Cómo será la “nueva” Villa 31
El Gobierno busca replicar este modelo en otros asentamientos. Arquitectos y urbanistas cuestionan el llamará a licitación y las obras comenzarán en 2
Esta semana el gobierno porteño anunció su ambicioso plan de urbanización de la Villa 31 y 31 bis, con el que busca saldar un debate histórico de la Ciudad, respecto de qué hacer con los terrenos ferroviarios de la zona de Retiro. El proyecto que anunció Horacio Rodríguez Larreta requerirá una inversión de $ 6 mil millones que se destinarán a la construcción de nuevas viviendas, trazados de calles, pavimentación, luminaria, servicios básicos y la compra de los terrenos que hoy pertenecen a YPF, donde se mudará la sede del Ministerio de Educación porteño. A fines de este año se llamará a licitaciones, y en 2017 empezarán las obras, con el objetivo de que en 2019 la Villa 31 ya sea un barrio.
“Estamos trabajando con la mira puesta en que todas las villas se transformen en barrios y que los vecinos tengan los mismos derechos y oportunidades que el resto de la Ciudad”, explica Diego Fernández, secretario de Integración Social y Urbana, que coordina el proyecto. Y agrega que el proceso de urbanización que se emplazará en Retiro servirá de modelo para replicar en otros barrios, como la Villa 20 de Lugano; Fraga en Chacarita y Rodrigo Bueno, atrás de Puerto Madero.
Para eso, entre otras cosas, se seguirá el modelo de peatonalización que existe en el Microcentro, se instalarán estaciones de ecobici, y se mejorarán los frentes de varios de los edificios, con revoques y pinturas, de acuerdo con algunos de los renders elaborados. Además, van a extender uno de los accesos principales (la avenida 5), hasta los límites del terreno del futuro ministerio.
Allí se instalará un polo edu- cativo con escuelas de nivel inicial y primario, un centro de salud y de capacitación para adultos. Y se realizará el desvío de un tramo de la Autopista Illia, donde se emplazará un parque en altura (ver aparte). El concurso para establecer el diseño del nuevo edificio ya se lanzó esta semana, en una búsqueda por lograr algo parecido a la sede del gobierno porteño en Parque Patricios. “Vamos a buscar un nuevo (Norman) Foster para el Ministerio del barrio”, sostiene Fernández. Show off. “Esto se parece más a un show off para demostrar gestión. El proyecto anterior era más respetuoso de las preexistencias del barrio, de la formación y de las comunidades e historia del barrio”, sostiene el director del CELS, Eduardo Reese. Es que en 2009 la Legislatura porteña ya había sancionado una ley para la urbanización de la 31, basada en el anteproyecto que realizó el arquitecto Javier Fernández Castro.
“La Villa 31 siempre fue un caso particular, por su ubicación, los intereses inmobiliarios, y por la organización social que tiene, producto de la deuda por parte de las políticas que sí fueron destinadas a otras villas”, dice Pablo Vitale, coordinador del área de Derecho en la Ciudad de ACIJ. Y si bien destaca lo positivo de su urbanización, ve con recelo que no se hayan tenido en cuenta los trabajos anteriores, como el de Fernández Castro.
El propio urbanista sostuvo que “si bien es bueno que se haga algo en la Villa 31, tengo un sabor amargo porque nosotros trabajamos 15 años y ni nos consultaron”. Y remarca que su proyecto consideraba
“Vamos a buscar un nuevo Foster para hacer el Ministerio en el barrio.”
más la visión de los vecinos y apuntaba “no sólo a urbanizar la villa, sino a solucionar los problemas que la rodeaban, vinculados al puerto y los trenes” (ver aparte).
Parte del financiamiento vendrá de la venta de un predio del Tiro Federal, sumado a créditos internacionales. Para convertirse en propietarios, los vecinos accederán a créditos del IVC y el Banco Ciudad, en pos de comprar las tierras y obtener los títulos de propiedad. Y si bien la mayoría de las familias no deberán mudarse, sí deberán hacerlo quienes viven en el Bajo Autopista, que serán relocalizados en nuevas viviendas construidas en la zona de terrenos de YPF. “Entendemos que eso pueda generar cierta intranquilidad, pero queremos dejar claro que nadie se va a ir del barrio”, explica el funcionario porteño.