BUSCANDO A DORY Finding Título original: Dory Dirección: Andrew Stanton y Angus MacLane Guión: Andrew Stanton Con las voces de (en la versión en inglés con subtítulos): Ellen DeGeneres, Albert Brooks, Ed O’Neill, Kaitlin Olson, Diane Keaton, Idris Elba y otros Origen: (2016) Duración: Estados Unidos 97’
Trece años pasaron del estreno de Buscando a Nemo. En ese período, Pixar dejó de ser una empresa imbatible, que generaba éxitos de público y crítica con películas originales, inteligentes y divertidas. El gigante de la animación computada, definitivamente anexado a la Disney, comenzó a parecerse demasiado a su casa matriz, esa misma que lo había comprado por ser distinto y terminó por transformarlo en algo común y corriente, predecible. En ese lapso, “estrenan una de Pixar” dejó de ser una ceremonia emocionante para transformarse en un signo de pregunta, sobre todo acerca de si el estudio recuperaría su nivel. Y, definitivamente, Buscando a Dory está a años luz de ser siquiera una película decorosa.
La buena secuela utiliza la estructura narrativa de su predecesora para, en general, profundizar en lo propuesto. La mala, en cambio, repite el mecanismo sin desviarse un ápice para así duplicar la fórmula, olvidando que el cine no es una ciencia sino un arte, y que repetir factores no genera el mismo producto. Así las cosas, cambiar la búsqueda de Nemo en la otra punta del mundo por la búsqueda de Dory en la otra punta del mundo no necesariamente va a generar una película entrañable y memorable.
El itinerario de los personajes en esa trayectoria es deficiente y aburrido. Hay escenas que parecen pensadas sólo para vender los muñecos de peluche en el Disney Store de Times Square. Los diálogos ingeniosos brillan por su ausencia, y de esa forma los personajes andan a la deriva por el océano, no sólo buscando a Dory y a los padres de la pececita, sino buscando en verdad eso que Pixar fue y no logra volver a ser.