Perfil (Sabado)

Meryl Streep, deslumbran­te y genial

- JUAN CARLOS FONTANA

FLORENCE Florence Título original: Foster Jenkins Dirección y guión: Stephen Frears, Nicholas Martin Intérprete­s: Meryl Streep, Hugh Grant, Simon Helberg, John Kavanagh y Mark Arnold Origen: Inglaterra (2016) Duración: 110’

Con este film queda claro que Meryl Streep, a sus 67 años, se atreve a enfrentar cualquier papel. Ponerse en la piel de una pésima pero millonaria soprano estadounid­ense como Florence Foster Jenkins (1868-1944) le significab­a un desafío no sólo porque debía cantar, pero tampoco era un papel para desperdici­ar, porque le permitía sumar unos quilates más de admiración a su carrera.

El astuto Stephen Frears (que siempre elige a grandes intérprete­s: Helen Mirren, Judi Dench, Glenn Close) convocó a la actriz que supo hacer de Margareth Thatcher para este papel que habita la escasa frontera que separa lo patético, el ridículo y el grotesco y que la Streep supo dotar de una exquisitez, un refinamien­to y una ternura inigualabl­es.

La verdadera Florence fue una mujer audaz, se casó joven, luego se separó y su marido le contagió la sífilis que padeció toda su vida. Pero al final heredó una fortuna que la convirtió en mecenas de compositor­es y de la élite del bell canto. A su lado no faltaban admiradore­s y fundó el Club Verdi, en Nueva York. Entre los que la seguían por convenienc­ia y porque los divertía con sus ridículos gorjeos de soprano se ubicaban Cole Porter y Toscanini, que aparecen acá personific­ados por John Kavanagh y Mark Arnold. Frears consigue una historia íntima y casi paródica de esa mujer, cuyo marido supo seguirla con devoción, aunque la engañaba con otra. Este papel permite redescubri­r al mejor Hugh Grant; él y Meryl Streep resultan tan fascinante­s como entregados con confianza a una comedia algo hilarante, liviana e intensa a la vez, que retrata, en parte, la falsedad y el cinismo de la élite intelectua­l y artística de la Nueva York de los años 40.

A un guión que no convence en su último tramo se debe destacar una cierta fidelidad al muy llamativo vestuario que viste Florence-Streep, diseños creados por esa mujer que supo ser feliz.

 ?? ENERGÍA ENTUSIASTA ?? POTENTES. Meryl Streep y Hugh Grant se potencian entre sí y sacan excelentes actuacione­s.
ENERGÍA ENTUSIASTA POTENTES. Meryl Streep y Hugh Grant se potencian entre sí y sacan excelentes actuacione­s.

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