso en la provincia que logró plasmar las posibilidades de la Ley de Identidad de Género. En cambio Alexis, nacido en Rosario, de 26 años, nació mujer, pero también rectificó su documento con su identidad de género autopercibida.
El jueves por la noche los padres y otros familiares del joven embarazado llegaron desde Rosario. Angel, padre de Alexis dijo que se siente orgulloso de su hijo. “Siempre habló de lo que le pasaba. Sufrió y ahora nos regala un nieto. Luchó por ser quién es”, dijo Angel Taborda. Su esposa, Margarita, también entre lágrimas, dijo: “Lo amo. Lo apoyamos y estamos con él. Soy feliz de verlo con la panza y saber que ahí está mi nieta”.
También la mamá de Karen, Nélida de Bruselario, se emocionó. “Lloramos mucho hace unos días. La veo bien, hermosa y logrando lo que soñó”, contó. La beba dentro de la panza, que se llamará Génesis Angelina, estuvo tranquila durante la boda. “Me desabroché el pantalón porque no doy más. Aumenté más de 30 kilos y estoy perdiendo la elegancia”, bromeó. Tiene fecha de cesárea para el 22 de diciembre.
Luego del acto en el Registro Civil, el matrimonio arrojó el ramo y se reunió con amigos para brindar. Hoy se realizará la ceremonia en el club Gimnasia y Esgrima, con una importante cantidad de invitados. Habían soñado casarse por iglesia, pero el párroco de la Virgen de Aránzazu y el Obispado de Gualeguaychú consideraron que el sacramento no es posible con semejantes identidades sexuales. La pareja partirá, simbólicamente, de las puertas de la parroquia: ella de blanco, él con el traje especialmente elegido para que esté cómoda la panza.
Karen le tuiteó al papa Francisco el pedido, pero no obtuvo respuesta. Pese a eso, Alexis realizó “la bendición del vientre” una celebración para las embarazadas. Desde la parroquia de Aránzazu aseguraron que Génesis podrá ser bautizada. Pareja. El jueves Karen durmió muy poco, ella llevó todo adelante en cuanto a los preparativos porque Alexis necesitaba descansar por el embarazo. Entre mate y mate repasa su historia de amor junto a PERFIL. “Yo era la típica pueblerina que no sabía que existían chicos trans y cuando lo conocí dudaba si era hetero o gay”, recuerda Karen. Y Alexis agrega: “La vi y me encantó. Quería estar con ella y pese a los miedos lo logramos”, dice. Su historia de amor tomó estado público a partir de una publicación en el semanario local La Semana. Su exposición mediática incluyó la presencia en el living de las conductoras televisivas Susana Giménez y Flor de la V, y un documental de National Geographic, entre otros.
El amor comenzó el 15 de diciembre del año pasado. A la semana estaban viviendo juntos. Karen había abandonado su casa a los 14 años y soportó maltrato y discriminación; tuvo que prostituirse. “En ningún lado te dejaban entrar. Recuerdo que me sentaba en un bar y me pedían que me fuera. Incluso en un boliche me dijeron volvé vestido de varón y te dejamos pasar”, dice al enumerar situaciones dolorosas vividas los últimos diez años y celebra su presente. “Lo que logramos es muy fuerte. Porque ahora sentimos más aceptación. En Victoria el movimiento de turismo ayudó a que se abrieran las cabezas porque vienen personas de distintas partes y más con las leyes aprobadas”, dice Karen.
Lo cierto es que no tienen trabajo. Golpearon todas las puertas: incluso Alexis con cuatro meses de embarazo recorría casa por casa vendiendo rosquitas, o canelones. “Somos jóvenes y queremos trabajar, pero no es simple que te contraten. Tengo estudios en facturación y espero volver a la actividad una vez que nazca el bebé”, expresa.
“Sueño con tenerla y ponerle un vestido y dos colitas. Quiero que sea feliz y que no sufra discriminación y por eso luchamos todos los días”, dice Karen. El embarazo avanza sin inconvenientes, a excepción de las contracciones típicas de las semanas previas.