Perfil (Sabado)

Messi bajo presión: la Selección perderá sponsors y millones

Psicólogos especialis­tas en deporte alertan sobre lo que significa ser el número uno. Afirman que su decisión es una conducta lógica luego de acumular tanta presión.

- AGUSTIN GALLARDO

Habían pasado 26 minutos de la madrugada del 27 de junio cuando, luego de la derrota, Messi anunció el fin de su paso en la Selección argentina, esa grata experienci­a personal convertida en karma con el deseo de un país entero que pide la obtención de un título de forma intravenos­a. “Por el bien de todos”, justificó Leo para englobar ese peso específico de 40 millones que, indefectib­lemente, carga sobre su espalda, y que se eleva al cuadrado con las voces detractora­s que hacen la pregunta del millón: ¿Por qué levanta copas en todos lados menos con la Selección?

En un país que respira fútbol, el penal errado y el resultado final ante Chile por la Copa América quedaron en el olvido cuando el mejor jugador del mundo dijo que pega el portazo. Y entonces vino el clamor: primero reproducid­o en millones de hashtag #NoTeVayasL­eo y luego representa­do en una marcha autoconvoc­ada para hoy en el Obelisco, en la que, dicen, se esperan más de 50 mil personas.

Una encuesta de la consultora Managment&Fit puso a este “fenómeno” en números: tras el par tido, un 82% de los hinchas consideró que el crack debía quedarse y apenas un 13,4 que no (en un uni- verso de 1.200 personas de entre 16 y 70 años).

Messi se transformó también en una cuestión de Estado: fue tema de charla de los ministros nacionales y del propio Macri, quien lo llamó. Entonces –de golpe– todos quisieron llamar o decirle algo a Leo: desde una maestra de Entre Ríos, que le escribió una sentida carta pidiéndole que no haga que sus alumnos sientan que salir segundos es una derrota; hasta Tinelli, quien le suplicó que no se baje. “Sos el responsabl­e de todo lo bueno. Tenés que pensarlo tranquilo”, le dijo el conductor. Mexit. Está claro: Messi es millonario, gana todo fuera del país. Pero también sufre. Lo dejó en evidencia con ese llanto que se replicó en todas las plataforma­s comunicaci­onales habidas y por haber. “Messi funciona hoy como una extraordin­aria pantalla de proyección de las películas de cuarenta millones de argentinos. Esta era hipermediá­tica permite que hinchas, actores diversos del fútbol, del mundo del espectácul­o, periodista­s y políticos, especulen y trasladen fantasías, deseos, expectativ­as, odios, frustracio­nes, necesidade­s mercantile­s y hasta creencias ideológica­s”, expresa el psicólogo Marcelo Halfon, especialis­ta en vínculos y cofundador del Capítulo

“El fútbol es en equipo, y a Messi se le pide que sea el salvador”, dice la Lic. Plataroti

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 ??  ?? FIELES. Cientos de hinchas, en su mayoría chicos junto a sus familias, fueron a Ezeiza conmovidos y en medio de la lluvia para demostrarl­e todo su apoyo y pedirle PRESION. El hecho de haber perdido cuatro finales angustió al crack argentino.
FIELES. Cientos de hinchas, en su mayoría chicos junto a sus familias, fueron a Ezeiza conmovidos y en medio de la lluvia para demostrarl­e todo su apoyo y pedirle PRESION. El hecho de haber perdido cuatro finales angustió al crack argentino.
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