“Si este año me vestía de monja, me iban a decir ‘ chorra’”
Sus selfies son noticia. Su segundo disco, Soy, ha llegado a superar a Beyoncé en el ranking Billboard Argentina (ella dice: “Es una bizarreada, y por suerte tengo pudor”) y llena los estadios donde pisa (8, 9, 10 y 11 de septiembre en el Teatro Opera). Y después de 15 años en la TV y con apenas 24 propios, Lali Espósito llega al cine este jueves con la comedia con corazón Permitidos, del especialista en el asunto Ariel Winograd, junto a Martín Piroyansky. Lo dice, simple e hipnóticamente directa, “estoy nuevita en la cuestión”. Y agrega: “Hay un terreno en la comedia todavía no muy explotado. Me da mucho orgullo y agradezco mucho a Ariel Winograd la opor- tunidad de hacer cine de esta envergadura con actores jóvenes. No es común: nosotros vamos a ver a Adrián Suar al cine, a Bertuccelli, a Francella, gente que son número uno en la comedia. Estamos acostumbrados a que la comedia nos la cuenten los de 40. Esta vez, entre los 24 y los 30 se abre un lugar a desarrollar”. Lali habla con confianza y nada suena a capricho, y en el film es Camila, una joven cuya pareja desde hace ocho años se desmorona por rozar con la fama y la infidelidad: “Yo creo que tengo mucho para dar en comedia. En muchos lados. Pero en comedia me salen muchas cosas”. —¿Sale algo tuyo? —Yo puteo bastante. Pero más allá de eso, es terreno donde siento que tengo mucho para hacer. Siempre me gustó mucho la comedia. Esperanza mía era una comedia, pero no había un personaje estipulado. Fue el sueño del pibe: me dijeron “estás vestida de monja y hacés una comedia”. ¡Dale!
—Este año no podías vestirte de monja, con lo de López…
—¡“Chorra”, me iban a decir! Pero más allá de la broma, fue un descubrimiento ver que la comedia tiene mil colores y quiero ahondar en todos esos.
—Tu personaje en un instante despotrica contra las modelos…
—Me río de mí. Yo hago una publicidad de shampoo y estoy ahí, en la película, contra el cartel. Creo que para hacer comedia es muy importante poder reírte de vos, y recién después de otras cosas. Cuando las comedias buenas funcionan es que hubo una situación trágica que terminó siendo comedia. Desde ese lugar sale la mejor comedia; si no, es un chiste por el chiste y nada más.
—Hace poco, en una declaración Cameron Díaz decía que la fama era parte de su