Rodríguez Larreta frena un proyecto de Macri para las villas
Dio de baja concursos de urbanización que había armado su antecesor en la Ciudad. Pablo Roviralta, titular del Instituto de Vivienda, quedó bajo la lupa.
Horacio Rodríguez Larreta va en busca de un perfil para su gestión. Y para lograrlo, a seis meses de haber asumido como alcalde, decidió contrariar casi por primera vez a su antecesor en el cargo: Mauricio Macri. Con el objetivo de avanzar con la urbanización de algunas villas porteñas, el gobierno de Larreta suspendió los concursos que había convocado el macrismo en 2015 para construir viviendas en la Villa 20, de Lugano, para unas 40 mil personas. A cambio, desde el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) prometen implementar proyectos más consensuados con los vecinos de la villa, pero a su vez más estandarizados.
Tras la decisión larretista de descartar los dos proyectos ganadores (entre 120 presentados) y suspender los otros dos concursos que estaban en marcha, el nuevo presidente del IVC, Pablo Roviralta, quedó bajo la lupa. Se ganó el repudio de algunos macristas (en especial, dirigentes cercanos a Gabriela Michetti) y de la Sociedad Central de Arquitectos. Roviralta es un outsider total de la política: millonario; arquitecto casi sin experiencia en la profesión; ex presidente del Laboratorio Andrómaco (desde ese rol, fue aportante en la campaña de Larreta); y supernumerario del Opus Dei, la rama utraconservadora de la Iglesia.
Con el IVC prácticamente vaciado desde 2008, la llegada de Roviralta le dio un nuevo impulso al Instituto, tras años de subejecución y presupuestos a la baja. Desde que arrancó la gestión porteña de Macri, el IVC fue delegando funciones en otros organismos, hasta generar una red estatal por momentos caótica.
Después de reclamos históricos, una ley sobre urbanización incumplida desde 2005 (la 1.770) una toma y un desalojo en la zona de la Villa 20 (ocurrido en el barrio “Papa Francisco”, en febrero de 2014), la administración de Macri prometió dar una solución definitiva. El Ministerio de Desarrollo Urbano porteño, hasta diciembre pasado a cargo del michettista Daniel Chaín (actual secretario de Obras Públicas de la Nación), organizó una seguidilla de cuatro concursos para urbanizar esa villa de unas 35 manzanas. Dos proyectos resultaron ganadores y, cuando parecía que finalmente iban a empezar las obras, Roviralta dio marcha atrás. “La baja es inexorable”, afirmó ante los autores de los proyectos seleccionados.
Las impactantes viviendas de la Villa Olímpica para los Juegos de la Juventud 2018, en cambio, sí fueron concursadas y están en pleno proceso de construcción, a 300 metros de las canceladas.
El presidente del IVC se jacta de su presencia y contacto fluido con los habitantes de esa villa de Lugano, a diferencia de lo que –según sugieren desde el Instituto– ocurría en la épo- ca de Chaín. Un dato confirmado por las organizaciones villeras. Días atrás, Roviralta estuvo “intercambiando ideas” en la Mesa de Gestión Participativa de Villa 20. “Es cierto que muchos vecinos no sentían como propios a los proyectos de los concursos”, confirma el abogado de la ONG Observatorio del Derecho a la Ciudad, Jonathan Baldiviezo.
En reemplazo de los planes de urbanización que habían ganado, sin embargo, el IVC busca impulsar prototipos de casas populares menos ambiciosos: sin espacios públicos, con una trama más apiñada y, en consecuencia, escasa iluminación natural en las viviendas. Roviralta suele citar como exitoso el caso de las dos manzanas de barracones realizadas en el barrio Pirelli, al lado de Piedrabuena.
De eso y de la suspensión a los concursos (aún no estaban cancelados) se quejó en una nota reciente el arquitecto, y editor de Clarín, Berto Montaner. Lo hizo días antes de sufrir un violento asalto en la puerta del diario. Sobre la posible conexión entre su nota y la paliza recibida a plena luz del día, Montaner no descartó ninguna hipótesis.