La grieta de Hillary
casual que justo la Fox haya tenido que despedir a su CEO, Roger Ailes (cuando era más joven: hoy tiene 76 años), denunciado por acoso sexual a sus atractivas presentadoras. Ailes fue quien fundó la señal de noticias y la llevó al liderazgo. Tampoco sorprende la orientación a favor de Trump del canal porque A iles, antes de inventar la Fox News, en 1996, pr i mero había creado la carrera de asesor de prensa presidencial (hoy uno de los pr incipa les puestos en los gabinetes de todo el mundo), en 1969, con Richard Nixon, y la siguió con todos los presidentes republicanos. Es chistoso el lema de la Fox: “Fair and balanced” porque de “justa y equilibrada” no tiene nada, haciendo un periodismo militante como el de 6,7,8, aunque de derecha.
Así como en política el ser antiestablishment unifica a Néstor Kirchner, Putin y Trump y, al revés, el rol del Estado en la economía coloca en categorías similares al kirchnerismo y Hillary (más aún al ala progresista del Partido Demócrata que representa Sanders), los mismos cruces supuestamente paradójicos acercan el lenguaje contundente de la Fox no sólo con 6, 7, 8 sino también con Intratables o Animales sueltos porque la mayoría de las horas de transmisión de la Fox está llena con panelistas enfáticos, incluyendo una voz discordante que discute con los demás.
¿Los Estados Unidos giraron a la derecha? No exclusivamente, Estados Unidos se alejó del centro. El Partido Republicano se radicalizó después de la caída de las Torres Gemelas, de años de prédica del Tea Party y del rechazo visceral que le produce un presidente como Obama. Al mismo tiempo que el Partido Demócrata se hizo más liberal (de izquierda en la denominación de las categorías políticas norteamericanas) que nunca. Una encuesta de NBC y The Wall Street Journal reveló que el 60% de quienes adhieren al Partido Demócrata cree que el socialismo tiene un impacto positivo en la sociedad y el 51% no está seguro de que el capitalismo sea el mejor sistema económico para generar progreso a la mayoría. Otra encuesta, de Gallup, hecha en 2001 y repetida en 2016, mostró que hace 15 años sólo un 27% de los votantes del Partido Demócrata se consideraba muy liberal mientras que ahora se ve a sí mismo muy liberal (“muy de izquierda”) el 42%, además la mayoría de los demócratas cree que “un gobierno enérgico es necesario para promover un vigoroso crecimiento de la economía”.
The Wall Street Journal opinaba que Hillary ganó la batalla frente a Bernie Sanders, el socialista del estado de Vermont que perdió las primarias por sólo 13 puntos, pe - ro este ú lt i mo ganó la guerra por el control del partido y el futuro de su orientación política. La definitiva plataforma del partido que Hillary tuvo que negociar con Sanders incluye educación superior gratuita en todas las universidades estatales para los hijos de familias con ingresos menores a 125 mil dólares anuales, profundización del sistema de medicina gratuito, que a Obama le costó años poder aprobar en el Congreso, y aumentar el salario mínimo a 15 dólares la hora (hoy es de poco más de 7). Educación universitaria y medicina sin costo es para muchos votantes del Partido Republicano casi igual al comunismo.
Los cambios de afinidad dentro del Partido Demócrata acompañan el cambio demográfico de los Estados Unidos. Cuando Bill Clinton fue reelecto presidente en 1996, hace veinte años, un 73% de los norteamericanos eran blancos y hoy sólo lo son el 55%, mientras que en 1996 un 17% era afroamericano contra el 25% de hoy, un 7% era latino contra el 14% en 2016, y el 1% era asiático contra el 4% de hoy. Vale tener en cuenta que el 90% de los votantes del Partido Republicano son blancos.
La misma encuesta de NBC y T he Wall St reet Journal da cuenta de que el 45% de los seguidores del Partido Demócrata preferiría un candidato diferente a Hillary: más de izquierda. Y en la vereda opuesta, del mismo grupo mediático de Fox, el diario New York Post, también de Rupert Murdoch, ilustró su tapa con Hillary y su reciente candidato a vicepresidente, Tim Kaine, remando en un Las internas tanto de republicanos como de demócratas fueron un reality show y las convenciones, un Oscar bote al que le entra agua y se está hundiendo.
Pero no habría que conceder pocas posibilidades a que Hillary termine siendo la primera “Madam President” (“señora presidenta”) de los Estados Unidos. Ella es especialista en conseguir resultados sorprendentes: después de haber protagonizado el más famoso escándalo político sexual, fue electa senadora en el año 2000 por Nueva York, estado en el que nunca había vivido y que nunca había elegido a una mujer. Y esta vez el voto del 45% de los norteamericanos no blancos será decisivo. Continúa mañana con “Trump y el Papa” Sergio Massa - Armando Pérez