El fraude por los millennials
Los estudios más recientes sobre el fraude corporativo nos revelan datos importantes. Llama especialmente la atención el hecho de que el número de fraudes asociados con personas que podemos ubicar en la generación Y, o comúnmente llamados millennials, va en aumento. Los miembros de esta generación son individuos que nacieron entre 1980 y 1992, es decir, que actualmente tienen entre 36 y 24 años de edad. Los fraudes internos, esto es, los desfalcos cometidos por propios empleados de las empresas, ejecutados por personas que están dentro de este rango de edad, representan el 43%. Es el grupo de personas que más quebrantos concentra.
Los miembros de la generación Y son los individuos que más recientemente se han incorporado a la vida laboral productiva. Son jóvenes, dinámicos y es una de las mejores preparadas de la historia de la humanidad, en términos de sus niveles escolares y el acceso a la información a la que han tenido desde su nacimiento. Sin embargo, al llegar al mercado laboral se están encontrando con una gran competencia y con puestos de trabajo relativamente poco remunerados.
En general, las personas que recién se integran a la vida laboral están obteniendo contratos temporales y con limitadas prestaciones. Esto hace que sean individuos con una alta propensión a la ansiedad y depresión, y que, en un 60%, consideren que no ganan suficiente dinero por su trabajo.
Esta combinación de factores, más el marcado acento que ponen los miembros de esta generación en lo inmediato y en el vivir rápido, más que en la continuidad y en la visión de largo plazo, hace que los millennials estén concentrando el más alto nivel de incidencia de fraudes corporativos. Pareciera que, en general, los miembros de esta generación encuentran difícil aceptar una carrera laboral de largo aliento.
Visto de esta manera, y sin estigmatizar, el alto índice de fraudes entre este tipo de personas se explica en gran medida por la búsqueda de esos satisfactores que no perciben con otros alicientes.